La llegada de la pandemia ha cambiado la forma de relacionarnos en España, y parte de este cambio está ligado a la implantación del uso de las mascarillas que, además de impedir la transmisión virológica del SARS-CoV-2, dificulta la comunicación para aquellas personas que tengan problemas auditivos.

En este sentido, colectivos de pacientes o de sociedades científicas como la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de la Cabeza y Cuello (SEORL-ccc) intentan avanzar para lograr mascarillas homologadas. La Presidenta de la Comisión de Audiología de la SEORL-ccc, María José Lavilla, ha explicado en una entrevista con El Global que la mascarilla complica varios factores que afectan directamente a las personas con sordera. La primera, y la más obvia, es la dificultad implícita en la lectura visual de los gestos del interlocutor, pero el uso de la mascarilla también supone complicaciones sonoras, ya que amortigua la salida de la voz y debilita los sonidos. Este contexto se agrava cuando las personas se encuentran en entornos ruidosos.

“La persona puede oír pero se le escapan algunos fonemas que son claves para la comunicación, como las consonantes, necesitan ver los labios para captar esas pistas”, indica Lavilla. La responsable insiste además en que “la distancia social supone una pérdida de seis decibelios por cada metro de distancia, lo que pone en una situación muy difícil a las personas con sordera”.

Materiales homologados

El principal problema existente en torno a esta dificultad es que en la actualidad no existe ninguna mascarilla homologada que sea transparente y pueda mejorar la comunicación en España. Por ello, la homologación de los materiales plásticos es una de las principales demandas de los colectivos.

“Las mascarillas transparentes no serían para las personas con sordera, sino para los interlocutores”

Presidenta de la Comisión de Audiología de la SEORL-ccc, María José Lavilla

La responsable de SEORL-ccc hace un llamamiento al Ministerio de Sanidad y al Ministerio de Industria para que “establezcan una normativa y un precio asequible”. En este sentido, han surgido distintas iniciativas en España para intentar trasladar esta petición al Gobierno.

La Federación Asociaciones de Implantados Cocleares de España (AICE) lanzó la campaña “20.000 mascarillas, 20.000 sonrisas”. Las mascarillas que fabricaron están constituidas por 4 capas de producto, dos de ellas de TNT (Tejido-no-tejido) y dos de viscosa. Además la pantalla transparente cuenta con una protección antivaho.

“El objetivo principal es que fueran seguras, para ello hemos tenido que buscar un equilibrio entre la transpirabilidad y la superficie transparente”, ha explicado el Presidente de la AICE, Joan Zamora, quien señala que países como Estados Unidos o Portugal ya cuentan con mascarillas inclusivas.

Respecto a la homologación del material, los españoles contamos con una ventaja, según ha explicado la responsable de SEORL-ccc: “Las lenguas latinas necesitan menos superficie transparente en la mascarilla para poder leer los labios, por el contrario las anglosajonas y las germánicas necesitan más superficie y ver más expresión facial”, indica.

Más de 80.000 firmas

Una de las demandas que más ha trascendido ha sido la petición de Marcos Lechet, un joven con sordera que ha trasladado más de 80.000 firmas al Ministerio de Sanidad para homologar mascarillas inclusivas.

“De repente me he encontrado que todo el mundo lleva los labios cubiertos por la mascarilla. No puedo entender lo que dicen y me siento completamente aislado”, lamenta Lechet a través de una petición de la plataforma Change.org.

Lechet asume que la pandemia “ha sido imprevisible para todos” y entiende el uso generalizado de las mascarillas opacas. Pero tras meses sin poder comunicarse, exige la homologación de mascarillas inclusivas, no sólo por comunidades, sino una homologación generalizada en España.

En España un millón y medio de personas tienen discapacidad auditiva, según el Instituto Nacional de Estadística (INE).


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