Según el menú, puede ser desaconsejable tomar la medicación junto a las comidas

Ciertos fármacos también impiden la óptima absorción de nutrientes del alimento

| 2009-12-11T16:46:00+01:00 h |

a.c.

Zamora

Ya sea por recomendación facultativa o por iniciativa propia, existe tendencia entre los pacientes a tomar su medicación en las comidas. Sin embargo, según los alimentos del menú, esto puede acarrear la inefectividad del medicamento, tal y como quedó de manifiesto en una jornada sobre interacciones entre alimentos y fármacos celebrada recientemente por el COF de Zamora.

“Existen alimentos que resulta recomendable eliminar de la dieta mientras se realiza un tratamiento médico”, indicó Rosario Pastor, vocal de alimentación del colegio zamorano. Pese a que las interacciones dependen de situaciones concreta, Pastor recalcó que eran “las verduras de hoja verde y los derivados lácteos” los alimentos que provocan el mayor número de interacciones, aunque también hay que tener en consideración con otros alimentos, como el cacao, y ciertos líquidos, como el zumo de pomelo, el té o el café.

Por otro lado, los fármacos más susceptibles de interaccionar negativamente son anticoagulantes orales, con especial incidencia negativa sobre ellos de alimentos ricos en vitamina K (coles o espinacas), antihipertensivos, antimaniáticos y antipsicóticos.

Pese a ello, las posibles interacciones “no suelen ser muy graves y repercuten principalmente en anular la efectividad de la medicación”, recordó Pastor. Sin embargo, la interacción también puede incidir en el sentido contrario, es decir, “que la infesta combinada de un alimento con el fármaco imposibilite la absorción de los nutrientes por el organismo”. Y es que, según Pastor, el principal hándicap para hacer frente a estas interacciones es que “la población no es consciente de estos posibles problemas y nosotros los profesionales sanitarios tampoco incidimos mucho en ello”.

Así, uno de los principales errores de los pacientes es considerar perjudicial la toma de su medicación con el estómago vacío, cuando “es perfectamente efectivo tomárselo con un simple vaso de agua”, insistió Pastor. En cambio, lo que sí es desaconsejable, y es una práctica habitual en buena parte de la población, es tomárselo con un vaso de leche.

De cara a revertir estas prácticas, durante la jornada se puso de manifiesto lo idóneo que sería que los medicamentos con más posibilidades de interaccionar negativamente con los alimentos “incluyan información específica sobre ello en sus prospectos”.

En este sentido, el aviso explícito de estas situaciones ayudaría al médico a recomendar la eliminación del alimento de la dieta del paciente mientras durase el tratamiento, o bien, si el paciente, por otras patologías, necesitase ingerir habitualmente el mismo, “ajustar o racionar las dosis a tomar del fármaco para que no se provoquen interacciones”, sentenció esta farmacéutica.