Ya sea por egoísmo o por altruismo, hacer cosas por otro u otros hace sentirse bien a las personas. Bien por lo que digan o crean otros o por convicción personal, si es cierto que ayudar a los demás es como ayudarse a si mismo, ¿quién no mejoraría su situación?. La pregunta traspasa fronteras, y el sector farmacéutico es especialmente sensible. Al fin y al cabo la vocación asistencial en este sector sanitario se sobreentiende.
Así, la mano farmasolidaria traspasa el mostrador y el almacén, a través de numerosas ONG cuyo trabajo se dispara ante desastres naturales —como los terremotos de Haití o Nepal—. Aunque no hay que olvidar que en España también hay necesidades, sobre todo las de aquellas personas que sobreviven en un equilibrio peligroso.
Numerosas organizaciones colegiales han emprendido diversas iniciativas solidarias. Por ejemplo, con los refugiados, el COF de Valladolid destinó 3.500 euros para material hospitalario en Siria; o el COF de Valencia colaborará con la Generalitat en la acogida. Además, el Consejo de COF destina el 0,7 por ciento de su presupuesto a financiar proyectos solidarios (la convocatoria está abierta).
Por ese perfil asistencial, para Antoni Torres, presidente de la patronal catalana, “la ayuda a los demás se encuentra en el ADN del farmacéutico como profesional sanitario”. También reconoce una parte de responsabilidad social corporativa, “colaborar en proyectos solidarios contribuye a visualizar el compromiso de las farmacia con la salud y el bienestar social”, apunta Torres.
Para Valentín de Grado, vicepresidente de Banco Farmacéutico, la solidaridad en España es muy necesaria, “aunque impresiona mucho ver lo que pasa fuera, en España existe una mayor pobreza farmacéutica”, recuerda. Sin embargo, farmacéuticos y ONG denuncian el despilfarro de medicamentos, una de esas contradicciones del llamado ‘cuarto mundo’ tan real como difícil de aceptar. Para paliarlo, la ONG organizó el 20 de febrero, la 9ª jornada de recogida de medicamentos. El resultado fue 30.000 fármacos y 134.000 euros de las boticas, destinados a personas en riesgo de exclusión social en España.
Para Ángel Huélamo, presidente de Farmacéuticos sin Fronteras, el papel farmasolidario “es dar a conocer qué hacemos, qué somos y desarrollar esa parte que todos llevamos o deberíamos llevar dentro”. Además, “la farmacia es el eje fundamental desde el que trabajar, y nuestro trabajo está reconocido como un área más”, destaca. Hay que recordar que “el motor de estas iniciativas son las personas”, indica Ricard Troiano, presidente de Farmamundi, cuya actividad ha mejorado el acceso a la salud de unos 2 millones de personas.
Distribuir y llegar
En la cadena de suministro, la distribución tiene la función de “nexo de unión entre industria y farmacia”, explica Félix Martínez, presidente de la Fundación Cofares. Para” llegar donde se necesita”, colaboran con ONG, ejército, Bomberos sin Fronteras, Cáritas o Cruz Roja, porque “una entidad por sí sola no puede”, asevera.
También Farmamundi reconoce que las cooperativas canalizan las acciones de RSC. Para Troiano, “farmacias, distribuidoras y cooperativas, no solo son socios, sino aliados necesarios”.
En esta línea César Martínez, presidente no ejecutivo de Alliance Healthcare, resalta que “la solidaridad forma parte de nuestra razón de ser. Llevar la salud más cerca y velar por el bienestar de la sociedad”. Así, “la colaboración entre distribución, farmacia y laboratorios es fundamental para llevar a cabo una campaña solidaria con éxito en nuestro sector”, añade. En definitiva, una simbiosis farmasolidaria que traspasa el almacén y el mostrador.
Ángel Huélamo, Farmacéuticos sin Fronteras
La farmacia es el eje fundamental desde el que trabajar, y nuestro trabajo está reconocido como un área más”
Valentín de Grado, Banco Farmacéutico
Impresiona mucho ver lo que pasa fuera, pero en España también existe una mayor pobreza farmacéutica”
Ricard Troiano,
Farmamundi
Farmacias, distribuidoras y cooperativas no solo son socios, sino aliados necesarios en la solidaridad farmacéutica”