Marta Riesgo Madrid | viernes, 01 de febrero de 2019 h |

El cáncer sigue constituyendo una de las principales causa de morbi-mortalidad en el mundo. De hecho, en 2018 se han diagnosticado un total de 19,1 millones de casos a nivel global y las estimaciones indican que aumentarán en las dos próximas décadas hasta alcanzar los 29,5 millones en 2040, según datos del proyecto Globocan. En España, la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) estima que en 2019 se diagnosticarán 277.234 nuevos casos. Con estos previsiones sobre la mesa no es de extrañar que el mercado de oncología suponga el que mayores crecimientos esté registrando, impulsado por una cartera de medicamentos en investigación que están llamados a cambiar el abordaje de estas patologías. De hecho, las últimas estimaciones realizadas por la consultora IQVIA apuntan a que este mercado alcanzará los 200.000 millones de dólares en 2022, con una tasa de crecimiento del 10-13 por ciento en los próximos cinco años.


El mercado oncológico podría alcanzar los 200.000 millones de dólares en 2022, con una tasa de crecimiento del 13%


Un crecimiento impulsado sin duda por la I+D. En concreto, la patronal de la industria farmacéutica de Estados Unidos, la PhRMA, asegura que a día de hoy existen un total de 1.120 medicamentos y vacunas en desarrollo en el área de oncología. Y es que las investigaciones realizadas sobre el papel del sistema inmunológico en la lucha contra el cáncer ha dado lugar a algunos de los avances más emocionantes en este campo, lo que se ha traducido y se traducirá en la llegada de una nueva ola de inmunoterapias que se dirigen específicamente a los tumores: es la era de la medicina personalizada.

“Si bien estamos en un momento de cambios notables en la atención en oncología, con aprobaciones en los últimos años que representan avances significativos para los pacientes, apenas estamos empezando a comprender el verdadero poder de estos nuevos medicamentos”, explican desde la patronal norteamericana.

La mayoría de las investigaciones realizadas en la actualidad se centran en leucemia, que representa más del tres por ciento de los nuevos diagnósticos. Aquí, explica la patronal, las compañías disponen de 137 moléculas en investigación. Le sigue linfoma, incluido el linfoma no Hodgkin, con 135 fármacos en desarrollo por la industria. Pulmón es la tercera enfermedad con más fármacos en investigación, concretamente 132, seguido de 108 investigaciones realizadas en cáncer de mama. Un total de 90 medicamentos se encuentran en desarrollo para tumores cerebrales y 46 para melanoma.

El avance en este campo es claro y así lo muestran los últimos datos publicados por la patronal de la industria farmacéutica española, Farmaindustria, que asegura que, de los 42 medicamentos completamente nuevos aprobados en Europa en 2018, un total de 11 (el 26 por ciento) son nuevos tratamientos contra distintos tipos de cáncer. Así, destaca el papel de las compañías farmacéuticas en este segmento; y es que, según se desprende de los últimos datos del Registro Español de Ensayos Clínicos (REEC) de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, más del 80 por ciento de los ensayos clínicos en oncología registrados en 2018 en España han sido promovidos por la industria farmacéutica.


Más del 80% de los ensayos clínicos en oncología registrados en 2018 han sido promovidos por la industria


De hecho, el último informe Global Oncology trends 2018, publicado por IQVIA, apunta a que casi 700 compañías farmacéuticas u organizaciones tienen uno o más medicamentos oncológicos en desarrollo en etapas avanzadas. Así, señala el análisis de la consultora, las compañías farmacéuticas tienen al menos un tercio de su actividad de I+D en etapa avanzada centrada en la oncología.

De todas estas investigaciones, la consultora EvaluatePharma ha señalado las que se consideran como las cinco más prometedoras de cara a 2024 y que actualmente se encuentran en Fase II. Así, en primer lugar sitúa el inhibidor de la farnesiltransferasa, Tipifarnib, de Kura Oncology. Este fármaco se está investigando en pacientes con cáncer de cabeza y cuello mutante HRAS, linfoma periférico de células T (PTCL), síndromes mielodisplásicos (MDS) y leucemia mielomonocítica crónica (CMML). Este fármaco en investigación dispone de una previsión de ventas de cara a 2024 de 1.665 millones de dólares.

En segundo lugar la consultora señala a tazemetostat, de la compañía Epizyme, un inhibidor de EZH2 de molécula pequeña de primera clase administrado por vía oral, para el tratamiento de múltiples tipos de tumores malignos hematológicos y tumores sólidos genéticamente definidos. Este medicamento obtendría una facturación de 1.408 millones de dólares hasta 2024. La tercera investigación prometedora pertenece a GSK, su conjugado anticuerpo-fármaco BCMA (GSK2857916), que está en investigación para mieloma múltiple podría alcanzar unas ventas de 1.367 millones de dólares.

El inhibidor selectivo, reversible y biodisponible por vía oral de la glutaminasa humana, CB-839, de Calithera Biosciences, forma parte de la lista de prometedoras investigaciones. Actualmente está siendo investigado para el carcinoma de células renales metastásico de células claras, aunque la compañía espera poder obtener avances para diferentes tipos de tumores. Este inhibidor de la glutaminasa podría obtener unas ventas en 2024 de 1.262 millones de dólares.

La quinta y última investigación prometedora en el campo de la oncología es para una terapia CAR-T JCAR017, de Celgene (compañía adquirida recientemente por Bristol-Myers Squibb), en investigación para linfoma no Hodgkin agresivo de células B recidivante / refractario y para leucemia linfocítica crónica.

Precisamente las nuevas terapias de células T con receptores de antígenos quiméricos (chimeric antigen receptor, CAR) son una de las innovaciones que están llamadas a revolucionar el mercado de la oncología. El pasado año el sector presenciaba la aprobación de las dos primeras terapias CAR-T industriales: Kymriah (tisagenlecleucel), de Novartis, indicado para el tratamiento de la leucemia linfoblástica aguda (ALL) y para el linfoma difuso de células B grandes (DLBCL); y Yescarta (axicabtagene ciloleucel), de Gilead, para el tratamiento del linfoma difuso de células B grandes (DLBCL). Pero lo cierto es que actualmente existen más de 90 terapias con células CAR-T en investigación a nivel global, según datos publicados por la consultora Decision Resources. En concreto, existen 59 ensayos en Fase I en este segmento y 32 en Fase II de desarrollo.

Biomarcadores

Pero si hay un avance que está suponiendo todo un cambio en el abordaje de estas patologías, ese es el descubrimiento de biomarcadores específicos.

El último informe publicado por IQVIA asegura que los ensayos que utilizan biomarcadores para estratificar a los pacientes susceptibles de respuesta constituyeron el 34 por ciento de los ensayos de oncología en 2017.


El 34% de los ensayos clínicos realizados en oncología en 2017 utilizaron biomarcadores para estratificar a los pacientes


Dos de los biomarcadores más importantes a la hora de desarrollar estos medicamentos son el PD-1 y el PD-L1, ya que se ha demostrado que, al inhibirlos, su eficacia es muy alta en 23 tipos diferentes de tumores sólidos. No obstante, hay numerosos ensayos en marcha que están comprobando la eficacia de análisis de otros biomarcadores. Uno de ellos es el TMB (tumor mutation burden), que mide las mutaciones en las células que conforman el tumor y ha demostrado un gran potencial para demostrar la idoneidad de tratamientos de inmunoterapia. En el caso del cáncer de mama, serían las alteraciones en los genes HER2- y HR+, sobre todo en pacientes postmenopáusicas, la proteína KRAS asociada al gen homónimo o la presencia de un cromosoma anormal denominado Filadelfia (Ph por su abreviatura en inglés) en el caso de la leucemia crónica mieloide.


Al inhibir el PD-1 y el PD-L1 se ha demostrado una gran eficacia en 23 tipos diferentes de tumores sólidos


Estos son solo unos ejemplos que demuestran que el camino de la inmunoterapia pasa por el avance en la investigación de nuevos biomarcadores que ayuden a comprender la enfermedad.