s. calvo Madrid | viernes, 19 de enero de 2018 h |

“Yo no soy provacunas: soy un profesional sanitario que aplica la ciencia”. Es lo que afirma Amós García Rojas, presidente de la Asociación Española de Vacunología (AEV). No defenderlas implica no apostar por la ciencia, argumentaba. Lo cierto es que los expertos reunidos en este I Congreso Virtual en Vacunas, en el que todos los y las expertas coincidían: “En España se vacuna razonablemente bien, las políticas de vacunación son muy buenas”. Tan solo falta un empujón entre adolescentes, adultos y vacunación animal.

“Todavía se pueden mejorar aunque son unas tasas de vacunación en general magníficas”, apostillaba Regina Revilla, directora ejecutiva de Relaciones Institucionales de MSD España. La puntilla la ponía en los profesionales de la salud: “Parece mentira que con los datos actuales de la gripe las tasas de vacunación sean tan bajas, sobre todo en médicos, enfermeros y personal sanitario”.

Agilizar y acelerar los procesos, además de que “sigue siendo muy costoso crearlas” se vuelven prioridades realizables si se echa mano de los nuevos avances tecnológicos: “Da la impresión de que alguien piensa que hacer una vacuna es como apretar un botón, y no es así”, protestaba García Rojas. El proceso puede tardar hasta 15 o incluso 18 años desde que surge la idea hasta que finalmente se materializa en una vacuna con todas las calidades y autorizaciones pertinentes.

Como especificaba Joaquín Mateos, director del Departamento médico de MSD España, hay ciertos puntos urgentes. Entre ellos, solucionar la cuestión de la cadena de frío para que puedan llegar más lejos y a países en condiciones más complicadas; hacerlas más sencillas de suministrar, por ejemplo, con procesos de vacunas por inhalación o aprovechar la predictibilidad computacional.

García Rojas lanzaba su mensaje para los padres y madres que no quieren vacunar a sus hijos: “No hay que criminalizarlos sino educarlos”.