El presidente ha asegurado a Farmaindustria que no habrá más medidas de control del gasto, pero la sostenibilidad del SNS no está asegurada y las comunidades buscan fórmulas de ahorro en farmacia
| 2010-09-10T16:59:00+02:00 h |

No se van a adoptar más medidas de contención del gasto. Son palabras de José Luis Rodríguez Zapatero a la cúpula de Farmaindustria en la reunión que mantuvieron la semana pasada. Tal vez ésta sea la última ocasión en la que un presidente del Gobierno tenga que realizar una afirmación de este estilo ante la obviedad de que el sector ha sido exprimido al máximo. Aunque las palabras del presidente pueden generar un alivio al sector, los acontecimientos del último año y medio no permiten una tranquilidad total. Recordemos.

En marzo de 2009, Farmaindustria se comprometió con el Gobierno a liderar el cambio de modelo productivo con el objetivo de salir de la crisis y justo un año después empezaron los problemas con el Real Decreto Ley 4/2010. En aquel entonces desde Sanidad se aseguró que las medidas de control del gasto habían acabado y que no se contemplaba en ningún caso aplicar medidas sobre los medicamentos innovadores, con el objetivo de no perjudicar a las inversiones en I+D que se realizan en nuestro país.

Mes y medio duró la promesa porque, empujados por la Unión Europea, los mercados, Barack Obama y una parte del equipo económico del Gobierno, llegó el Real Decreto Ley 8/2010, por lo que Farmaindustria dio por suspendidos sus compromisos. Un ‘decretazo’ que junto al anterior han puesto a la industria farmacéutica y al sector en general al borde del abismo de su propia sostenibilidad.

El gesto de Zapatero reuniéndose con Farmaindustria puede ser una muestra de la sensibilidad del presidente que ha atendidos a los argumentos que, sin duda le ha explicado Trinidad Jiménez. Pero en un Estado descentralizado como el español, el compromiso del Gobierno no tiene demasiada importancia, y más en el punto de exigencia realizada a los precios y márgenes del sector, ámbito principal de actuación del Ministerio de Sanidad.

Las autonomías tienen mucho que decir en estos asuntos y, especialmente, mucho que hacer, como está ocurriendo. Especialmente porque las medidas tomadas hasta el momento no buscaban la sostenibilidad del SNS sino la de España. Por ello, nadie debería conformarse con la palabra de Zapatero.