La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que la resistencia a los antibióticos se ha convertido en “uno de los mayores riesgos para la salud global, la seguridad alimentaria y el progreso”.

Este fenómeno se ha visto potenciado por el uso inadecuado de estos medicamentos en las personas y los animales, lo que ha hecho que el proceso se acelere y que sea más complicado tratar ciertas infecciones por la falta de efectividad de los antibióticos.

Ante esta situación, los comités de Pacientes y Ciudadanía y Enfermedades Infecciosas de la Sociedad Española de Farmacéuticos de Atención Primaria (SEFAP) han creado una infografía dirigida al público en general, y especialmente a madres, padres y otros cuidadores, con información sobre cómo gestionar las infecciones pediátricas, que en su mayoría son causadas por virus y no requieren del uso de antibióticos.

Esther Trillo, miembro del Comité de Pacientes y Ciudadanía de la SEFAP y una de las autoras de la infografía, señala que, según los datos de un informe del Ministerio de Sanidad publicado en diciembre 2023, el de 0 a 4 años es uno de los rangos de edad (junto al grupo de población mayor de 75 años) donde más antibióticos se consumen.

Infografía creada por los comités de Pacientes y Ciudadanía y Enfermedades Infecciosas de SEFAP.

“Los padres, madres u otros cuidadores muchas veces se ven sin recursos para tratar a sus niños o niñas ante síntomas como fiebre, tos o dolor de oídos o de garganta, y consideran que el uso de antibióticos podría ayudar, pero hay que recordar que hasta el 80 por ciento de las infecciones invernales de la nariz, los oídos, la garganta o los pulmones son producidas por virus, por lo que administrar antibióticos a los menores no aliviará estos síntomas ni curará la infección”, explica Trillo.

Antibióticos consumidos

“Es muy importante saber que los antibióticos sólo son de utilidad si hay una infección que es causada por una bacteria. Por el contrario, si la infección es causada por un virus o por otro microorganismo, el uso de antibióticos, además de no curar la infección, puede tener consecuencias negativas”, señala Trillo, que apunta que esas consecuencias negativas pueden ser tanto para el niño, porque el antibiótico puede producirle algún efecto adverso; como para la población, porque se pueden crear bacterias resistentes a los antibióticos.

Desde el Comité de Pacientes y Ciudadanía de SEFAP recomiendan en este sentido a padres y madres confianza en los pediatras, ya que “serán las personas indicadas para decidir en qué casos el uso de antibióticos puede suponer un beneficio para el paciente”, según explica y concluye la SEFP en un comunicado.


También te puede interesar…