El Global Madrid | miércoles, 12 de abril de 2017 h |

El Sistema Sanitario Público Vasco desarrolla en la actualidad 32 proyectos de investigación sobre la enfermedad de Párkinson cuyas líneas de investigación se centran en identificar formas hereditarias de la enfermedad, analizar las alteraciones que provoca en la conducta y el control de los impulsos, y en testar nuevos fármacos.

Con una dotación presupuestaria de 1,1 millones de euros a través de convocatorias públicas, que representa casi el 2 por ciento de la financiación destinada a investigación en la sanidad pública vasca, estos proyectos se llevan a cabo en el Instituto de Investigación Sanitaria Biodonostia (OSI Donostialdea), y el Instituto de Investigación Sanitaria Biocruces (OSI Ezkerraldea-Enkarterri-Cruces).

En este sentido, Osakidetza cuenta con el apoyo de diversas plataformas para la investigación en neurociencias, un campo importante para el sistema vasco, como el Biobanco Vasco gestionado por la Fundación Vasca de Innovación e Investigación Sanitarias-BIOEF, dependiente del Departamento de salud.

Donación de cerebros

El Biobanco Vasco cuenta con un pionero y novedoso programa de donación de cerebros. La plataforma recoge, guarda y distribuye a la comunidad científica las muestras biológicas excedentes de la rutina asistencial con fines de investigación y cuenta con un programa de donaciones de cerebro de personas sanas y/o pacientes con enfermedades neurodegenerativas. Hasta el momento, el Biobanco ha recibido 634 cerebros de múltiples enfermedades, de los cuales, 12 casos eran de pacientes con Parkinson.

Además, este servicio ha puesto en marcha una campaña para aumentar las donaciones de pacientes y personas sanas de cara a poder seguir investigando. Esta iniciativa, en colaboración con la Asociación de Párkinson de Bizkaia (Asparbi), ha distribuido información a los asociados del funcionamiento de la donación de cerebros. Con ello, se han conseguido las primeras llamadas.

La enfermedad de Parkinson es un trastorno progresivo de causa desconocida cuyas manifestaciones clínicas son la dificultad para iniciar un movimiento preciso, temblor de reposo, rigidez y trastornos posturales y de la marcha. Afecta al 0,5-1 por ciento de la población mayor de 40 años, al 2 por ciento de los mayores de 65 años y a los 2 sexos.

En la actualidad se sabe que algunos síntomas pueden preceder a los síntomas motores como son el estreñimiento, el trastorno de conducta de sueño REM.