En un contexto de envejecimiento de la población, es necesario poner el foco en la prevención a lo largo de toda la vida. Aquí, cobran especial importancia los programas de inmunización que no sólo se centran en la población pediátrica, sino también en los adultos.

Y es que, el sistema inmune de las personas es más débil en las etapas más tempranas, cuando todavía no se ha sometido a agentes que lo entrenen, y ya en edades más avanzadas, cuando se ve comprometido. Además, cabe destacar que, en la población de mayor edad, pueden aparecer otras comorbilidades que dificulten que las personas afronten determinadas infecciones; para evitar peores consecuencias y secuelas tras la enfermedad, la vacunación ha demostrado ser la herramienta más exitosa y coste-efectiva.

Estas han sido algunas de las conclusiones que se han expuesto en el marco del evento europeo ‘Liberar el poder de la prevención: hacer de la inmunización de los adultos un estándar de atención en un mundo que envejece’, impulsado por GSK en el marco de la Semana Mundial de la Inmunización de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que se celebra entre el 24 y el 30 de abril.

Valor de la prevención

Mondher Mahjoubi, vicepresidente sénior y Chief Patient Officer en GSK, puso en valor que la compañía “tiene un gran liderazgo en vacunación, cubriendo amplias necesidades médicas y contando con vacunas críticas”. “Actualmente tenemos 18 vacunas en desarrollo y contamos con un amplio rango de tecnologías”, ha añadido. Pero, más allá de disponer de vacunas, lo importante es que estas lleguen a la población. “En 2024 todavía estamos intentando que la gente y la sociedad entiendan la importancia de la vacunación, y todavía no se ha terminado de comprender la importancia de la prevención, está infravalorada”, ha aportado.

Transmitir este valor es esencial puesto que la vacunación, como ha indicado Mahjoubi, “es una herramienta coste-efectiva, con un gran impacto económico y que ofrece protección tanto directa como indirecta”.  También destacó que se estima que la pérdida de productividad derivada de no aplicar adecuadamente los programas de inmunización se estima en un billón de euros en los países del G20. Por todo ello, ha afirmado que “la inmunización de los adultos debería establecerse como nuevo standard of care”.

Envejecimiento de la población

Piyali Mukherjee, vicepresidenta y Head of Global Medical Affairs del área de vacunas de GSK ha puesto de relieve los beneficios de la inmunización en un contexto de envejecimiento de la población. La experta ha respaldado su presentación en datos como que en 2050 habrá más de 2.000 millones de adultos de más de 60 años y cada vez menos niños. En este sentido ha advertido que “no hay infraestructura para afrontar este cambio poblacional”.

Teniendo en cuenta que los sistemas inmunes de la población pediátrica y de edad avanzada son los que se ven más comprometidos, a lo que se suma la falta de concienciación en personas más mayores, Mukherjee ha incidido en la necesidad de aumentar las coberturas en estas edades. “Las personas más mayores son las que contraen más infecciones respiratorias del tracto inferior y su impacto es entre 17 y 19 veces mayor que en otros grupos de edad”, ha remarcado. A esto hay que sumar otros factores, como las comorbilidades que presente cada paciente. “Cabe destacar que, tras las hospitalizaciones por ejemplo en personas de edad avanzada con virus respiratorio sincitial (VRS), puede haber secuelas que les hagan perder independencia para afrontar sus tareas diarias”, ha agregado Mukherjee.

En el plano económico, Mukherjee también ha aportado varios datos. El primero, que un estudio llevado a cabo en Países Bajos mostró que, por cada euro invertido en vacunación a partir de los 50 años, el retorno era de cuatro euros. Otro, que el 77 por ciento de países de la Unión Europea y Reino Unido destinaron menos del 0,5 por ciento de su presupuesto a la inmunización.  

Optimización de la comunicación

En el coloquio posterior a las presentaciones, los expertos han coincidido en la necesidad de mejorar la comunicación a la sociedad para que realmente calen todas las consecuencias positivas que conlleva una adecuada inmunización.

Sibilia Quilici, directora ejecutiva de Vacunas en Vaccines Europe ha expuesto que “en un contexto desafiante, con mucha presión económica que generalmente se acompaña de recortes presupuestarios, tensiones políticas y amenazas como el cambio climático, necesitamos prevenir las enfermedades infecciosas sobre todo en población vulnerable”.  En este sentido, y atendiendo a los datos de inversión en inmunización, animó a las administraciones a aumentar las partidas en este ámbito. Asimismo, ha llamado a “transmitir el retorno que produce esta inversión y generar los datos económicos oportunos”. “Queda mucho por hacer y es necesario un cambio de mentalidad, porque si no, en 10 años, la situación será peor”, ha aseverado.

Así, Quilici ha considerado que para impulsar este avance “es necesario cambiar la narrativa”. En esta idea ha coincidido Cedric ‘Jamie’ Rutland, especialista en Cuidados pulmonares y críticos en Rutland Medical Group. “Es muy importante transmitirlo como un ‘pack’, que la gente entienda la importancia de contar con un plan de vacunación a lo largo de toda la vida sumado a otros hábitos saludables como la actividad física y la alimentación”, ha subrayado el experto. Otro aspecto al que ha aludido Rutland es que “más que combatir la desinformación, hay que dar información de calidad y fiable; además, hay que servirse de todos los canales posibles como periódicos, radio, posters en la calle o cualquier otro para garantizar que el mensaje llega”.

Por su parte, Jane M. Barratt, global advisor en la International Federation on Ageing (IFA), ha puesto el foco en iniciativas llevadas a cabo en países como Alemania, Francia o Hong Kong, así como programas novedosos que se están llevando a cabo en India. “Lo que necesitamos es escalar las buenas prácticas que detectemos a otros países, en algunos han ido prácticamente ‘puerta a puerta’ para garantizar que la gente los conocía y no quedase fuera, en lugar de esperar a que cada persona tome la iniciativa”, ha aportado.

Para finalizar, en términos de comunicación, Barrat ha puntualizado que “a veces la información es confusa tanto para clínicos como para el público general; las guías de vacunación a veces son para mayores de 65, otras de 75… por ello, es necesario documentarlo y simplificar las recomendaciones”.  


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