Con la reciente revisión de la legislación farmacéutica de la UE como telón de fondo, la crisis de la escasez de medicamentos en Europa ha saltado al foco de políticos, industria y sociedad en general. Y es que la actualización de la normativa promete abordar los desabastecimientos entre sus prioridades. Además, es una de las principales preocupaciones de los Estados miembro, aunque no es un problema actual, sino que viene de lejos. Tras la pandemia de COVID-19, la situación se ha agravado y eso ha hecho que acapare todas las miradas.
En este contexto, la nueva legislación farmacéutica ha llegado con la intención de arrojar luz sobre este desafío a través de varias propuestas: un mercado único de fármacos, que podría acabar con las desigualdades de acceso entre países; un listado de medicamentos críticos para realizar un seguimiento; la obligación de las empresas de contar con planes de prevención y alerta temprana y el refuerzo de las capacidades de la Agencia Europea del Medicamento (EMA).
¿Serán suficientes las medidas propuestas en la revisión de la legislación farmacéutica europea para garantizar el acceso?
La pregunta ahora es: ¿será suficiente? Un total de 19 Estados miembro opina que no. Por ello, se han unido para elaborar un documento en el que demandan medidas más estrictas para afrontar la escasez y prevenir futuras crisis, como la vivida el pasado invierno, donde la falta de antibióticos, en concreto, los que incluyen amoxicilina, hizo saltar las alarmas. Así, los países de la UE van más allá y proponen, por ejemplo, crear una Ley para los medicamentos críticos. “La UE debe tomar medidas más drásticas para mejorar la seguridad del suministro de medicamentos”, reclaman.
En paralelo, todos los ministros de la UE han abordado este asunto en el marco de una reunión informal del Consejo EPSCO. El ministro español, José Miñones, quien ha estado presente en el encuentro celebrado en Estocolmo, ha hecho un llamamiento a impulsar mecanismos que garanticen la autonomía estratégica de la UE en disponibilidad de medicamentos.
Solo el hecho de que con la legislación más importante que atañe al mundo farmacéutico, todos los Estados miembro de la UE aborden y discutan esta situación y se planteen soluciones a corto, medio y largo plazo, ya quiere decir que Europa va por el buen camino. O, al menos, que está empeñada en reconducir su rumbo para garantizar el acceso, disponibilidad y asequibilidad de los fármacos.