| domingo, 01 de marzo de 2009 h |

LUCÍA GALLARDO

Barcelona

Como cada dos años, el Colegio de Farmacéuticos de Lérida ha celebrado su simposio de la Vall d’Aran, que va por su duodécima edición. Es la primera vez que se organiza con Josep Aiguabella al frente de la institución, aunque, como ya afirmó cuando ocupó el cargo de presidente, la línea a seguir no se distancia demasiado de la emprendida por la junta anterior.

Pregunta. El simposio de la Vall d’Aran acostumbra a tener una buena respuesta por parte de los representantes colegiales. ¿Este año también ha sido así?

Respuesta. Así es. Tuvimos al Consejo General de Colegios de Farmacéuticos casi en pleno, pero también contamos con la presencia de los presidentes de colegios como el de Islas Baleares, Tenerife, Madrid o Huesca, por citar algunos. Y como siempre, contamos con la participación de todos los miembros de la junta del Consejo de COF de Cataluña, con los presidentes de todos los colegios provinciales catalanes.

P. Con todas estas personalidades, casi habrán cubierto el aforo, ¿no?

R. Lo cierto es que el aforo es limitado y solemos contar con numerosos presidentes de colegios, aunque por supuesto que los colegiados están invitados, porque la idea es reunir a las personas que están al frente pero también a los farmacéuticos de a pie. En total, unos 180 farmacéuticos ocupamos el Parador Nacional de Vielha.

P. Un marco realmente incomparable para reunirse.

R. Así es, aunque siempre sufrimos por el tiempo que va a hacer y por la nieve. La intención también es apoyar a los profesionales de la zona, que dadas sus características geográficas lo tienen más difícil para moverse.

P. La consejera de Salud, Marina Geli, tampoco se perdió la cita, con su presencia en la clausura del acto. ¿Hay que aprovechar su presencia para hacerle alguna reivindicación en defensa de la farmacia rural?

R. Todos los presentes en el simposio están bien sensibilizados acerca de los problemas y necesidades de la farmacia rural, pero también de que es la piedra angular del sistema. Y la consejera es la primera que lo reconoce.

P. ¿Tanto como para dar una ayuda económica a los farmacéuticos por la implantación de la receta electrónica?

R. Creo que sí. De hecho, ya hay pactada con el departamento de Salud una subvención de al menos 60 euros mensuales para poder hacer más asumible el proyecto, aunque hay que concretar la forma en la que se vehiculizará el pago a las farmacias.

P. Este año el tema que centró el debate versó sobre el futuro de la farmacia. Muy oportuno.

R. El dictamen motivado es ineludible, así como el de la receta electrónica. Se trata de que cada ponente expresase su punto de vista sobre un tema bastante abierto.

P. La reunión también contó con otros agentes de la cadena.

R. Invitamos a las tres distribuidoras que operan en Lérida. Lluís Barenys, presidente de Federació Farmacèutica, se hizo cargo de una de las ponencias. Por otro lado, Enrique Ordieres, presidente de Cinfa, una colaboración habitual, aportó la visión de la industria.

P. Es el primer año que el simposio se celebró bajo su presidencia. ¿Hubo por esta circunstancia alguna novedad?

R. La organización de las jornadas es trabajo de todos. De hecho, así es como funcionan los colegios pequeños. Contamos además con la ayuda de Víctor Berga, presidente del Colegio de Lérida durante más de 20 años, que se encargó de dirigir el simposio.