Este 17 de abril se celebra el Día Mundial de la Hemofilia bajo el lema “Adaptarse al cambio: Preservar la atención en un mundo nuevo”, con el objetivo de acercar y unir a la comunidad de pacientes con trastornos de la coagulación. Una finalidad de gran relevancia debido al fuerte impacto que la pandemia ocasionada por la COVID-19 ha tenido en las personas que padecen este tipo de trastornos.

En este marco, desde el Consejo General de Colegios Farmacéuticos, a través de la Escuela con Pacientes, y con la participación de la Federación Española de Hemofilia (FEDHEMO) han impulsado una campaña informativa para incidir tanto en la importancia de visibilizar esta enfermedad congénita como en la necesidad de garantizar la continuidad asistencial de estos pacientes en tiempos de pandemia.

Entre las acciones previstas está la difusión en redes sociales de información con los datos más relevantes de la Hemofilia, su abordaje terapéutico, así como el papel que desempeña el profesional farmacéutico en el tratamiento, seguimiento y cuidado de los pacientes con hemofilia. Un papel clave del farmacéutico en los distintos niveles asistenciales que se realiza en coordinación y colaboración multidisciplinar. Una difusión que se realizará a través de los canales en redes sociales del Consejo General de Farmacéuticos y de FEDHEMO con los hashtag #DiaMundialDelaHemofilia y #TuFarmacéuticoInforma.

Cifras y tratamiento de la Hemofilia

La hemofilia es una enfermedad congénita, provocada por un déficit en la actividad de algunos de los factores que participan en la coagulación de la sangre, dificultando así la resolución de hemorragias. Unas hemorragias que se pueden producir tanto a nivel externo —cortes, heridas, hematomas— como a nivel interno, afectando a músculos, partes blandas, sistema nervioso y, de forma destacada, a las articulaciones como tobillos, rodillas y codos; y pudiendo derivar en un daño progresivo conocido como artropatía hemofílica.

Se trata de una enfermedad rara que afecta a entre 1 y 3 de cada 100.000 varones a nivel mundial, estimándose que hay 400.000 personas en todo el mundo y unas 3.000 personas en nuestro país, que presentan esta enfermedad.
En cuanto al tratamiento de la hemofilia, el objetivo es doble. Por un lado, prevenir, reducir y tratar las hemorragias, y por otro, abordar las complicaciones asociadas, especialmente a nivel articular.

Para el control de las hemorragias, se utiliza la administración por vía intravenosa del factor de coagulación afectado, supliendo así la deficiencia. Son medicamentos de uso hospitalario y se administran entre 2-4 veces por semana. Asimismo, en ciertos casos, se utilizan otros medicamentos que requieren prescripción y son de dispensación en la farmacia comunitaria como la desmopresina (vasoconstrictor y hormona hipofisaria) y el ácido tranexámico (antifibrinolítico y antihemorrágico).

Es importante destacar y conocer la existencia de algunos medicamentos que pueden afectar a la coagulación de la sangre e interaccionar con el tratamiento de la hemofilia. Entre ellos se encuentran los antiinflamatorios no esteroideos (AINE) y el ácido acetilsalicílico, antiagregantes plaquetarios, anticoagulantes orales, antidepresivos así como algunas plantas medicinales como el Ginkgo biloba, el ginseng o el jengibre.