El sector farmacéutico ha vivido una semana convulsa en la Unión Europea. La semana comenzaba con un acontecimiento de suma trascendencia como es el inicio de la tramitación de la legislación de la Estrategia Farmacéutica Europea y ha continuado con la publicación del siempre esperado y fuente de referencia Informe W.A.I.T. de acceso a la innovación. Sin embargo, estos eventos han dejado sensaciones agridulces, en el mejor de los casos.

Tras los continuos retrasos en la revisión de la normativa, el ansiado borrador veía por fin la luz el miércoles 26 de abril. La comisaria de Salud de la UE, Stella Kyriakides, presentaba las novedades que introduce la modificación de la legislación con la expectativa de que se trataba de la “mayor reforma” en más de 20 años.

El “enorme” paquete de medidas se condensa en un documento de más de 400 páginas que trata de buscar un “equilibrio” entre los intereses de los pacientes y los intereses de la industria al proponer un acceso más rápido y equitativo a los medicamentos, a la par que una serie de incentivos para las empresas, según expuso la propia Kyriakides.

«Un hito» que la patronal farmacéutica europea, Efpia, considera que no comienza con buen pie. El organismo apunta que “la revisión corre el riesgo de sabotear la industria de las ciencias de la vida de Europa, lo que aleja a los pacientes europeos de la atención médica de vanguardia. Asimismo, el sector considera que el impacto de las políticas establecidas en la propuesta de la Comisión Europea (CE) debilita los incentivos para la inversión en innovación y dificulta, por tanto, el desarrollo de nuevos medicamentos en Europa.

Por su parte, la patronal europea se compromete a trabajar con los miembros del Parlamento Europeo, el Consejo y otras partes interesadas para garantizar que la legislación farmacéutica revisada y el paquete de patentes satisfagan las necesidades de los pacientes, los sistemas de atención médica, los Estados miembro y el sector de las ciencias biológicas de Europa.

En este contexto, el informe W.A.I.T. ha señalado que la tasa media de disponibilidad de medicamentos en todas las áreas de tratamiento se ha reducido al 47 por ciento, un dos por ciento menos que las cifras del año pasado. Un año más, esta publicación pone de manifiesto las inequidades en acceso entre países europeos. Muestra de ello es que en Alemania el tiempo medio hasta que un fármaco está disponible es de 128 días y en Malta llega hasta los 1.351.

Si nos centramos en España, el tiempo hasta la disponibilidad de medicamentos innovadores en España aumenta, de media, de 517 a 629 días. Como contrapunto positivo, el informe muestra una mejora en la disponibilidad de los medicamentos: España pasa de un 53 por ciento a un 58 por ciento de accesibilidad a los fármacos que aprueba la Agencia Europea del Medicamento (EMA).

Sensación agridulce para Europa y sensación agridulce para España.


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