J. Ruiz-Tagle Madrid | jueves, 07 de diciembre de 2017 h |


Dentro de las fórmulas que
se manejan para el cribado
de pacientes hacerlo por edad es la más respaldada



Pacientes y Sociedad Científicas quieren
que la Atención primaria
gane protagonismo


La Estrategia Nacional para el abordaje de la hepatitis C es una historia de éxito con matices. Más allá de la controversia política inherente a cualquier iniciativa —críticas y loas dependiendo del color político con el que se mire—, existe un denominador común cuando el debate se traslada a los foros donde reinan las sociedades científicas y los pacientes. Se ha avanzado mucho y bien en facilitar los últimos hitos terapéuticos (con más del 95 por ciento de éxito en la curación de la enfermedad) a los ciudadanos afectados pero se ha trabajado poco en el diagnóstico. La hepatitis C es una patología de síntomas silentes durante gran parte del proceso y la asignatura pendiente está en el desarrollo de planes de cribado que permitan saber qué población resta por tratar.

A finales de año se habrán tratados a unos 90.000 pacientes infectados del virus C. En porcentaje, los expertos sitúan esta cifra en la horquilla del 45-50 por ciento. “En lo que afecta al tratamiento el Plan es una historia de éxito, pero de éxito también se muere”, señala el coordinador de la Alianza para la Eliminación de las Hepatitis Víricas en España (Aehve), Javier García-Samaniego. Desde esta plataforma entienden que se cometería un “grave error” al dilatar el plan de cribados (presente como una de las líneas estratégicas de la Estrategia Nacional) hasta que se complete el tratamiento de todos los casos diagnosticados porque “al cabo de una década y pese al esfuerzo realizado nuestro sistema sanitario se encontraría nuevamente con un repunte de casos y un incremento de la prevalencia de hepatitis C”.

Durante el Consejo Interterritorial celebrado el pasado mes de junio, comunidades autónomas y Ministerio de Sanidad acordaron por consenso democratizar el tratamiento a cualquier paciente con independencia del grado de fibrosis que tuviera. Se trataba de un avance general a una experiencia que ya habían iniciado a principios de año tanto la Comunidad Valenciana como Madrid. Sin embargo, sobre el Plan de Cribados no se llegó a ningún acuerdo o avance. El debate se centra es buscar la fórmula más eficiente y las opciones que se barajan son tres: cribado por edad, por grupo poblacional o un tercer formato que aunaría los dos anteriores. “Existe ese debate pero yo creo que por segmento de edad sería el más coste-efectivo. Hay que tener en cuenta que la hepatitis C es una enfermedad de personas mayores, es difícil encontrar a un paciente menor de 35 años”, afirma García-Samaniego.

Uno de los mayores problemas que ha evidenciado la Estrategia Nacional ha sido la financiación. Las comunidades autónomas mostraron su enfado tras el ‘sí pero no’ que protagonizó el Gobierno central: de una promesa de financiación específica se pasó a una promesa para que el gasto destinado a la Estrategia no computase como déficit y, finalmente, se quedó en nada. En cada Interterritorial que se ha producido desde 2015 la mayoría de regiones ha expresado su profundo malestar por esta circunstancia y, ahora, podría repetirse a la hora de implantar el Plan de Cribados. “Una prueba serológica cuesta entre dos y tres euros y, además, sólo sería necesario realizarlo en una sola ocasión. Hay otras patologías, como el cáncer de colon, donde el cribado es más caro y además requiere de seguimiento y se lleva a cabo”, asegura García Samaniego.

El Plan de Cribado es una de las demandas que ahora toman más fuerza tras la presentación de un manifiesto firmado por la Aehve y otras once asociaciones de pacientes y sociedades científicas, donde destaca la presencia de la Alianza General de Pacientes y la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria. Uno de los puntos del citado manifiesto, además, señala a la Atención Primaria como eje de la Estrategia de cribado. “Instamos a la incorporación de las últimas herramientas de diagnóstico que, además de garantizar un protocolo de cribado eficaz, puedan contribuir a la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud, así como el acceso a las pruebas de cribado en cualquier centro sanitario, incluyendo los centros de Atención Primaria y de adicciones, y avanzar en el diagnóstico en un solo paso”, reza el manifiesto.

Para que sea posible la demanda del manifiesto, las comunidades autónomas tendrán que dedicar más recursos económicos a Atención Primaria. Ahora habrá que ver qué implantación tiene — y con qué grado de equidad en todo el territorio nacional— si no existen fondos adicionales proporcionados por el Gobierno central como todo apunta. Desde las asociaciones firmantes del manifiesto esperan que “no haya que esperar hasta 2020 para ver buenas noticias en este campo”.

Retorno de la inversión

Sin embargo, sí que existe un fondo económico cuyo excedente será directamente proporcional a la implementación de tratamientos desarrollados. El jefe de la Unidad de Aparato Digestivo de la Fundación Hospital Alcorcón, Conrado Fernández, presente durante la lectura del manifiesto citado, explicó las cifras económicas que envuelven a la hepatitis C. Según sus cálculos, “se han invertido aproximadamente 1.600 millones de euros y el retorno generado se encuentra entre 4.679 millones, si se tienen en cuenta un coste por AVAC de 20.000 euros por paciente, y 7.018 si se amplía a 30.000 euros por AVAC”, dijo. Estas cifras pueden permitir realizar una nueva inversión para desarrollar los cribados tanto en centros de Atención Primaria como en centro de adicciones, tal y como piden Sociedades Científicas y pacientes.

Nuevos tratamientos

A pesar de que en el desarrollo de cribados no se ha avanzado prácticamente nada, la introducción de novedades terapéuticas para los pacientes sí ha estado a la altura de los esperado. En el mes de noviembre, Gilead consiguió que el Ministerio de Sanidad financiase Vosevi para pacientes que no hayan respondido a un tratamiento anterior y amplió el uso de Epclusa —medicamento aprobado el pasado mes de abril— para todos los pacientes con independencia de su grado de fibrosis. Ambos medicamentos, además, son pangenotípicos por lo que su grado de cobertura es total.

Por su parte, AbbVie anunció también en noviembre la aprobación de la comercialización en España de Maviret, un tratamiento sin ribavirina, administrado una vez al día, indicado para el tratamiento de la mayoría de pacientes de todos los genotipos principales. El fármaco permite tratar en 8 semanas a los pacientes infectados por la hepatitis C, sin cirrosis y que no han recibido tratamiento previo.

Las frases

90.000

Este es el número de pacientes que se estiman estén tratadas y curadas de hepatitis C a finales de 2017. Sería casi el 50 por ciento de todas las existentes.

3

Este sería el precio (en euros) de una prueba serológica para la detección del virus de hepatitis C según las estimaciones de la Aehve.

7.018

Esta es la cifra (en millones de euros) de retorno generado por la inversión de 1.600 millones en tratamiento para la hepatitis C en España con un AVAC de 30.000 euros.

2

Nuevos medicamentos han sido aprobados por el Ministerio de Sanidad en el mes de noviembre con la novedad de que son pangenotípicos.