El reglamento sobre las amenazas transfronterizas para la salud trata de garantizar una respuesta coordinada a las amenazas de enfermedades transmisibles y aquellas de origen químico, biológico y ambiental. En este contexto, el Consejo de la Unión Europea ha alcanzado un acuerdo para reforzar el papel del Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC). Ahora, el próximo paso es que la Presidencia Europea, encabezada por Eslovenia en estos momentos, comience negociaciones con el Parlamento Europeo.

En una reunión de los representantes adjuntos en la UE se han valorado los borradores de las propuestas que enmarcan al ECDC. En este sentido, el ministro de Salud de Eslovenia, país que encabeza la presidencia semestral en estos momentos, Janez Poklukar, ha calificado esta decisión como “otro paso importante en el sistema de seguridad sanitaria de la UE”.

“Necesitamos mejor coordinación, más intercambio de datos relevantes, buena planificación y organismos de la UE capaces de mantener seguros a los ciudadanos para hacer la UE sea más resistente para cuando ocurra la próxima emergencia sanitaria”

Janez Poklukarministro de Salud de Eslovenia

En el borrador de propuestas también se incluyen una mejor alineación y coordinación con las recomendaciones y acciones desarrolladas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Un centro más fuerte y una UE con nuevas normas

Para llevar a cabo un seguimiento de estas normativas, la UE prevé el establecimiento de un grupo de trabajo de salud de la UE que puede, previa solicitud, ayudar a los estados miembros con su preparación y planificación de respuesta y respuesta al brote de enfermedades transmisibles. 

El ECDC también se encargará del desarrollo de plataformas digitales para la vigilancia epidemiológica.

La legislación revisada sobre amenazas transfronterizas a la salud prevé el establecimiento de un plan de la UE para crisis sanitarias y pandemias, que incluye disposiciones sobre intercambio de información, alerta temprana y gestión de riesgos. Los Estados miembros, al elaborar sus planes nacionales, se pondrán en contacto entre sí y con la Comisión para buscar la coherencia con el ‘plan de preparación y respuesta de la Unión’. De acuerdo con las nuevas normas previstas, la Comisión puede reconocer una emergencia de salud pública a nivel de la UE, activando así mecanismos para controlar la escasez de medicamentos o activar el apoyo del ECDC.


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