El pasado 21 de mayo se celebró la Cumbre Mundial de la Salud, en la que los líderes del G20 se comprometieron con una serie de acciones para acelerar el fin de la pandemia de COVID-19 en todo el mundo y para estar mejor preparados para futuras emergencias sanitarias. La cumbre fue organizada conjuntamente por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el primer ministro italiano, Mario Draghi, como presidente del G20.

Ursula von der Leyen y Mario Draghi durante la Cumbre Mundial de la Salud.

La presidenta de la Comisión destacó que se trata de la primera cumbre del G20 sobre salud, algo que marca el comienzo de “un nuevo capítulo en la política sanitaria mundial”. “Esta es la primera vez que nos reunimos específicamente en salud. Y debemos asegurarnos, juntos, de que esta sea la última pandemia mundial”, afirmó.

Por su parte, el presidente Pedro Sánchez, quien participó en la reunión representando a nuestro país, señaló que el encuentro serviría para “avanzar en las mejoras a largo plazo que necesitamos”. A través de sus redes sociales aseguró que España está “firmemente comprometida” con el fortalecimiento de la arquitectura sanitaria mundial.

Pedro Sánchez, presidente del Gobierno de España

“Los líderes mundiales están fuertemente comprometidos con la cooperación global en salud, lo que significa que no hay prohibición de exportación y se mantienen abiertas las cadenas de suministro globales y se trabaja para ampliar la capacidad de producción en todas partes”, añadió Von der Leyen. También recalcó la necesidad de utilizar todas las herramientas disponibles para respaldar el acceso a vacunas, diagnósticos, terapias y otros suministros médicos.

Asimismo, la presidenta de la Comisión anunció un nuevo Foro de políticas de salud mundial. “Será un evento anual de alto nivel que reunirá a socios de salud mundial en diálogos sobre políticas para que su voz y su experiencia puedan seguir guiándonos e inspirándonos”.

Aprender de la pandemia

La Cumbre giró en torno a las lecciones aprendidas de la pandemia. Y es que estas lecciones serán la clave para convertir la experiencia de la COVID-19 en “soluciones sostenibles para el futuro”.

Von der Leyen apuntó que la primera lección que ella misma ha aprendido es darse cuenta de “cuánto nos necesitamos el uno al otro”, es decir, la cooperación mundial. Por ello, mencionó que los gobiernos necesitan trabajar con científicos, expertos, trabajadores de la salud, compañías farmacéuticas, fundaciones y organizaciones de la sociedad civil, todos preocupados por la salud global.

La Cumbre marcó tres objetivos:

  1. Controlar la pandemia en todo el mundo.
  2. Asegurar un acceso equitativo de las vacunas, no solo a través del intercambio y la exportación, sino también ampliando las capacidades de fabricación a todas las regiones. En este contexto, ‘Team Europe’ se ha propuesto el objetivo de donar, al menos, 100 millones de dosis a países de medianos y bajos ingresos para finales de 2021.
  3. Prevenir y estar preparados ante futuras crisis de salud.

Fabricación de vacunas

El G20 subrayó la importancia de una fabricación cada vez mayor y diversificada, reconociendo el papel de la propiedad intelectual para garantizar la equidad, tanto a través de licencias voluntarias y transferencia de conocimientos como en el contexto de las flexibilidades proporcionadas por el Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (ADPIC).

Respecto a las patentes de las vacunas, la Unión Europea tiene la intención de facilitar la implementación de esas flexibilidades, en particular el uso de licencias obligatorias, incluso para las exportaciones a todos los países que carecen de capacidad de fabricación.

Cumbre Mundial de la Salud

Asimismo, la UE insistió en permitir la exportación de dosis de vacunas al resto del mundo y mantener las cadenas de suministro abiertas. Mario Draghi apuntó que el 50 por ciento de la producción europea se ha exportado a 90 países. Y Ursula von der Leyen aseveró que Europa se compromete a seguir haciéndolo, “con un espíritu de equidad y solidaridad, pero también con un espíritu de seguridad para todos”.

De este modo, la UE presentará una propuesta en la Organización Mundial del Comercio (OMC) centrada en: aclarar y facilitar el uso de licencias obligatorias en tiempos de crisis; apoyar la expansión de la producción; y facilitar el comercio y la limitación de las restricciones a la exportación.

Acceso a vacunas, pruebas y tratamientos COVID-19

Los miembros del G20 acordaron extender el mandato del ACT-Accelerator hasta finales de 2022. Además, reconocieron la necesidad de abordar la brecha de financiamiento de este instrumento de colaboración global destinado a acelerar el desarrollo, la producción y el acceso equitativo a pruebas, tratamientos y vacunas COVID-19.

El G20 incidió en garantizar el acceso equitativo a las vacunas y de apoyar a los países que más lo necesiten. Precisamente, Von der Leyen señaló que, en la Pre-Cumbre, los socios industriales europeos se comprometieron a entregar, sin ánimo de lucro, 1.300 millones de dosis de vacunas hasta finales de 2021 a países de medianos y bajos ingresos bajos ingresos. Además, se han comprometido a la distribución de otras más de 1.300 millones de dosis para 2022. Muchas de ellas se entregarán a través de COVAX.

Preparación ante futuras pandemias

“Prevenir futuras emergencias sanitarias significa fortalecer las capacidades en todo el mundo“, declaró Von der Leyen. Y recordó que actualmente, África importa el 99 por ciento de sus vacunas, algo que “tiene que cambiar”.

En este sentido, ‘Team Europe’ está lanzando una iniciativa con socios africanos sobre fabricación y acceso a vacunas, medicamentos y tecnologías sanitarias en este continente. Así, se desarrollarán una serie de centros regionales distribuidos por todo África y se invertirán 1.000 millones de euros.

Por otro lado, los líderes coincidieron en la necesidad de una alerta temprana, vigilancia y sistemas de activación, que serán interoperables, para estar preparados ante futuras emergencias. Estos sistemas cubrirán virus nuevos, pero también variantes, y permitirán a los países detectar y actuar mucho más rápido para ser capaces de cortar los brotes antes de que se conviertan en pandemias.


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