La Navidad es uno de los momentos más singulares del año. Durante algo más de dos semanas, se abre un período de vacaciones escolares, las  familias se reúnen (con permiso del coronavirus) y las comidas y los regalos se tornan  protagonistas. Es una época de ilusión, pero a la vez, los compromisos sociales y cumplir con  aquello que se espera -comidas copiosas que hay que preparar, compras, cambios repentinos  de rutinas y jornadas maratonianas- puede llegar a estresar a muchas personas.  

Por eso, es importante tener en cuenta algunas pautas para cuidar de la salud física y emocional, además de evitar sobrecargas y dolores musculares.

Consejos navideños

De la mano del fisioterapeuta y experto en terapia de calor Pablo de la Serna, Angelini Pharma España te propone diez consejos:  

Planificar y repartir las tareas navideñas en varios días. Es importante organizarse, marcar un  calendario y no dejar todo para última hora. “Nada es más estresante que hacer todo al límite  del plazo”, explica de la Serna. “Sólo el hecho de tener una cierta planificación nos da  tranquilidad; pero hay que cumplirla y repartir las tareas de manera equilibrada para no  desbordarnos”, apunta. 

No dejar las compras para el final. “Es más que recomendable empezar cuanto antes a listar  todo lo que se necesite, desde comida a regalos”. Así, “se evita el estrés de pensar en las  necesidades y tomar decisiones precipitadas, además de esquivar las aglomeraciones de  última hora y las compras impulsivas por las prisas, lo que, además, nos permite gastar de  manera más consciente”. 

Cocinar con tiempo y previsión. Algunas de las comidas navideñas se pueden preparar con  antelación y congelarlas, mientras que otras se pueden adelantar el día anterior. “Pasar  muchas horas de pie en un mismo espacio no solo cansa físicamente, si no que nos puede  agotar mentalmente”, afirma el experto. 

Cuidado con las cargas pesadas. “Es importante no cargar con mucho peso a la vez y  repartirlo de manera equilibrada en ambos brazos”, aconseja de la Serna. “Una buena  solución, si se va a pie, es utilizar carritos de compra. Y en todos los casos, controlar la postura  y evitar movimientos bruscos al mover objetos pesados”.  

Compensar en las comidas. En Navidad las comidas copiosas son habituales. Y además se  suman los dulces típicos como turrones, polvorones y mantecados, que son muy calóricos y  ricos en grasas. “Los días no festivos, e incluso dentro de una misma jornada en que vayamos a  tomar alimentos pesados, se deben incorporar alimentos más ligeros y depurativos para  compensar los excesos”, afirma el fisioterapeuta.  

Pensar en actividades familiares. Especialmente aquellas familias con niños pequeños, es  recomendable que programen algunas actividades para poderles dedicar atención y que estén  ocupados. “Es importante dedicar tiempo a los menores con actividades adecuadas a su edad  que les obliguen a moverse”, explica el experto. “De lo contrario, acabarán pasando muchas  horas frente a las pantallas y se impondrá el sedentarismo”, concluye. 

Hacer ejercicio. “La falta de tiempo no puede ser excusa para suspender la actividad física, en  ningún momento del año y menos todavía en épocas en que pasamos más horas sentados y  hacemos algunos excesos”. “Realizar estiramientos y deporte adecuado a la condición y la  edad de cada persona mejoran tanto la salud física como la mental”, explica de la Serna.  

Descansar y dormir 8h al día. Mantener el ciclo del sueño ayuda a evitar el cansancio. “Alterar  los horarios y dormir poco suma, además, malhumor y estrés”, afirma el fisioterapeuta. “Está  bien alargar un poco la hora de levantarse si nos hemos acostado tarde, pero no modificar los  horarios en exceso, ya que esto pasa factura a nuestro cuerpo y, además, hará más pesada la  vuelta a la rutina post Navidad”.  

Regalarse tiempo para disfrutar. En la sociedad actual el tiempo es un bien escaso. De la Serna  propone “reservar ratos para hacer lo que más apetezca a cada persona”. Para el experto, “el  final del año es un buen momento para reflexionar, marcarse hitos y objetivos, pero también  para reconocer los propios avances y premiarse por los logros conseguidos”.  

Tener a mano parches de calor. Por mucho que se planifique, se cuide de la salud y se intente  evitar el sedentarismo, en algunos casos, fruto del estrés y/o los excesos, aparecen  contracturas en hombros y espalda. En estos casos, son muy útiles los parches térmicos  terapéuticos. “Cuando el dolor musculoesquelético aparece, ayudan a seguir con el día a día,  ya que aumentan el flujo sanguíneo, alivian el dolor y ayudan a la relajación de los músculos1”,  concluye el experto en terapia de calor.  


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