Carlos B. Rodríguez Madrid | viernes, 16 de diciembre de 2016 h |

La Comisión de Salud Pública (ENVI) del Parlamento Europeo ha tenido que retrasar en dos ocasiones la votación de las enmiendas al borrador del ‘Informe Cabezón’, pero el clima de entendimiento es bueno y tanto la ponente del mismo como los ponentes en la sombra auguran que será posible el acuerdo. El trabajo inmediato es complicado: llegar a enmiendas transaccionales que reflejen las diversas sensibilidades existentes en torno al acceso a los medicamentos. De momento se han planteado 60 compromisos que, según Soledad Cabezón, ponente del informe, pueden abarcar un número importante de las 617 enmiendas presentadas.

La primera consecuencia de la complejidad que ha adquirido este debate en la Eurocámara es un retraso en la aprobación del informe. En principio estaba previsto que formara parte del orden del día de la primera sesión plenaria de 2017. Ahora no hay fecha para el Pleno y la votación de las enmiendas está prevista para el 31 de enero… En principio, porque Cabezón y los ponentes en la sombra tienen todavía mucho trabajo por delante, tal y como dejó claro el estado de situación del borrador a fecha 8 de diciembre.

Los 60 compromisos planteados en ENVI dejan claras cuáles son las líneas de mayor consenso y desacuerdo. En primer lugar, la idea de que existe una asimetría de información entre la industria y los estados puede dar lugar, muy posiblemente, a que el informe refleje la apuesta del Parlamento por una mayor transparencia y colaboración entre las autoridades nacionales.


Ahora no hay fecha para aprobar el informe en el Pleno, y la votación en ENVI está prevista para el 31 de enero


Cabe ver, todavía, si esta cooperación se trasladaría a la evaluación de las tecnologías sanitarias. Sigue pendiente de cerrarse el incluir o no en el borrador la necesidad de impulsar una propuesta legislativa en HTA. La idea es que esta norma sirva como herramienta previa al establecimiento del precio y reembolso, aunque lo cierto es que el celo competencial sigue siendo la gran barrera a superar. Karl-Heinz Florenz, ponente en la sombra por el PP, fue uno de los más críticos con el borrador original. Aunque reconoce el cambio de orientación que plantean las enmiendas, mantiene su escepticismo ante cualquier referencia a las “competencias limitadas de la UE”. Cooperación, sí, pero voluntaria y sólo en cuanto a datos clínicos, sin incluir elementos éticos y sociales, como piden socialdemócratas y verdes.

Lo mismo ocurre con los precios. Para varios grupos sigue siendo una cuestión clave que hay que atajar en el informe. “El precio es uno de los puntos centrales para mejorar el acceso”, insiste José Ignacio Faria, de la Alianza de Liberales y Demócratas. Desde luego no es la postura del PP, que apunta de nuevo a la cooperación voluntaria entre estados, como la que ha unido a Austria y los países del Benelux. “Así funciona la economía de mercado”, justifica Florenz.


Sigue pendiente de cerrarse el incluir o no en el borrador la necesidad de impulsar una propuesta legislativa en HTA


También queda por aclarar la postura a reflejar en materia de propiedad intelectual. Si hay que fijarse en lo que dicen los ponentes en la sombra, las conversaciones satisfacen por ahora a la corriente crítica. Margrete Auken, eurodiputada de Los Verdes, reconoce que el informe “va por buen camino” en este punto e insta a no perder de vista el interés general. Los recelos mostrados por el PP son la otra cara de la moneda: Florenz aboga por no imponer “demasiadas restricciones,” ni limitar el ámbito de vigencia de la patente.

Asegurar la adecuada implementación del reglamento de medicamentos huérfanos; impulsar el mercado de los genéricos; estudiar la causa de los desabastecimientos y actuar en consecuencia; asegurar los retornos de las inversiones públicas en I+D; avanzar en farmacovigilancia o impulsar un nuevo plan de acción para el desarrollo de nuevos antibióticos son otras de las líneas básicas que, según Cabezón, podrían verse reflejadas.