C.R./C.A.
Madrid
Cuando todavía está fresco el caos provocado, principalmente en las farmacias aunque se ha dejado notar en todos los agentes del sector, por la aplicación de los precios menores el 1 de enero, de febrero, de marzo o de abril, según la comunidad autónoma, un segundo frente se abre ante revisión semestral del listado de estos precios. Ésta afectará de nuevo a todo el sector, aunque principalmente a las compañías farmacéuticas, y podría tener consecuencias hasta para el paciente.
Las compañías que voluntariamente quieran reducir su precio para situarse en el menor de su grupo deberán solicitarlo y, según confirma el Ministerio de Sanidad, conllevará un cambio de su código nacional (CN). Algunas de estas compañías ya han señalado a EG que la situación podría dar lugar, por un lado, a un colapso administrativo en el Ministerio por los miles de CN a gestionar. Por otro, para las compañías será necesaria una ingente tarea logística, ya que se verían obligadas a cambiar sus stocks por otros con el nuevo CN.
Un proceso con claras repercusiones económicas que podrían llegar a sacar del mercado de prescripción por DCI a las especialidades afectadas hasta su conclusión. En resumen, mucho tiempo y dinero, más que los ahorros que se persiguen.
Hasta el paciente
Pero el problema podría ir más allá ya que, mientras todo este proceso tiene lugar, el riesgo podría trasladarse hasta el paciente en forma de desabastecimiento. El motivo vendría dado por la propia lógica de un mercado tan atomizado como el de los genéricos: la dudosa capacidad de abastecimiento por parte de las compañías que ostentan a día de hoy los precios menores. Según comentan desde el sector, en algunos casos “tienen una participación en ventas mínima, por no decir nula” y, aun así, tendrán que soportar toda la demanda existente mientras tiene lugar todo el cambio administrativo y logístico de los envases.
Desde Sanidad se niegan los vaticinios realizados por la industria. “No es apropiado, en absoluto, hablar de colapso administrativo ni de desabastecimiento”, afirman desde la Dirección General de Farmacia, que continúa diciendo que “no es aceptable que se presione” con estos argumentos a las administraciones, ya que las decisiones se adoptan “tras un análisis detallado de la situación”.
De nuevo, la farmacia
La necesidad de evitar casos de desabastecimiento recaerá, por tanto, sobre la farmacia, que tendría que dispensar a precios inferiores a los de los medicamentos que compra. De nuevo, según afirma, serán las farmacias las que carguen con “la irresponsabilidad de un fabricante y un sistema irracional”.
Por otro lado, el sector del genérico no entiende que se les vuelva a crear un grave perjuicio por una única molécula con la que se prevé conseguir el 50 por ciento de todo el ahorro de la revisión semestral: omeprazol. Al tiempo, alertan de lo “irracional” de esta política, que se hace en función de un producto que no es bioequivalente (el omeprazol de menor precio ni es EFG ni bioequivalente). “Se está despreciando al paciente”, concluyen.
