En lo puramente profesional, para los farmacéuticos madrileños las elecciones regionales del 4 de mayo serán una suerte de “volver a empezar”. No solo porque el adelanto electoral —como también ha contribuido la pandemia— ha ‘paralizado’ aquellos proyectos que estaban en marcha, véase la nueva Ley de Farmacia, sino porque las formaciones políticas concurren a estos comicios con los mismos planteamientos en torno a la Farmacia con los que ya concurrieron a las elecciones. O, directamente, sin alguno.

José Manuel Freire (PSOE).

Así ocurre, en este último caso, con el PSOE. Se reconoce… y se defiende. “El programa socialista no tiene ninguna propuesta específica para la farmacia, porque no es necesario. Lo que no está estropeado no hace falta arreglarlo”, confirmó José María Freire, portavoz de Sanidad socialista en la Asamblea de Madrid en la última legislatura, durante su participación en un debate organizado por la patronal farmacéutica madrileña Adefarma. E insiste en este posicionamiento: “no se precisan cambios que alteren el status quo de la farmacia, y sería impensable hacerlos en el marco de los dos años que va a durar esta legislatura, porque aunque se convoquen ahora luego hay que adaptarse al ciclo electoral.

Mientras, desde el PP, partido que ha ostentado el Gobierno regional en coalición con C’s, las intenciones se mantienen. Y esas intenciones no son otras que sacar adelante una nueva Ley de Farmacia. Una actualización de la norma que ya fracasó en la penúltima legislatura y que se recogía en el acuerdo de Gobierno con C’s de cara a esta que ha finalizado prematuramente. La propia presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, confirmó las intenciones de tramitarla y, más recientemente, lo corroboró la propia responsable del departamento de Ordenación Profesional, Elena Mantilla, en una entrevista con EG.

Imagen del encuentro organizado por Adefarma

Pues bien, en este debate de Adefarma, fue el popular Eduardo Raboso el encargado de volver a recordarlo. Incluso, hacer de la necesidad virtud y aprovechar este retraso y las lecciones que ha dejado la pandemia, para hacer una norma “aun más innovadora” respecto al papel de las farmacias y el bien de la sociedad. “En la última tramitación del proyecto de la Ley de farmacia C’s nos cambió de criterio cinco veces.. y ahora me alegro que no saliese adelante”, indicó Raboso en alusión a la opción de introducir novedades tras las elecciones del 4 de mayo.

Eduardo Raboso (PP)

“La pandemia nos ha enseñado que hay que revisar todas nuestras estructuras sanitarias y muchas normas han quedado en la cuneta por esa pandemia, como la ordenación farmacéutica. Las farmacias han tenido que hacer cosas que estaban fuera de la ley, como la entrega de medicamentos a domicilios. La ley de Farmacia se vio superada por la realidad, pero nos sirvió para pensar en una ley de farmacia más ambiciosa con la que se pueda hacer frente a futuras epidemias, que las habrá”, expuso Raboso. La réplica del PSOE pasa porque “la Ley de Farmacia —en alusión al último proyecto— se presentó mal y tarde”. “Presentamos 164 enmiendas que configuraban una Ley alternativa”, defendió Freire.

Elecciones 4 de mayo: el fondo y las formas

El resto de formaciones políticas sí se muestran partidarios de trabajar en una nueva Ley de Farmacia, que actualice la aún vigente que data de 1999.

José María Antón (C’s).

Existe ese cierto acuerdo en el fondo… No tanto en las formas. O contenido. “Cuando se hizo la actual LOF ni había Internet, por lo que sí hay que actualizarla, pero siempre dentro del consenso; leyes de este calado deben contar con un amplio consenso y calado, desde los partidos a los profesionales y la propia sociedad y pacientes”, expuso José María Antón (Ciudadanos). “Queremos que sea una ley que valga para próximos decenios, con o sin pandemias”, sumó el popular Raboso.

Diego Figuera (Más Madrid).

Desde Más País se apuesta también “por una ley consensuada, realizada con tiempo y que permita a la farmacia estar en el siglo XXI y no en el siglo XX”, indicó su representante en este debate, Diego Figuera. Eso sí, con su siguiente postura de postura de inicio: “En la Ley de Farmacia debe primar el bien público por encima del profesional”.

Vanessa Lillo (Unidas Podemos).

Un parecer coincidente con el de Unidas Podemos que, si bien no se opone a una nueva norma, “sin que ello implique una privatización encubierta; no puede haber duplicidad de tareas”, opina Vanessa Lillo, su portavoz de Sanidad.

Por parte VOX, la diputada Gádor Joya recordó que “hay que avanzar en un desarrollo reglamentario que permita el desarrollo de los farmacéuticos”. Y, en concreto y como cuestiones que podría atender la nueva ley, Goya puso en valor la atención farmacéutica domiciliaria que se ha realizado en esta pandemia y el protagonismo que deben tener las boticas en la prestación a residencias.

Gádor Goya (VOX).

Test de antígenos en farmacias

En el debate de Adefarma, y quien sabe si como otra de las funciones a sumar como permanentes en el futuro, se habló de la participación en cribados de las farmacias. Y, en concreto, de la realización de test de antígenos de COVID-19 que llevan a cabo cerca de 400 boticas regionales dentro de las estrategias públicas de la Consejería.

“Tuvimos prácticamente una verdadera batalla campal con el Gobierno central para que las farmacias hicieran test, cuando los profesionales estaban capacitados y la sociedad lo pedía. Hubo una oposición total y absoluta, pero conseguimos doblegarle la mano. La iniciativa es un éxito, pero es gracias a nuestra perseverancia, no al Gobierno central”, defendió Raboso.

La principal réplica en este aspecto vino desde VOX. Aunque favorable a la iniciativa, “desde la Consejería se ha vendido como un gran acuerdo pero es muy limitado; los farmacéuticos pueden hacer más”, expuso Gádor Joya. Especialmente, la crítica pasa porque “estas pruebas se hacen a pérdidas en las farmacias y los titulares son autónomos”.