Impulsar la producción farmacéutica europea previene la escasez de medicamentos y facilita la autonomía del viejo continente. Los primeros días de septiembre han comenzado con una iniciativa de 3 eurodiputados españoles que pertenecen a los tres grupos mayoritarios de la Eurocámara. Dolors Montserrat (PPE), Nicolás González (S&D) y Susana Solís (Renew, antes ALDE, liberales a los que pertenecen ahora C’s y PNV) han querido poner ya en marcha el reloj parlamentario con una pregunta a la Comisión Europea (CE). La propuesta ha sido muy bien recibida y cuenta ya con 80 eurodiputados que la apoyan explícitamente.
Una vez más, los grupos políticos del parlamento Europeo colaboran e impulsan soluciones a los problemas futuros pero reales que afrontan los ciudadanos europeos.
Desabastecimientos en aumento
La iniciativa en forma de petición de los tres representantes españoles dirigida a la presidenta de la CE, Ursula von der Leyen, la comisaria de salud Stella Kyriakides y al comisario de mercado Interior, Thierry Breton. Según los peticionarios, los desabastecimientos de medicamentos esenciales irán en aumento . Entre 2017 y 2019 se incrementaron un 60% dichos desabastecimientos y en 2022 la situación fue aún peor.
Desde la EFPIA, su directora general, Nathalie Moll, ha declarado en el XII Encuentro de la Industria Farmacéutica Española en la UIMP, que es preciso definir qué es escasez de medicamentos, para trabajar con datos e información homogénea. De hecho, durante la crisis de COVID-19 no hubo escasez porque la falta de producción de un país se compensaba con otros a nivel mundial. Pero es preciso reforzar las cadenas de suministro y nuestras capacidades de producción, para que Europa sea más autónoma.
Cuando hablamos de escasez de medicamentos esenciales nos referimos a aquellos de amplio uso, de muchos años en los mercados y por ello relevantes para muchos pacientes. Pero Moll habla de que hay muchos medicamentos esenciales “en los laboratorios“, investigándose. Se refiere a la innovación que es crítica para el avance y la lucha contra las principales enfermedades que siguen azotando a nuestra sociedad. La innovación es el motor de desarrollo de un sector estratégico para Europa. Es preciso que se avance en la Estrategia Farmacéutica de la UE, antes de las elecciones de junio de 2024.
Desde las distintas organizaciones y patronales en España centran su interés y preocupación en el suministro y en el texto de la futura norma europea que debe responder al objetivo del impulso del sector, y no a lo contrario, como parece proponian los primeros borradores de la citada estrategia.
Europa, España y el liderazgo mundial
En esta presidencia de turno de la UE, la última completa antes de las elecciones europeas de junio de 2024, algunas tareas están pendientes. Una de ellas es la regulación que acompaña la citada estrategia. Una regulación que debe facilitar que Europa recupere la pérdida de su liderazgo en I+D frente a otros continentes.
España es el primer país de Europa en investigación clínica, sin duda un motor de la inversión en I+D. Durante la presidencia española europea debería haber un avance significativo de la citada estrategia y facilitar el impulso de la investigación clínica en España.
Nuevas aportaciones de la industria
Desde antes de las elecciones, el Gobierno en funciones ya está revisando la nueva aportación de un 2% de las ventas hospitalarias por parte de la industria farmacéutica. Hasta ahora, la aportación mencionada de la industria era del 2% sobre las ventas extrahospitalarias de medicamentos. Pero ahora las ventas hospitalarias son casi de la misma magnitud que las de oficina de farmacia, y es la razón de este nuevo impuesto. ¿Pero, será finalista para la I+D? ¿Permitirá que España refuerce sus grupos de investigación, incluyendo además no sólo aquellos que dependen del ISCIII, sino los grupos independientes que son el motor del liderazgo de España en ensayos clínicos?
Desde luego, si esta nueva aportación de la industria no es finalista para la investigación, y sirve para tapar agujeros presupuestarios dentro o fuera de la sanidad, no estamos haciendo políticas coherentes.
Reforzar la capacidad del sector farma incluye la producción y fabricación de medicamentos en Europa, pero también el impulso de la investigación en nuestro continente. Ese es el deseo y la voluntad de los países de la UE y de la instituciones europeas. El parlamento Europeo y la Comisión deben también hacer frente a al acceso a la innovación y corregir las demoras y restricciones de los nuevos medicamentos. España ocupa un pésimo lugar en dichas demoras, con más de 600 días de retraso en la aprobación de medicamentos tras el visto bueno de la EMA. La presidencia española de la UE nos pone en el foco de atención durante este semestre y algo debe suceder.
