La investigación biomédica española ha dado el ‘do de pecho’ durante la pandemia demostrando el potencial que tiene para estar a la altura de las grandes potencias mundiales. Por ello, los expertos reunidos en la ‘Conferencia de Alto Nivel Sanidad+Innovación: un binomio para la España post-Covid’, han puesto de manifiesto la importancia de aprovechar la oportunidad que se le ofrece a la I+D de nuestro país.

Datos e innovación

Para conseguir este objetivo María Jesús Lamas, directora de la Agencia Española del Medicamento y el Producto Sanitario (Aemps), instaba a aprovechar instrumentos como “la Estrategia Farmacéutica de la UE y, en concreto, la de reguladores que está en marcha para 2025”. En este sentido, precisaba, “los dos pilares sobre los que se cimienta este plan son el big data y la innovación”.

Aquí, ponía el foco sobre proyectos que se están acometiendo en materia de datos, como Darwin, base de datos masiva con la que se pretende registrar datos a nivel europeo. En todo este trabajo, según Lamas, es de extrema importancia “llevar a cabo un procedimiento muy estricto para que los datos sean fiables, asegurando que sean anonimizados y al mismo tiempo ayuden a responder preguntas que hasta ahora no se ha logrado”. Todo esto, remarcaba, prestando atención a puntos como “la calidad de los datos, su operabilidad, la gobernanza, pertenencia y aspectos legales y éticos”. Todo esto, explicaba Lamas, va a ser útil en investigación clínica, teniendo en cuenta que cada vez “aparecen más formas nuevas de diagnosticar y tatar a los pacientes, por lo que es necesario regular y clasificar todos los datos”.

Aplicación en ensayos clínicos

Por otra parte aludía a la innovación en ensayos clínicos, afirmando que “van a aparecer nuevos diseños en los que se integre el uso de bases de datos masivas”. Asimismo, explicaba que este tipo de registros aplicados a ensayos van a servir para “ejecutar estudios más descentralizados, con centros hospitalarios de referencia y satélites, lo que hará que lleguen cada vez a más pacientes”.

La aplicación de este universo de datos a la investigación en hospitales, planteaba Lamas, “tiene mucho que pulir todavía”, precisando que “hay que garantizar que se puede aplicar sin que disminuya la calidad de la asistencia, aunque teniendo en cuenta que la mayoría de cuestiones tienen solución y pueden ser ventajosas y compensar al beneficio que se puede generar”. En definitiva, resumía, “vamos hacia modelos que van a facilitar el acceso a ensayos clínicos para pacientes que los necesitan”.

Potencial de la investigación en España

Por su parte, Humberto Arnés, director general de Farmaindustria, marcaba un objetivo claro: “hay que ver cómo situar a España como potencia en investigación biomédica y situarnos entre los países punteros”. Y es que, precisaba que “en muchas ocasiones se ha dicho que, junto a la transición ecológica y la digitalización, la investigación biomédica es el tercer vector que va a marcar el desarrollo de las sociedades; por eso urge introducirla en el concepto de salud”.

Para lograrlo, Arnés se refería a varias palancas como el incremento de recursos económicos, la apuesta por el talento, trabajar para poner a España en el panorama internacional de la investigación biomédica y asegurar la participación de todos los agentes implicados. El representante de Farmaindustria consideraba que España tiene “buena base, buenos profesionales, centros de investigación básica y clínica y una industria farmacéutica y con larga tradición investigadora en nuestro país”, ingredientes perfectos para lograr las metas fijadas.

Arnés también ponía en valor el papel de la colaboración público-privada, instando a “apostar por proyectos tractores en ámbitos de futuro como las terapias génicas, o en otros con necesidades clínicas no cubiertas como las resistencias antimicrobianas”. Asimismo, Lamas también ponía sobre la mesa “la importancia de esta estrategia de cooperación en la que ambas partes ganan”; a este respecto agregaba que con la colaboración público privada “se genera conocimiento pero también economía, y esto debe mejorarse para impulsar este modelo de cooperación”.

Planes a largo plazo

Desde una perspectiva más local, Vicente Alonso, director general de Asistencia del Servicio Extremeño de Salud (SES), señalaba que “hace 20 años, la Ley de Salud de Extremadura ya decía que había que impulsar la investigación en todos los centros públicos del SNS; los planes que se han ido elaborando, y el más nuevo que tenemos contemplan este objetivo como prioritario”. Alonso apostaba por “convertir al servicio de salud en una organización basada en el conocimiento”. Todo esto debe cimentarse, exponía, en que “una mejor salud hace que la sociedad se enfrente mejor a los retos que nos plantea el futuro”.

Durante la clausura, la secretaria de Estado de Sanidad, Silvia Calzón, planteaba que el Ministerio ya está trabajando en el impulso de la innovación; “la finalidad de todas estas medidas no puede ser otra que la de hacer llegar las mejores terapias posibles a los pacientes y hacerlo además en el menor tiempo posible, con la mayor rapidez”. Para alcanzar este objetivo, indicaba que “hay que conjugar una visión a largo plazo que dé seguridad a los proyectos de I+D, una inversión en investigación básica pública reforzada y una regulación farmacéutica que también garantice el acceso rápido a las innovaciones terapéuticas por parte de la población”.


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