| viernes, 26 de agosto de 2011 h |

Los datos del Banco Mundial de 2009 son muy claros. España destina un 9,7 por ciento del PIB a sanidad. Un 72 por ciento del gasto sanitario español es público, lo que deja el mismo en un 6,9 por ciento del PIB. Por supuesto, el Banco Mundial no sabe que España no paga a los proveedores. España come en los mejores restaurantes y no quiere pagar la cuenta. Pero presumimos de tener uno de los mejores sistemas sanitarios, que paga tan mal como un país intervenido por las autoridades financieras de la UE, como Portugal. A la hora de pagar las facturas, escuchamos expresiones que asustan cuando vienen de altos cargos políticos: ”Se gana mucho dinero”, “los medicamentos son caros”… me recuerda el intento de echar la culpa a los bancos de la crisis. Pura demagogia, de la barata.

El PIB de España decreció un 3,7 por ciento en 2009. Invertimos menos en sanidad pública que Portugal (7,9 por ciento), Italia (7,3), Bélgica (8,07). Y nos alineamos con Grecia (6,6 por ciento). ¿Se necesitan más datos? La solución pasa por gastar menos de todo y eliminar al estilo italiano administraciones duplicadas. Los dos grandes partidos se deben poner de acuerdo y ahorrar. ¿Es necesario 66.000 concejales en España? De ellos, 48.000 están en municipios de menos de 5.000 habitantes. Ha llegado la hora de reinventar el estado. O la clase política.

Santiago de Quiroga