Los expertos solicitan gestores con experiencia en el área investigadora para hacer frente a las asignaturas pendientes del sector

Además de la mejora en recursos humanos y financieros, la traslacionalidad requiere según los científicos un cambio de mentalidad

| 2010-12-17T17:11:00+01:00 h |

ROCÍO BUENO

Madrid

La inclusión de la investigación en la formación básica de los médicos fue una de las reclamaciones realizadas por los expertos que participaron en la última mesa redonda organizada dentro de la iniciativa Cátedras en Red, un debate celebrado recientemente en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid en el que se puso de manifiesto la necesidad de encajar el campo investigador en el proceso formativo de los profesionales de la salud. “Me parece preocupante que en la propia licenciatura de Medicina o en la diplomatura de Enfermería la investigación no esté contemplada”, afirmó en este encuentro Antonio Andreu, presidente de la Comisión Técnica de Evaluación de Recursos Humanos del Fondo de Investigación Sanitaria (FIS). A este respecto, añadió que existe “toda una generación de personas que están tomando decisiones que en su propio desarrollo profesional no ha experimentado lo que es la investigación”.

Bajo el título “Investigación traslacional”, este debate analizó la relación entre la investigación básica y la clínica en nuestro país en un momento complicado para los científicos. “No hemos sido capaces de hacer una apuesta por la I+D como semilla de futuro, nos quedan muchas asignaturas pendientes y, justo cuando había que atacarlas, ha llegado la crisis”, aseguró Andreu, que señaló entre esas materias pendientes la internacionalización y la colaboración público-privada.

Sin embargo, los expertos coincidieron en que no estamos ante un problema exclusivamente financiero. “Los grandes retos de la investigación traslacional no pasan sólo por un cambio económico, sino por un cambio de mentalidad”, precisó Carmen Ayuso, directora de Investigación de la Fundación Jiménez Díaz de Madrid, quien destacó que aproximar básica y clínica es una cuestión de “cultura, organización y generosidad”.

En este punto, la adecuada organización de la jornada laboral de los profesionales podría contribuir a mejorar la situación. “Para hacer investigación clínica uno tiene que dedicar un tiempo extra cuando ha terminado la consulta, fuera del tiempo que le pagan, para lo que además tiene que tener la formación suficiente en investigación y esto no puede funcionar así”, criticó Ayuso. Para ella, era evidente la necesidad de un nuevo sistema que tenga en cuenta la intensificación y la consiguiente reducción de carga diaria de trabajo y acabar así con el “desperdicio de talento” que el sistema actual supone.

Por otra parte, los expertos estimaron que no deben perderse de vista las renovadas circunstancias en las que se desarrolla esa investigación, para que dicha labor no caiga en saco roto. Así, Ayuso mantuvo que la consideración de la demografía y las características geográficas son clave para una investigación traslacional “inteligente”. Sobre este aspecto, el envejecimiento de la población, el impacto de las enfermedades raras, las migraciones y la necesaria medicina sostenible constituyen, según ella, los rasgos más destacados del contexto actual, un panorama en el que “la medicina de las 4 Ps (Personalizada, Predictiva, Preventiva y Participativa) se inclinará más del lado del cuidado de la salud frente al del tratamiento de las patologías”.

Investigar en AP

El papel de la atención primaria (AP) en la investigación traslacional fue analizado por Isabel del Cura, de la Dirección Técnica de Docencia e Investigación en Atención Primaria. “El paciente no está sólo en el hospital, también está en el centro de salud, en su casa y en la comunidad en la que vive: tenemos que conseguir que esa traslación llegue a todo el circuito”, dijo, y añadió que “trabajar y hacer investigación en estilos de vida, automedicación, adherencia al tratamiento o atención a los cuidadores exige la participación de la AP en el proceso”.

Para alcanzar el objetivo de llegar desde el laboratorio hasta la cabecera del paciente más allá del centro hospitalario, los expertos del primer nivel de atención sanitaria dirigieron su mirada hacia la plataforma Caiber, a la que Del Cura calificó como “una excelente oportunidad para la AP”. Y es que, para ella, “la oportunidad es mayor aquí porque se consideran las intervenciones no farmacológicas, una de las áreas en las que tenemos un campo de trabajo importante y es difícil conseguir financiación”.

El trabajo en esta línea podría constituir un primer paso para afrontar las debilidades investigadoras en este campo. “Una de las críticas que se hacen a AP es que somos gente muy dispersa, que no conseguimos centrarnos”, explicó Del Cura. Así, como ejemplo de estructuras bien organizadas en este sentido, se refirió a la experiencia de Aragón y Cataluña, de las que destacó la vinculación de la AP a la universidad y el hospital en la primera y la creación de un instituto propio de investigación en la segunda. “Desde Madrid, les miramos con mucha envidia”, concluyó.