Janssen ha anunciado recientemente la cancelación del proyecto Mosaico. Un estudio internacional a gran escala que evaluaba la eficacia de un régimen diferente de la vacuna contra el VIH entre hombres que tienen sexo con hombres (HSH) y personas transgénero. En este proyecto participaban el Hospital Clínico San Carlos, el Hospital General Universitario de Valencia, el Hospital Germans Trials i Pujol, el Hospital Universitario Vall d’Hebron, el Hospital Reina Sofia y el Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz.

La cancelación del proyecto ha significado un varapalo para todos los que han aunado sus esfuerzos y dedicación durante años para conseguir una vacuna para el VIH. A pesar de su cancelación en fase 3, las contribuciones de este estudio han sido muy significantes y han abierto un camino para futuras líneas de investigación. “Es un estudio que ha logrado unificar a la comunidad científica en la búsqueda de la tan ansiada vacuna frente al VIH, lamentablemente los últimos análisis realizados han demostrado que esta vacuna no ofrece protección en la prevención de la infección y debido a esto se ha decido interrumpir el ensayo clínico”, explica en exclusiva a EG, Miguel Górgolas, jefe del equipo asistencial de VIH de la Fundación Jiménez Díaz de Madrid y ganador del premio BiC en la categoría de VIH/SIDA.

Las vacunas del estudio, Ad26.Mos4.HIV (compuesta por un virus conocido como adenovirus tipo 26) y gp140 bivalente (compuesta por dos proteínas conocidas como gp140 de clado C y gp140 mosaico), tenían como objetivo desencadenar una respuesta inmunitaria más amplia que los modelos de vacunas anteriores al incluir material genético de diversas cepas del VIH prevalentes en todo el mundo.

A pesar de la cancelación de este proyecto, los tratamientos para para el VIH han evolucionado significativamente desde que esta enfermedad autoinmune fuese descubierta en los años 80. Recientemente ha habido importantes avances para controlar la enfermedad y mejorar la vida de quienes la padecen. “La respuesta a los nuevos antirretrovirales inyectables ha sido muy positiva, demostrando ser eficaces para tratar la infección producida por este virus. Además, tiene el potencial de reducir la necesidad de tomar medicamentos a diario lo que puede contribuir a mejorar la calidad de vida de las personas con VIH”, comenta Gorgolas.

Este salto es importante, puesto que la administración intramuscular mantendrá los niveles estables durante dos meses y antes de que estos disminuyan es cuando se podrá volver a administrar la medicación.

“Cuando se muestra una gran resistencia se recomienda a los pacientes someterse a pruebas genéticas para determinar el patrón de resistencia viral”

Miguel Górgolas, jefe del equipo asistencial de VIH de la Fundación Jiménez Díaz de Madrid

El facultativo explica que inicialmente estos tratamientos se basaban en la combinación de varios medicamentos antirretrovirales (TAR), pero que con el paso del tiempo fueron reduciéndose y simplificándose a un menor número de comprimidos, hasta llegar a permitir una sola dosis diaria, y ahora con los inyectables, una sola bimensual. Aun así, estos tratamientos siguen presentando resistencias. “Estas resistencias deben ser abordadas a través de un enfoque integral explicándole a los pacientes la importancia de la correcta adherencia al TAR, intentando que estos no se olviden nunca de tomarlo. Cuando se muestra una gran resistencia se recomienda a los pacientes someterse a pruebas genéticas para determinar el patrón de resistencia viral”, recomienda el ganador del Bic. “Existen nuevas terapias de alta barrera genética diseñadas para lograr el máximo control de la replicación viral y para reducir la resistencia, que en ocasiones, se presenta ante los medicamentos”, añade.

PrEP

Desde su autorización en 2018, los datos apuntan a que 14.000 personas han accedido a la PrEP y este número sigue incrementándose año tras año. Estos medicamentos pre-exposición a la enfermedad reducen el riesgo de contraerla a través de sexo hasta en un 99 por ciento, si son usados correctamente. “Próximamente se abrirán más centros que puedan ofrecer esta prestación, se espera que para los próximos meses puedan recibirlos más sujetos en riesgo de adquirir la infección”, anuncia Górgolas.

Según el jefe de esta unidad de VIH/SIDA de la Fundación Jiménez Díaz, cada año, simultáneamente a este proceso, incrementan notablemente otras infecciones de transmisión sexual (ITS), en ocasiones favorecidas por el consumo de sustancias estimulantes y que precisan de un tratamiento médico adecuado.

Los pacientes con VIH necesitan un mayor seguimiento clínico que la población no infectada ya que pueden aparecer enfermedades cardiovasculares, osteoporosis, envejecimiento precoz y el desarrollo de algunos tumores. “En nuestra unidad atendemos a unas 4.000 personas con VIH. Este número, lógicamente, va a aumentando cada año debido a que la infección se ha convertido en un proceso crónico”, concluye Górgolas.


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