En 2023, aproximadamente 37.500 mujeres fueron diagnosticadas con cáncer de mama en España. En total, entre 300.000 y 400.000 personas viven con esta enfermedad. En este contexto, el cáncer de mama triple negativo representa alrededor del 10-15 por ciento de todos los tumores de mama, un tumor considerado tradicionalmente de mal pronóstico.

El pasado mes de diciembre, Sanidad aprobó la nueva indicación de Keytruda (pembrolizumab, MSD) en combinación con quimioterapia como tratamiento neoadyuvante y luego continuado en monoterapia como tratamiento adyuvante después de la cirugía para el tratamiento en adultos con cáncer de mama triple negativo localmente avanzado o en estadio temprano con riesgo alto, convirtiéndose así en la primera inmunoterapia aprobada para este tumor.

“Pembrolizumab es la única inmunoterapia que ha demostrado aportar beneficios en cáncer de mama triple negativo”, ha explicado Javier Cortés, director del Internacional Breast Cancer Center (IBCC), durante un encuentro organizado por MSD.

La administración de Keytruda en neoadyuvancia en combinación con quimioterapia en tumores localizados ha demostrado que un 65 por ciento de las pacientes ya no presentan enfermedad después de la operación. “Esto es muy significativo porque el porcentaje de curación alcanza el 90 por ciento en los tumores triples negativos que desaparecen tras la operación. Si queda enfermedad, este porcentaje baja a un 60-65 por ciento”, ha resaltado. Por tanto, aumenta probabilidad de supervivencia en 25-30 por ciento.

“En definitiva, aumenta de forma llamativa las posibilidades de que no quede enfermedad al operar, en concreto en un 15 por ciento, y también la posibilidad de que con el tiempo no se desarrollen en metástasis”, ha continuado el oncólogo. “Actualmente, Keytruda es el tratamiento estándar en un porcentaje muy importante de pacientes con este tumor”, ha añadido.

Cortés ha recordado que el diagnóstico de un subtipo triple negativo siempre es una mala noticia, pero la llegada de Keytruda a esta enfermedad aporta mejor calidad de vida, disminuye el riesgo de metástasis y, en el contexto metastásico, prolonga la supervivencia. Sin embargo, ha insistido en que hay que mejorar la investigación con inmunoterapia para ese porcentaje de pacientes que continúan con la enfermedad.

En este sentido, Joaquín Mateos, director médico de MSD, ha resaltado que la compañía continúa avanzando en su compromiso con la investigación oncológica.

“MSD presenta actualmente más de 1.600 ensayos clínicos en inmunooncología, no solo con Keytruda, sino también con la investigación de más de 120 mecanismos de acción y estudios en fases más precoces”, ha destacado.

Un ejemplo de ello son los resultados con Keytruda, cuya primera aprobación se logró en 2015 por parte de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) para el tratamiento del melanoma. Su último hito en España ha sido la aprobación de la financiación por el Sistema Nacional de Salud (SNS) de nueve nuevas indicaciones de Keytruda el pasado mes de diciembre. Actualmente, es el tratamiento de inmunoterapia para el cáncer con más indicaciones financiadas por el Sistema Nacional de Salud, con un total de 17.

Medicina de precisión: biomarcadores e inequidad

El mayor conocimiento de la biología del tumor en los últimos años ha permitido aumentar la disponibilidad de fármacos dirigidos contra alteraciones específicas presentes en algunos grupos de pacientes.

“La disponibilidad de nuevos tratamientos y la búsqueda de una terapia más precisa representan un desafío mayor en el diagnóstico. Ya no solo tenemos que interpretar los resultados de la biopsia, sino que también debemos incluir biomarcadores para determinar si, por ejemplo, un cáncer de mama es HER2+ o triple negativo. Además, estamos incorporando más biomarcadores para afinar aún más la terapia”, ha explicado Federico Rojo, director del Departamento de Anatomía Patológica y responsable de la Unidad de Patología de la Fundación Jiménez Díaz.

La incorporación de los biomarcadores a la práctica clínica permite tomar decisiones sobre qué tratamiento o seguimiento es más adecuado para el paciente. Sin embargo, la inequidad en el SNS da lugar a problemas en el acceso a esta medicina de precisión.

“No todos los pacientes tienen acceso a estos biomarcadores y sin biomarcador no hay medicina de precisión”, ha subrayado. Por ejemplo, un 20 por ciento de los pacientes con cáncer de pulmón no tienen acceso a los biomarcadores.

“Es fundamental que todos los ciudadanos tengan la oportunidad de beneficiarse de esta tecnología. Hasta hace poco no había claridad sobre qué biomarcadores estaban financiados en España, lo que dificultaba el acceso equitativo a estos recursos. Ahora es responsabilidad de cada decisor autonómico garantizar que todos los pacientes tengan acceso a los biomarcadores necesarios para el diagnóstico y tratamiento de su enfermedad”, ha resaltado.

En este escenario, Cortés ha insistido en las deficiencias del sistema, poniendo como ejemplo que un fármaco esté disponible en un hospital y en otro no. “La inequidad mata a muchas personas cada año”, ha subrayado.

El profesional debe explicarle al paciente todas las opciones terapéuticas y diagnósticas disponibles que hay para tratar su enfermedad, estén financiadas o no, y estén disponibles o no en el hospital. El paciente tiene derecho a cambiar de centro”, ha resaltado.

Asimismo, Federico ha insistido en que los hospitales que carecen de acceso a estas tecnologías deben establecer circuitos formales de derivación de muestras. “Hasta ahora, estas derivaciones eran oficiosas, pero ahora deben organizarse a nivel autonómico”, ha enfatizado. Del mismo modo, ha recordado que es necesario invertir en tecnología y formación.