francisco rosa Madrid Cuando Jordi Martí anunciaba a EG en julio del año pasado el adiós a su puesto como director general de Amgen Iberia y ponía su experiencia y conocimiento a disposición de otras compañías, pocos podían imaginar aún que su destino quedaría vinculado a otra firma de origen norteamericano. Ahora ya es oficial. Martí ya ocupa un puesto análogo en la subsidiaria de Celgene en España, empresa que capitaneará en los próximos años con el propósito de hacer lo que ya sabe: consolidar a una compañía con una presencia incipiente en el mercado nacional. Martí llegó a Amgen allá por 1991, como director comercial, puesto que desempeñó con éxito a lo largo de 12 años y que le valió un ascenso al máximo cargo directivo para España, el de director general. Varios lanzamientos y la colocación de algunos de los productos de la biotecnológica en el top ten de los fármacos más vendidos en los hospitales españoles sirvieron para acreditar su suficiencia para los cargos de altura. Tras seis años sin variación, en Amgen pensaron que Martí podía abarcar un poco más y desde julio de 2009 ha ostentado la dirección general para la región de Iberia (España y Portugal), ampliando el mercado del laboratorio americano hasta la orilla del Atlántico. Sus buenas labores de representación le sirvieron, además, para ser tenido en cuenta por las patronales. En Farmaindustria fue elegido para ocupar una vicepresidencia y en Asebio fue miembro del consejo durante la etapa de José María Fernández Sousa-Faro. Ahora se incorpora a la dirección general de Celgene en España, donde sustituye a Tom Cavanaugh, con ilusiones renovadas y con la tranquilidad que ofrece el trabajo bien realizado. Le motiva el hecho de que sea una compañía joven en nuestro país y también que se trate de un laboratorio muy centrado en ofrecer respuesta a enfermedades raras y graves para las que apenas existen soluciones en el mercado. En este sentido, está convencido de que los nuevos lanzamientos que la compañía tiene previstos para los próximos meses puedan tener un efecto propulsor y contribuir a que la compañía se consolide firmemente en el territorio español. Para ello será muy importante adaptarse a la nueva coyuntura, compleja y por ello atractiva para un amante de las emociones fuertes. Una coyuntura que estará dominada por las enormes necesidades de la Administración de ajustar gastos y generar ahorros, algo que mantiene en pie de guerra a más de media industria. No será ese, precisamente, el estilo de Martí. El suyo, muy al contrario, es el de buscar los puntos en común, el de generar buenas relaciones con las autoridades competentes para que entiendan, si puede ser, que es posible llegar a un entendimiento si se ponen encima de la mesa las necesidades mutuas. Por la parte que le toca, el nuevo director general de Celgene tiene claro que los laboratorios deben abandonar su papel de meros proveedores de fármacos para conseguir socios estratégicos. La colaboración público-privada y el riesgo compartido ya están en su vocabulario y pueden ser la clave de su éxito. | viernes, 04 de enero de 2013 h |