España tiene una gran cultura de prevención relacionada con la vacunación. Y, junto a otros factores, esta ha sido una de las razones por las que se han alcanzado tan altas tasas de vacunación frente al coronavirus. Sin embargo, existe vida –y vacunas– más allá de la COVID-19.

Precisamente, el V Foro de Salud Pública, organizado por Wecare-U con el apoyo de Fundamed y GSK, se centró, como viene siendo costumbre, en las vacunas. Pero este año se añadieron dos aspectos fundamentales. “Por un lado, la ciencia, esa necesidad de innovación. Y, por otro, la longevidad, que va ligado al aumento de la esperanza de vida y al envejecimiento de la población.”, afirmó Ángel Gil de Miguel, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Rey Juan Carlos.

Gil, quien fue el encargado de guiar el encuentro de expertos, aseguró que la población demanda vivir con calidad esos años que le estamos ganando a la vida. Y, en eso, las vacunas son una pieza esencial.

Ana Hernando, directora de Relaciones Institucionales del Área de Vacunas de GSK España apuntó a conceptos como inmunosenescencia o inmunosupresión, hasta ahora desconocidos para la población. “A finales de esta década, el número de personas mayores de 60 años se va a incrementar en un tercio. Este envejecimiento progresivo de la población y la aparición de cada vez más resistencias a los antimicrobianos va a requerir de la actualización de los programas de vacunación del adulto y también del desarrollo de vacunas seguras y eficaces en este grupo de edad”, indicó.

En ello ya se está trabajando desde GSK. La compañía tiene cuatro vacunas candidatas frente a la COVID-19 en desarrollo, otras dos frente al virus respiratorio sincitial (VRS) –una para adultos y otra para mujeres embarazadas– en fases avanzadas de desarrollo y con resultados prometedores, y vacunas frente a patógenos multirresistentes que constituyen una amenaza para la salud pública global.

Colaboración público-privada

Las vacunas son el pilar fundamental de Salud Pública. Y la Salud Pública siempre ha sido una prioridad para nuestro país, señaló Santiago de Quiroga, vicepresidente de Fundamed. Sin embargo, se ha visto durante la pandemia que es imprescindible trabajar en equipo. Así, De Quiroga, durante su discurso inaugural, puso énfasis en la colaboración público-privada.

Siguiendo la misma línea, Ana Hernando coincidió en que el éxito de la llegada masiva de vacunas en tiempo récord es el “espejo de una experiencia de colaboración extraordinaria: dos sectores –público y privado– dialogando de manera continua y abierta, un diálogo que debe mantenerse en el tiempo y del que debemos extraer aprendizajes a futuro”.

Asimismo, Pilar Aparicio, directora general de Salud Pública, resaltó el papel de la Unión Europea en el proceso de “búsqueda y evaluación conjunta de las nuevas vacunas, compra conjunta y distribución equitativa entre todos los países”, que ha sido clave para permitir el desarrollo y administración de las vacunas.

Vacunación a lo largo de la vida

La pandemia nos ha hecho tener más presente otra realidad: el valor de la prevención en todas las etapas de la vida. Por ello, el calendario a lo largo de toda la vida, aprobado en 2018 e implantado en 2019, fue un “cambio de paradigma”, según Manuel Méndez Díaz, médico de administración sanitaria en programas de salud y vacunas del departamento de Salud Pública del Gobierno de Aragón. 

“Era una visión solo del mundo pediátrico, vacunábamos a los mayores, pero no teníamos esa visión conjunta de para toda la vida”, señaló. Pero no se puede hablar de las vacunas de los niños sin hablar de los adultos y viceversa, afirmó Méndez, pues la vacunación en la infancia tiene gran repercusión –positiva– en la madurez.

La aprobación del calendario vacunal para toda la vida, explicó Aurora Limia, jefa de Área de la Subdirección General de Promoción, Prevención y Calidad de la Dirección General de Salud Pública del Ministerio de Sanidad, coincidió con la llegada de recomendaciones por parte del Consejo de Ministros de la UE. Mencionaban la necesidad de que los programas de vacunación tuvieran un enfoque a lo largo de la vida, pues contribuye a una vida sana y al envejecimiento saludable.

Este calendario supone grandes ventajas, como que las recomendaciones acordadas en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (SNS) se implantan en todas las comunidades, lo que aumenta la confianza entre la población. Además, existen indicadores de evaluación comunes de la vacunación. También existen amenazas, como el suministro. Para atajar este problema, “hay que mejorar los procedimientos de adquisición de vacunas y discutir mecanismos de contingencia”, considera Limia.

Las próximas revisiones previstas por el Ministerio de Sanidad son la vacunación de gripe en la población infantil, la vacunación de rotavirus en población infantil y el VPH a varones. Otros de los temas a evaluar serán meningococo B, con motivo de un estudio de efectividad reciente, y también los resultados del estudio de seroprevalencia en España, con lo que la Ponencia de Vacunas tendrá que “evaluar y repensar alguno de los programas del calendario”. Además, las comunidades ya están en proceso de implementar la vacunación frente al herpes zóster. “De momento, esto es lo más próximo, pero probablemente también haya que revisar la vacunación en adultos y en condiciones de riesgo”, informó Limia.

Retos de la vacunación en el adulto

Alcanzar altas coberturas más allá de la infancia y los grupos de riesgo, colectivos con tasas muy altas de vacunación, es todo un desafío. Jaime Pérez, médico especialista en Medicina Preventiva de la Dirección General de Salud Pública de la Consejería de Sanidad de Murcia, puso sobre la mesa los retos de la vacunación en el adulto. Entre otros, identificó la conciencia de que las vacunas son algo de niños, el hecho de que prima la asistencia sobre la prevención o que los adultos tienen más miedo a los efectos adversos.

Sin embargo, “si el adulto tiene conciencia de que la enfermedad es importante y de que la vacuna es eficaz y segura, se vacuna”, declaró. Por ello, se deben hacer “estrategias de captación”, como fijar una edad o varias edades para revisar la vacunación, utilizar todos los entornos posibles o campañas de vacunación en medios.

En definitiva, Jaime abogó por la necesidad de fijar un calendario de vacunación en adultos, a pesar de lo complicado que pueda ser su ejecución, pues “permite la protección de la población adulta, evolucionar desde pautas de vacunación a calendario sistematizado y facilitar la evaluación de la vacunación”.

Enseñanzas de las que sacar partido

Desde una perspectiva regional, las CC.AA. han tenido que aprender a adaptarse y reorganizarse rápidamente y sobre la marcha. De esta situación, la capital ha aprendido “la importancia de una distribución y gestión eficiente de las vacunas”. Y es que, según Elena Andradas, directora General de Salud Pública de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, “la vacunación era la única alternativa para poder controlar la transmisión del virus”.

Una vez acabe la pandemia, las lecciones deben convertirse en oportunidades de mejora para el futuro. Por ello, Andradas se ha marcado 3 objetivos para 2022: la reorganización de la dirección general de Salud Pública para lograr un equipo más integrado y eficiente; una dotación de recursos óptima, ya que es muy limitada; y reforzar los sistemas de información.

Para Juan Camacho, director General de Salud Pública de la Consejería de Sanidad de Castilla-La Mancha, la principal enseñanza es que “podemos hacer las cosas de manera distinta”. Ejemplo de ello es que “nos hemos flexibilizado como sistema”, habilitando nuevas infraestructuras para vacunar.

Sin embargo, Camacho teme que el olvido sea uno de los grandes problemas con los que nos encontremos los próximos años, porque “la gente quiere olvidarse de la pandemia”. El truco es, expuso Camacho coincidiendo con Andradas, la organización: más profesionales y más dotación presupuestaria.

Asimismo, y como conclusión, Santiago de Quiroga recalcó que se debe apostar más por la Salud Pública en el futuro: “Si algo hemos aprendido es que no hay que perder ese activo; hagamos que la Salud Pública dé un paso adelante y tenga el protagonismo que se merece para contribuir a la sociedad, la economía y la salud como corresponde”.

Evaluación de tecnologías sanitarias

En nuestro país, la encargada de evaluar las tecnologías sanitarias es la Red Española de Agencias de Evaluación y Tecnologías Sanitarias (RedETS), de la que forma parte Lidia García Pérez, jefa del grupo de Economía de Salud del Servicio de Evaluación y Planificación.

La evaluación de tecnologías sanitarias (ETS, acrónimo en español, y HTA acrónimo en inglés) es un proceso multidisciplinar que usa métodos explícitos para determinar el valor de una tecnología sanitaria en los diferentes puntos de su ciclo vital. El propósito es informar de la toma de decisiones para promover un sistema sanitario, equitativo y eficiente.

La ETS previene de la incorporación de tecnologías insuficientemente evaluadas, pero también favorece la incorporación y difusión rápida de aquellas tecnologías efectivas y coste-efectivas”, expuso García. Por tanto, juega un papel muy relevante a la hora de hacer recomendaciones sobre nuevas vacunas. De hecho, la industria farmacéutica realiza sus propios estudios de evaluación económica. Esa información pasa a las autoridades sanitarias, quienes hacen una priorización sistemática de los estudios publicados, pasando por una valoración crítica.

Dentro de la RedETS, se realiza la denominada evaluación económica completa. Por ejemplo, compara los costes y años de vida ajustados por calidad (AVAC) de la vacuna contra el herpes zóster (la tecnología a evaluar) frente a no vacunar (el comparador) en una población concreta desde el punto de vista del SNS. Y el objetivo último es “decidir si vale la pena introducir la vacuna en el calendario”.


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