La EPOC es una obstrucción crónica y poco reversible del flujo aéreo y es una de las principales causas de morbimortalidad. Tiene un alto impacto en la calidad de vida y acarrea grandes costes directos como indirectos por la discapacidad que puede generar. Según la OMS, en 2030 será la tercera causa de muerte a nivel mundial, en la actualidad en España es la cuarta. La prevalencia de la enfermedad es de un 10 por ciento, pero la mayoría de las personas que lo sufren no están diagnosticadas, un 80 por ciento según el estudio EPI-SCAN II. Además, la mitad de los pacientes manifiestan dificultades en la adherencia, de ahí la gran importancia de tienen los farmacéuticos para luchar contra la EPOC.
Una de los grandes problemas a la hora de tratar esta enfermedad es que está infradiagnosticada, aunque haya síntomas que aparecen antes de la disnea. “Lo primero es el diagnóstico, después hay que estratificar —según el riesgo en base a la disnea— al paciente para facilitar el trabajo a los profesionales sanitario y por último el tratamiento. La EPOC tiene muchos factores de riesgo, principalmente el tabaquismo, pero también influye la contaminación, exposición laboral antecedentes de infecciones o factores genéticos. También existen otras patologías asociadas al pronóstico de la enfermedad.
Las boticas pueden colaborar antes del diagnóstico —ya que hay muchos pacientes que no llegan a la consulta— y después —al ayudar a descongestionar la atención primaria—. Por ello, para los expertos, abordar esta afección de forma multidisciplinar es imprescindible a la hora de diagnosticar y mejorar la salud del paciente.
¿Qué papel juegan los farmacéuticos?
La Farmacia puede contribuir a mejorar la calidad de vida y la salud integral de los pacientes gracias a su empoderamiento a la hora de mejorar el control de la enfermedad. Es decir, su función no se limita sólo a dispensar medicamentos. También realizan funciones de servicio de salud comunitaria y servicios relacionados con la atención terapéutica.
La primera se refiere sobre todo a la alfabetización sobre la salud, como la promoción y educación sanitaria. Una formación del paciente que se suma a la detección de enfermedades a través de cribados y apoyo en la prevención. Aquí cobra una gran relevancia los criterios de derivación del farmacéutico, así como la medición de parámetros clínicos o el apoyo en el diagnóstico. Un ejemplo de lo anterior es el tabaquismo, principal factor de riesgo, y la labor que se puede desempeñar para su cese gracias al servicio profesional farmacéutico asistencial de farmacia comunitaria (SPFA). Mediante el cual se elabora una estrategia través de entrevistas, medición de parámetros y seguimiento del paciente fumador con el objetivo de conocer su motivación personal.
La segunda tiene que ver con el propio uso de las medicinas. Los profesionales aseguran el uso correcto de la medicación, el asesoramiento sobre los mismos o vigilan la adherencia al tratamiento. Además, evalúan los resultados a través del seguimiento farmacoterapéutico y la farmacovigilancia ante el riesgo de efectos adversos.
¿Cómo es el servicio de dispensación en EPOC? Si es la primera vez se debe informar sobre el correcto uso del medicamento (cómo, cuánto, cuándo…) y prevención de falta de adherencia. Si no es la primera vez hay que conocer la percepción del paciente respecto a la efectividad y seguridad de la medicación y si lo toma de forma correcta.
Prevención sobre la adherencia
Los profesionales de la farmacia también pueden ofrecer un servicio de adherencia terapéutica en EPOC para ayudar a aquellos pacientes con exacerbaciones o que tiene dificultades para seguir la medicación. Evalúan la adherencia, si es intencionada o las barreras que pueden existir. Así consiguen dar apoyo y aumentar el conocimiento de la enfermedad en pos de un mejor seguimiento e intervención a través de monitorización, recordatorios, fomentar el autocuidado, adhesión a inhaladores, etc.
En definitiva, los farmacéuticos tienen mucho que decir en el tratamiento de la EPOC y como profesionales de la salud su papel no puede ser infrautilizado. Porque la farmacia es la puerta de entrada para muchos pacientes que no llegan a las consultas médicas.
