Estados Unidos seguirá adelante con una reforma de precios histórica. El presidente Joe Biden ha dado a conocer su plan definitivo para reducir el precio de los fármacos en el país. Una reforma que ya adelantó el partido demócrata en el mes de abril, y que ahora concreta las medidas propuestas.

El plan incluye la posibilidad de que Medicare pueda negociar los precios de los medicamentos con las compañías, limitaría los aumentos anuales de precios, permitiría la importación de medicamentos de Canadá y pondría un límite de reembolso para los beneficiarios de Medicare.

Concretamente, se permitirá a Medicare negociar los precios de los medicamentos proporcionados por dos de sus programas principales: la Parte B, que cubre los medicamentos administrados en hospitales, y la Parte D, que generalmente cubre los medicamentos recetados que se dispensan en farmacias. Además, la normativa incluirá un techo de precios a nivel nacional.
El plan también expresa su apoyo a proyectos de ley destinados a llevar medicamentos genéricos y biosimilares al mercado de forma más rápida, como acortar los períodos de exclusividad, crear incentivos para que los médicos prescriban biosimilares e imponer una prohibición del denominado “pay for delay”.

Finalmente la normativa no incluirá la creación de un índice de precios de referencia internacional.

No obstante, a diferencia de la primera propuesta, esta normativa no incluye la creación de un índice de precios de referencia internacional. Una de las medidas que ha despertado más controversia, tanto con la oposición republicana, como con las compañías farmacéuticas.

El informe también evita una propuesta lanzada por los demócratas progresistas que buscaba despojar a las empresas de la exclusividad de los medicamentos de marca si el gobierno determina que su precio no es razonable. Sin embargo, reconoce que dicha autoridad existe bajo una ley conocida como Bayh-Dole, y asegura que se “continuará prestando la debida consideración a tales peticiones”.

El plan lanzado por la administración Biden también cita un nuevo mecanismo para acelerar el desarrollo de nuevas terapias: se trata de la creación de una nueva agencia de investigación, conocida como ARPA-H, para la cual Biden ha anunciado 6.500 millones de inversión. El informe sostiene que, al igual que otras agencias científicas gubernamentales, incluidos los Institutos Nacionales de Salud, “ARPA-H ayudará a brindar más curas y tratamientos nuevos a los pacientes”.