Con la irrupción de nuevas enfermedades infecciosas como el actual coronavirus al que nos enfrentamos actualmente, siguen surgiendo dudas acerca del sistema inmune. El sistema inmunitario es el encargado de proteger nuestro organismo de ataques externos y que debemos cuidar no solo en caso de emergencia sanitaria sino de manera cotidiana.

Y es que, estas defensas protegen al cuerpo humano de amenazas externas como virus y bacterias. También, de elementos psicológicos como el estrés o la tensión que se acrecentan en períodos como el actual.

Disminución de las defensas

Existen varias causas por las que disminuyen las defensas inmunitarias. Entre ellas, los cambios de estación, las variaciones de temperatura o el estrés. También, una alimentación no adecuada, la falta de sueño, una actividad deportiva no adaptada a cada uno o un consumo excesivo de medicamentos. Esta bajada de defensas es susceptible de afectar a todos los grupos de edad, desde niños a personas mayores. Contrariamente a lo que se pueda pensar, los niños también tienen un riesgo añadido puesto que nacen con un funcionamiento incompleto del mismo que se va desarrollando durante los primeros años de vida.

Cuando nuestro organismo reconoce una bajada de defensas, lanza mensajes de alarma. Habitualmente pueden ser mensajes poco específicos como el cansancio físico o mental o algunas manifestaciones en la piel. Para solventarlo, se sugiere poner en marcha una estrategia saludable, mejorando los hábitos en alimentación y estilo de vida.

La importancia de la alimentación

Seguir unas pautas de alimentación adecuadas es fundamental para las defensas. Para ello, no deben faltar alimentos ricos en minerales y vitaminas. Entre ellos, pescado, carne y huevos, además de fruta y verdura, obtenida preferiblemente de procesos agrícolas sostenibles respetuosos con el medio ambiente y la biodiversidad. Con este tipo de alimentación, el organismo puede incorporar minerales, como cobre, zinc y selenio, y de todo el complejo de vitaminas B, B1, B6 y vitamina D. También es recomendables incluir frutos secos, como nueces y cacahuetes sin sal.

Dentro de una alimentación saludable, las sustancias vegetales pueden ser de gran ayuda para mantener o aumentar las defensas del organismo. En este sentido, siempre teniendo en cuenta la recomendación médica, existen plantas medicinales, como la equinácea pálida, el saúco, la malva y la uña de gato que pueden reportar beneficios. Concretamente, son útiles en la prevención de episodios infecciosos, así como en el apoyo al tratamiento en fases agudas. En niños, se pueden analizar proporcionarles sustancias que ayuden a su sistema inmunitario sin estimularlo en exceso ni alterar su funcionamiento. La equinácea, en combinación con la malva y el saúco, puede utilizarse con niños para reforzar su sistema inmunitario. Este tipo de combinación de sustancias complejas puede ser útil tanto para prevenir infecciones, es decir limitarlas en número, como para ayudar al sistema inmunitario durante las recaídas.

Estas plantas son útiles en la homeostasis del organismo y sus sistema de defensa activa, que deriva de la acción sinérgica de las numerosas sustancias que incluyen entre las que se encuentran los polisacáridos y los flavonoides. Además, gracias a la tecnología y metodología de la biología de sistemas, se puede entender la forma en la que interactúan, en sinergia entre ellas, con la complejidad del organismo y sus vías fisiológicas.

Los avances científicos realizados en el estudio de las sustancias vegetales, establecen además su eficacia y seguridad. De hecho, la obtención de estas evidencias ha hecho posible que se trasladen del campo tradicional a la Medicina Basada en la Evidencia.


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