Si hubiera que dar una definición sobria y contundente de la especialidad de Medicina Preventiva y Salud Pública, diríamos que es ciencia, es arte, trabaja desde lo social por el bienestar y la salud individual y de la propia colectividad en donde vivimos, trabajamos, enfermamos, sanamos y así, ciclo tras ciclo, hasta el final de nuestra vida. Porque en realidad la Salud Pública está en nuestra vida, es en sí misma la vida, la que vela porque sea digna, y se adelanta a la enfermedad con el uso de medidas higiénico-sanitarias y una completa educación para la salud.
“Existen desigualdades en el acceso a la atención médica y en los determinantes sociales de la salud, lo que afecta la efectividad de las intervenciones preventivas”
Sin embargo, la especialidad de Medicina Preventiva y Salud Pública enfrenta varios retos en la actualidad. Algunos de los principales son:
- Escasez de recursos: la Medicina Preventiva y la Salud Pública requieren de recursos financieros, humanos y tecnológicos para llevar a cabo programas de prevención y promoción de la salud. Sin embargo, en muchos países existen limitaciones en cuanto a la disponibilidad de estos recursos, lo que dificulta la implementación de estas intervenciones.
- Cambios en los patrones de enfermedad: con el avance de la medicina y los cambios en los estilos de vida de la población, los patrones de enfermedad también están cambiando. La Medicina Preventiva y la Salud Pública deben adaptarse a estos cambios y desarrollar estrategias efectivas para prevenir y controlar las nuevas enfermedades y los determinantes de salud.
- Desigualdades en salud: existen desigualdades en el acceso a la atención médica y en los determinantes sociales de la salud, lo que afecta la efectividad de las intervenciones preventivas. Es necesario abordar estas desigualdades y garantizar que todos tengan acceso a los servicios de salud necesarios para prevenir enfermedades y promover la salud.
- Resistencia a las intervenciones preventivas: en algunos casos, las intervenciones preventivas pueden enfrentar resistencia por parte de la población. Esto puede deberse a falta de conocimiento, creencias erróneas o desconfianza en las autoridades de salud. Es importante trabajar en la comunicación efectiva y la educación para superar esta resistencia y promover la adopción de comportamientos saludables.
- Cambio climático y salud pública: el cambio climático tiene un impacto significativo en la Salud Pública, ya que puede aumentar la incidencia de enfermedades transmitidas por vectores, como el Virus del Nilo, el Dengue o la Malaria y afectar a la disponibilidad de recursos naturales, como el agua potable. La Medicina Preventiva y Salud Pública deben adaptarse a estos cambios y desarrollar estrategias para mitigar los efectos del cambio climático en la salud.
Estos son solo algunos de los retos que enfrenta la especialidad de Medicina Preventiva y Salud Pública. Sin embargo, a pesar de estos desafíos, esta especialidad desempeña un papel fundamental en la prevención de enfermedades y la promoción de la salud de la población.
Con este fin, en todo el mundo se han diseñado Programas de Promoción y Protección de la Salud y Prevención de Enfermedades. De tal manera que se convierte en la respuesta organizada para preservar, defender, prevenir y promulgar la salud en la sociedad, en un país, en la colectividad, en grupos de individuos… entre las personas que conviven.
En líneas generales estudia todos los determinantes de la salud, es decir, TODO para TODOS, y en resumen todos los factores que rigen la salud de los pueblos:
• El estilo de vida. Especialmente en lo referido al ejercicio físico -o al sedentarismo- y al uso de drogas: tabaco, alcohol…
• La biología humana. Es decir, la herencia genética con la que nacemos y que nos predispone a sufrir de ciertas dolencias y ser resistente a otras.
• El sistema sanitario nacional. La facilidad de acceso a los servicios médicos y preventivos que nos ofrece nuestra nación.
• El medio ambiente. En términos de a qué tipo de agentes infecciosos o de efectos nocivos podemos vernos expuestos con frecuencia.
El siglo XX representó para la Salud Pública un relevante salto adelante que se tradujo en enormes logros, como la vacunación infantil a gran escala que permitió reducir la incidencia de enfermedades comunes y disminuyó considerablemente la mortalidad infantil en el mundo entero, logrando erradicar prácticamente enfermedades como la poliomielitis; fue evidente el control de numerosas enfermedades infecciosas, entre ellas el sarampión, los brotes de Ébola en África e incluso, a pesar de no tener aún una cura, la gran pandemia de SIDA/VIH de los años 80; la Invención y masificación de los antibióticos con las ventajas terapéuticas y los grandes resultados obtenidos.
Quizás de todos el último es para la sociedad el que más nos ha impactado y aún sigue en nuestros más profundos sentimientos. El 14 de Marzo de 2020, se decretaba el Estado de alarma en España y solo los profesiones “esenciales“ fuimos a desempeñar nuestro trabajo mientras el resto de la sociedad se aisló en sus domicilios obligatoriamente, temiéndose por los grupos vulnerables: los menores, los jóvenes y los ancianos.
Y es que la Medicina Preventiva y la Salud Pública han demostrado en este momento y siempre que curan en silencio. Fue una etapa que nos ha dejado estela y será imposible poder, ni querer olvidar de nuestras vidas. La Salud Pública con sus aliados, con la Epidemiología y la Preventiva se convirtió, en el centro neurálgico de nuestras vidas, nos guió, nos aconsejó, nos enseñó a reaprender y saber utilizar y colocar correctamente los equipos de protección individual (EPIS).
Hoy somos Medicina Preventiva y Salud Pública en cada área de trabajo, formamos parte de los servicios del hospital y de la vida de los ciudadanos, para quienes ya no somos desconocidos. La Medicina Preventiva y la Salud Pública están presentes en cada escenario de la misma vida aunque no seamos plenamente conscientes de ello.
