Para el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (CGCOF), atender las necesidades de la farmacia rural es una de sus principales prioridades. Por ello, hace ya dos años pidió al Ministerio de Sanidad dejar cerrado un acuerdo para establecer “el protocolo marco de actuación“, de manera que la Farmacia Rural actúe como “agente fundamental a la hora de poder dar servicios sanitarios a la población”.
Así, el Programa de Farmacia Rural quedó firmado el 1 de marzo de 2023 por el CGCOF y tres ministerios: Ministerio de Sanidad –bajo el mandato de Carolina Darias–, Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico y Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030. El compromiso fue desarrollarlo antes de finalizar 2023. Sin embargo, aún está pendiente de materializarse.
En este sentido, el presidente del CGCOF, Jesús Aguilar, espera en este 2024 ser capaces de “poder llevarlo a cabo en alguna comunidad autónoma”. “Así se lo hemos trasladado a la ministra de Sanidad, Mónica García”, ha apuntado en declaraciones a EG. De hecho, Aguilar ha indicado que desde el Consejo se le ha mostrado su disposición para impulsar este Programa y considera que “la propia ministra también tiene ese interés en hacerlo”.
“El documento que firmamos el año pasado fue fundamental. Era un objetivo que nos habíamos marcado y lo conseguimos, pero también es verdad que no hemos conseguido ponerlo en funcionamiento porque hemos tenido dos elecciones, dos ministros…“, ha afirmado Aguilar. ¿Será este 2024 el año de su puesta en marcha?
Hoja de ruta: protocolo y proyecto piloto
El Protocolo General de Colaboración, al que ha podido tener acceso El Global, es el que establece los pasos a seguir. En primer lugar, se deberá impulsar una “experiencia piloto” diseñada entre las partes firmantes (Consejo y ministerios), que “se desarrollará en un ámbito territorial concreto y estará documentada en el instrumento jurídico que corresponda, promoviendo la necesaria participación de las autoridades competentes de dicho ámbito territorial”.
Por tanto, antes de la puesta en marcha del Programa, debe realizarse un proyecto piloto en una farmacia española y, según ha podido saber EG, La Rioja estaría interesada en ello.
Por otra parte, para el seguimiento del Protocolo, así como de la experiencia piloto, se constituirá una Comisión integrada, “en la forma en que se determine en el correspondiente instrumento de cooperación, por representantes de cada una de las partes”.
En concreto, el Programa deberán centrarse en áreas de trabajo concretas. Entre ellas, se incluyen actividades relacionadas con la asistencia sanitaria a la población rural. “Se priorizarán las acciones relacionadas con la optimización en
el acceso a los medicamentos, productos sanitarios y de salud, as[ como el desarrollo de servicios profesionales farmacéuticos asistenciales prestados desde las farmacias comunitarias y su coordinación con el resto de estructuras sanitarias y sociales, que tengan como finalidad la mejora de las condiciones de vida de las personas en áreas rurales y en despoblación, especialmente mayores y colectivos vulnerables”.
Del mismo modo, se menciona la participación de la red de farmacias comunitarias integradas el medio rural en la asistencia farmacéutica de los centros sociosanitarios de la zona; la mejora de la Salud Pública en la población rural; el apoyo a la cooperación en materia de servicios sociales a la población rural; apoyo a las acciones contra la soledad; detección temprana ante situaciones de vulnerabilidad de personas con discapacidad, en especial con dependencia, personas con Alzheimer u otras demencias; y actuaciones relacionadas con la transición digital y la plena conectividad territorial.
Y, una vez definidos estos servicios profesionales a desarrollar y los diferentes programas de esta primera fase, se procederá con las siguientes fases identificadas. En la fase dos, se determinará el esquema de remuneración a las farmacias para los servicios asistenciales prestados; la fase tres consistirá en la implantación y despliegue tecnológico y de las infraestructuras (plataformas, módulos, páginas web, apps, etc.), así como el acondicionamiento de espacios físicos en los casos en los que sea necesario; en la cuarta fase, se diseñarán y concretarán las campañas, programas y actuaciones, involucrando a los medios de comunicación; la fase cinco será la formación y capacitación de los profesionales implicados en cada área de trabajo; y, finalmente, la sexta fase irá dirigida a la formación del paciente y usuarios, especialmente en habilidades tecnológicas y digitales.
Objetivos del Programa
Este Programa, a través de diferentes actuaciones de la farmacia comunitaria, incluye los siguientes objetivos:
- Mejorar la atención sanitaria, social y asistencial en condiciones de equidad de todo tipo de personas que viven en áreas rurales y en despoblación, particularmente a los colectivos sociales mas vulnerables, mejorando su salud, participación y apoyo social y su calidad de vida.
- Atender a la población mayor de las áreas rurales con respuestas adaptadas a sus condiciones sociales y demográficas, facilitando su autonomía y la accesibilidad.
- Garantizar la igualdad de trato, la inclusión y la diversidad sin brechas en el territorio.
- Potenciar la viabilidad económica de la farmacia comunitaria en el ámbito rural a través del impulso de un modelo renovado a integral de asistencia farmacéutica y contribuir en la construcción de una sanidad digital e interconectada.
- Aprovechar el potencial de las farmacias rurales como recursos para la acción social, en línea con la Estrategia Social de la Profesión Farmacéutica.
- Contribuir al mantenimiento del empleo de la farmacia comunitaria rural, estable y cualificado, y mayoritariamente femenino y joven.
En este sentido, las actuaciones de la farmacia comunitaria contempladas en el Programa estarán alineadas con el Plan de 130 Medidas frente al Reto Demográfico. Entre ellas, cabe destacar la igualdad de derechos en todo el territorio nacional, “eliminando la brecha de desigualdad entre áreas rurales y urbanas“, a partir de prestaciones sanitarias y asistenciales básicas.
Asimismo, será fundamental el “abordaje del bienestar social desde un enfoque de derechos”, lo que facilitará “la inclusión social y el desarrollo de proyectos personales y profesionales, como los de los farmacéuticos y el resto del personal de las farmacias comunitarias, que garanticen la libertad de elección del lugar de residencia”.
Además, el Plan 130 recoge, en su eje 8, el fomento de actuaciones que permiten a las farmacias comunitarias situadas en zonas rurales o zonas afectadas por la despoblación lleven a cabo acciones que aumenten la calidad de vida de la población residente en dichos territorios y se garantice una atención socio-sanitaria integral a todas ellas.
La Farmacia Comunitaria, un sector estratégico
En el documento del Protocolo, se realza la labor de la red de 22.137 oficinas de farmacia españolas, que “constituye un sector estratégico para el Sistema Nacional de Salud (SNS) y para el conjunto de la economía española”.
“Su capilaridad y nivel de cobertura garantiza el acceso a la prestación farmacéutica, en condiciones de igualdad efectiva en todo el Estado, y genera equidad y cohesión al SNS”, expone.
En este sentido, una de cada cuatro farmacias comunitarias se encuentra en el medio rural. En concreto, son más de 5.500 establecimientos sanitarios “que atienden a 7,6 millones de personas (16,1 por ciento de la población) y a los que aseguran el acceso al medicamento y el desarrollo de servicios sanitarios, incluidos los relacionados con la promoción de la salud publica en su municipio de residencia, que, en la práctica, aporta un indudable valor social para dichos colectivos”.
Además, el documento recalca que los farmacéuticos son los profesionales sanitarios más cercanos al ciudadano y, en muchas ocasiones, el “único contacto de estas personas de manera continuada con el sistema sanitario”. Una realidad que les hace imprescindibles en cualquier entorno, pero, más si cabe, en el ámbito rural.
