Por primera vez en la historia, el Ministerio de Sanidad recae sobre una formación política que no es ni el Partido Popular ni el Partido Socialista. Así, ahora todas las miradas del sector están puestas en Mónica García (SUMAR). Y, por el momento, las entidades farmacéuticas y de la industria han dado su beneplácito a la nueva ministra, médico de profesión.

De este modo, parece que se disipa el miedo inicial de que la sanidad española diera un giro de 360 grados con el cambio de signo político. Porque debemos recordar que SUMAR no es Podemos, quien defendía la creación de una industria farmacéutica pública, para nada defendida por el sector.

Por el contrario, Mónica García, quien sustituye a José Manuel Miñones, el primer farmacéutico que pasó brevemente por Sanidad (ocho meses), se compromete a continuar con el “enorme legado” de Ernest Lluch, ministro de Sanidad asesinado hace 23 años por ETA. “La Ley General de Sanidad no fue una ley más, es una de esas leyes que marcan el sentido común de un país”, apuntó la nueva titular de Sanidad durante el traspaso de carteras.

El sector no perdió tiempo y tendió la mano a la nueva ministra en cuanto su nombramiento se hizo público. La profesión farmacéutica ofrece toda su colaboración para, juntos, hacer frente a los desafíos del SNS. En concreto, el Consejo General (CGCOF) expresó su voluntad de mantener una reunión “lo antes posible” con García para trabajar en una agenda común de proyectos en los que la farmacia “puede ser un gran aliado”. Hasta ahora, las comunidades han sido las que han tomado la iniciativa en la regulación de la farmacia, como Madrid o Galicia, pero debería ser el Ministerio quien dirija y oriente.

Por otro lado, la patronal de la industria nacional, Farmaindustria, deseó a la ministra “el mayor éxito” en su gestión, mientras asegura que seguirá trabajando en la puesta en marcha del Plan Estratégico de la Industria Farmacéutica.

Finalmente, sería una pena que la aritmética parlamentaria actual no facilite el consenso necesario para las tareas pendientes, como el RD de precio y financiación o, incluso, la Ley del Medicamento. Son muchos los retos pendientes que debe afrontar y resolver el Ministerio. Y la pregunta es: ¿seguirá García el rumbo marcado por los socialistas?


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