| viernes, 02 de mayo de 2014 h |

En los últimos cinco años Europa ha sido testigo de un cambio sin precedentes. La crisis financiera ha evolucionado hasta convertirse en una crisis de deuda soberana, económica y social que ha derribado las barreras entre las políticas europeas y nacionales. El conocimiento es la nueva moneda global, y competir implica apostar por la innovación. Europa está alcanzando a Estados Unidos y Japón, aunque China gana terreno y Corea del Sur está muy por delante. Lo más preocupante, a juicio de la Comisión Europea, es que Europa se está quedando atrás en el gasto real en I+D, actualmente en el 2 por ciento del PIB. Es por eso que el ejecutivo europeo que preside José Manuel Durão Barroso considera tan importante que los estados mantengan la apuesta por llegar al 3 por ciento en 2020.

Esta consideración es una de las que aparecen en el registro de logros de los últimos cinco años publicados por la Comisión Europea. El ejecutivo comunitario confía en que Horizonte 2020, su mayor programa de I+D hasta la fecha (se invertirán 80.000 millones de euros en siete años), ayude a conseguir este objetivo a través de avances en áreas concretas, como la generación de nuevos antibióticos. Pero no se logrará sin la complicidad de los estados, y España es uno de los países que ha renunciado al objetivo de invertir el 3 por ciento de su PIB para el año 2020.

No es la única llamada de atención indirecta al Gobierno español que se desprende de la memoria publicada por la Comisión Europea. El ejecutivo comunitario estima que el Espacio Europeo de Investigación permitirá a la UE reformar sus sistemas de I+D+i y crear un mercado único para las ideas de todo el continente. En este objetivo, la patente única también aparece como un logro destacable, a juicio de la Comisión Europea, del que sin embargo también España se ha desvinculado.

En el ámbito de la salud, destaca las nuevas normas de seguridad introducidas en estos años en materia de seguridad de los medicamentos. En este ámbito, Europa ha dado un salto cualitativo en relación con la notificación de reacciones adversas por parte de los pacientes. El resultado directo de este nuevo sistema de notificación ha obtenido un balance positivo, según el comisario de Salud, Tonio Borg. El mayor salto se dio en 2012, cuando la participación de los pacientes aumentó un 60 por ciento en comparación con los dos años anteriores. Además, se ha introducido un nuevo símbolo (un triángulo negro invertido) para identificar los fármacos que son objeto de monitorización adicional.

La prevención ha sido otra prioridad. Hacia ella se dirige la nueva legislación sobre el tabaco, política que además conforma una de las patas de la estrategia comunitaria contra el cáncer. La Comisión Europea cree haber aumentado la concienciación y está ayudando a los Estados miembro a compartir su conocimientos y su experiencia en la prevención y gestión del cáncer, de cara a mejorar los planes nacionales.

Deberes por hacer

Pero el balance de los últimos cinco años también deja sombras en el apartado sanitario y farmacéutico. La armonización de los sistemas nacionales de precios y reembolsos es aún un caballo de batalla, a juzgar por los retrasos que acumula la Directiva de Transparencia.

Asimismo, la Comisión Europea tiene por delante otra difícil tarea: luchar contra las desigualdades sanitarias que la crisis económica ha dejado a su paso. Así lo recuerda un grupo de trabajo creado en el seno de la Comisión Europea, que a lo largo del mes de abril ha hecho públicos cuatro informes que ahondan en cómo la e-Health puede ayudar a conseguir este objetivo. Las recomendaciones específicas para la acción incluyen el acceso del paciente a los registros electrónicos de salud, el despliegue de los servicios de telemedicina y el aumento de la interoperabilidad entre las soluciones de sanidad electrónica y los sistemas sanitarios.