La Comisión Europea ha lanzado un documento sobre la gestión de los riesgos climáticos en Europa, con el fin de que la Unión Europea (UE) y sus Estados miembros puedan prever, comprender y abordar de manera más eficiente y efectiva los crecientes riesgos climáticos. También se ofrece información sobre cómo preparar y aplicar estrategias que salven vidas, reduzcan los costes y protejan “la prosperidad” en toda la UE.

Este documento se ha realizado como respuesta a la primera evaluación europea del riesgo climático (EUCRA), un informe científico elaborado por la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA), que determinó que el continente no está preparado para los riesgos climáticos que crecen con rapidez. En conjunto, ambos documentos representan un llamamiento a la acción a todos los niveles de gobierno, así como al sector privado y la sociedad civil, ya que todos los sectores están expuestos a riesgos climáticos.

En este sentido, Maroš Šefčovič, vicepresidente ejecutivo responsable del Pacto Verde Europeo, Relaciones Interinstitucionales y Prospectiva, ha señalado que “el año pasado fue, con diferencia, el más cálido desde que hay registros, por lo que Europa necesita reforzar la resiliencia frente a los efectos derivados del clima, determinando los riesgos, mejorando la preparación y ajustando las políticas en todos los ámbitos para proteger las vidas y los medios de subsistencia”.

Incremento de la temperatura

2023 fue el año más caluroso desde que hay registros y la temperatura media mundial de los doce meses anteriores había superado el umbral de 1,5 grados contemplado en el Acuerdo de París, según el último informe del Servicio de Cambio Climático de Copernicus. Estos datos muestran la necesidad de tomar medidas globales, medidas que Europa ya ha puesto en marcha con el fin de reducir sus emisiones y limitar el cambio climático.

Sin embargo, la temperatura no es el único riesgo climático. “Las olas de calor récord, las graves inundaciones, las sequías y los incendios forestales extremos son cada vez más frecuentes e intensos. Europa es el continente que más rápidamente se está calentando. Tenemos el deber colectivo de proteger a nuestros ciudadanos y nuestra prosperidad frente a los riesgos climáticos, pero no siempre está claro quién debe asumir la responsabilidad y cómo ha de hacerlo”, ha destacado Wopke Hoekstra, comisario de Acción por el Clima.

Resiliencia frente al cambio climático

La Comisión Europea insiste en el carácter esencial de actuar para mejorar la resiliencia frente al cambio climático a fin de mantener el buen funcionamiento de la sociedad y proteger a las personas, la competitividad económica y la salud de las economías y empresas de la UE.

Además, invertir por adelantado en la reducción de la vulnerabilidad frente al riesgo climático conllevará unos costes mucho más bajos que los altos importes necesarios para recuperarse de efectos del clima como sequías, inundaciones, incendios forestales, enfermedades, malas cosechas u olas de calor. De acuerdo con datos de la Comisión “una estimación conservadora es que esos daños podrían reducir el PIB de la UE en aproximadamente un siete por ciento a finales de siglo”. Del mismo modo, han señalado que las inversiones en edificios, transporte y sistemas energéticos resilientes frente al cambio climático también podrían brindar significativas oportunidades de negocio y redundar de forma más amplia en beneficio de la economía europea, al crear puestos de trabajo altamente cualificados y generar energía limpia asequible.

Principales categorías de acción

Mejora de la gobernanza: la Comisión solicita a los Estados miembros que velen por que los riesgos y responsabilidades se comprendan mejor y se basen en los mejores datos y en el diálogo. Determinar quiénes son responsables en materia de riesgos constituye un primer paso crucial. Asimismo, reclama una cooperación más estrecha en materia de resiliencia frente al cambio climático entre los niveles nacional, regional y local para velar por que haya capacidades técnicas y recursos donde sean más eficaces.

Mejores herramientas para capacitar a los responsables en materia de riesgos: junto a la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA), facilitarán el acceso a los principales datos, productos, aplicaciones, indicadores y servicios de forma detallada y localizada. Para ayudar en situaciones de emergencia, el servicio de alerta de emergencia por satélite de Galileo (EWSS) estará disponible en 2025 para comunicar información de alerta a personas, empresas y autoridades públicas incluso cuando se eliminen los sistemas de alerta terrestre. Las principales lagunas de datos se colmarán gracias a la propuesta de Ley de vigilancia forestal y a la propuesta de Ley de vigilancia del suelo, que mejorarán las herramientas de alerta temprana de los incendios forestales y otras catástrofes y contribuirán a unas evaluaciones de riesgos más precisas.

Aprovechamiento de las políticas estructurales: tres ámbitos políticos estructurales resultan especialmente prometedores desde el punto de vista de la gestión de los riesgos climáticos en todos los sectores. Desde una mejor ordenación del territorio en los Estados miembros y la incorporación de los riesgos climáticos a la planificación, hasta el mantenimiento de infraestructuras críticas y el vínculo entre los mecanismos de solidaridad a nivel de la UE. Los sistemas y activos de protección civil deben estar preparados para el futuro, mediante inversiones en la gestión del riesgo de catástrofes de la UE y de los Estados miembros, capacidades de respuesta y conocimientos especializados que puedan aplicarse rápidamente más allá de las fronteras. Así deberían integrarse plenamente los riesgos climáticos en los procedimientos de gestión del riesgo de catástrofes.

Condiciones previas adecuadas para financiar la resiliencia frente al cambio climático: será crucial movilizar fondos suficientes para la resiliencia frente al cambio climático, tanto públicos como privados. Para velar por que el gasto de la UE sea resiliente al cambio climático, la Comisión integrará las consideraciones de adaptación a tal cambio en la ejecución de los programas y actividades de la UE como parte del principio de ‘no causar un perjuicio significativo’. Convocará un grupo de reflexión temporal sobre la movilización de financiación con destino a la resiliencia frente al cambio climático. Este grupo reunirá a los principales interlocutores de la industria y a representantes de instituciones financieras públicas y privadas para debatir cómo facilitar la financiación destinada a este fin.

Grandes grupos afectados

En el documento publicado por la Comisión Europea se exponen propuestas de actuación concretas divididas en seis grandes grupos afectados: los que afectan a los ecosistemas naturales, la salud, los alimentos, las infraestructuras y el entorno construido, la economía y el agua. La aplicación del Derecho vigente de la UE es un importante elemento previo a la hora de gestionar con éxito los riesgos en muchos de estos ámbitos.

Aunque el informe está centrado en la UE, también actúa a escala internacional a la hora de hacer frente a estos riesgos, y una gran parte de la financiación internacional para la lucha contra el cambio climático se destina a medidas de adaptación. La Comisión ha destacado que seguirá intercambiando experiencias, conocimientos y herramientas en materia de gestión de riesgos climáticos a escala internacional y abordará su gestión en sus conversaciones bilaterales y multilaterales.


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