carlos b. rodríguez Madrid | viernes, 25 de noviembre de 2011 h |

La crisis financiera ha subrayado la necesidad de mejorar el coste-efectividad de los sistemas sanitarios. Los Estados miembro de la UE se enfrentan a una dura tarea, presionados para alcanzar el balance exacto entre la provisión de un acceso universal y de calidad sin exceder los límites presupuestarios. El tercer programa de actuación en el terreno de la sanidad lanzado por la Comisión Europea contribuye a buscar soluciones que garanticen la sostenibilidad, un ámbito en el que la evaluación de tecnologías sanitarias tiene mucho que decir.

Bajo los auspicios del Programa de Salud de la UE, en 2010 se puso en marcha la acción conjunta de evaluación de las tecnologías sanitarias. La finalidad de este proyecto es facilitar un uso eficiente de los recursos de evaluación de las tecnologías sanitarias en Europa; crear un sistema sostenible que permita poner en común los conocimientos relativos a la evaluación de las tecnologías sanitarias y promover buenas prácticas en cuanto a métodos y procesos de evaluación de las tecnologías sanitarias.

Con su tercer programa en el campo sanitario, ‘Salud para el Crecimiento’, que abarcará desde 2014 hasta 2020, la Comisión Europea quiere reforzar y enfatizar los vínculos existentes entre el crecimiento económico y la salud de la población, y desea hacerlo de manera más exhaustiva que en los dos programas anteriores. Para ello, la dotación de 446 millones de euros se centrará en un número reducido de acciones pero con un claro valor añadido para la UE.

Facilitar la innovación y sostenibilidad en los sistemas sanitarios es la primera y más importante de ellas, ya que aglutinará la proporción más importante del presupuesto (un 48 por ciento). En el contexto de este gran objetivo tiene mucho que ver el refuerzo de la cooperación en materia de evaluación económica, que según los objetivos del programa permitirá “desarrollar herramientas y mecanismos comunes a nivel europeo que permitan identificar carencias de recursos, tanto humanos como financieros”.

Los restantes objetivos del futuro programa sanitario son mejorar el acceso de los ciudadanos a una asistencia sanitaria más segura y de mayor calidad; promover la salud y prevenir las enfermedades y protegerlos de las amenazas sanitarias transfronterizas. Entre ellos se repartirán el 22, el 21 y el 9 por ciento del presupuesto total.

Crecimiento vs salud pública

El nuevo programa de Salud forma parte de las prioridades financieras de la Unión Europea. Sus propuestas deberán ahora debatirse en el Parlamento Europeo y el Consejo de Ministros, con vistas a su adopción antes de finales de 2013 para que entren en vigor al año siguiente. Paralelamente, continuarán las negociaciones relativas al Marco Financiero Plurianual para el presupuesto general de la UE.

Una cuestión a dilucidar será cuál debe ser el enfoque prioritario. Para la Comisión Europea, la salud no es solo un valor en sí mismo, sino también una vía para el crecimiento de un país. Sin embargo, la situación griega demostró cómo la crisis puede poner en jaque los sistemas de Salud. Por ello, instituciones como la EPHA han puesto el acento en la necesidad de defender más que nunca la Salud pública.

Hace meses, cuando se hicieron públicas las prioridades financieras de la UE para 2014-2010, la Alianza por la Salud Pública criticó que el presupuesto dedicado a salud equivalía a 11 céntimos por año y persona. Desde ese momento, la EPHA lucha porque el tercer Programa de Salud se enfoque no sólo hacia el crecimiento económico, sino hacia la universalidad, la equidad y la solidaridad de las políticas sanitarias europeas.