Carmen López Madrid | viernes, 23 de junio de 2017 h |

A nadie se le escapa que los pacientes cada vez juegan un papel más destacado en el desarrollo de la investigación clínica. Por ello, se hace cada vez más necesario contar con ellos para que las innovaciones puedan aportar los mayores beneficios en términos, no sólo de supervivencia, sino también de calidad de vida. Precisamente este fue uno de los aspectos destacados durante el VIII Seminario de la Fundación Eco, bajo el título, ‘Evaluación de los resultados en salud en oncología’.

Aquí, Óscar Salamanca, director general de la CRO Apices, explicó que, a día de hoy, la variable más importante a la que se suele hacer referencia es la supervivencia global (SG). Si la supervivencia es larga, la detección de diferencias en supervivencia global dependerá de la duración del seguimiento, el tamaño muestral y los tratamientos administrados tras la progresión. Aparte, también se mide la supervivencia libre de progresión (SLP). En este contexto, considera que en el futuro, si el cáncer se convierte en crónica, las variables cambiarían y se mediría la calidad de vida, el control de los síntomas y la tolerabilidad.

De este modo, dice, los nuevos tratamientos deberán demostrar resultados clínicos relevantes para los pacientes en estos aspectos. La FDA aprobó 54 antitumorales entre 2008 y 2012. Un 67 por ciento fue en base a variables sustitutas no por la supervivencia global; 19 fueron con aprobación acelerada y ;17 con aprobación estándar. Y es que, como indica Salamanca, los países ponen herramientas y mecanismos para conocer la opinión del paciente, sobre todo las agencias reguladoras, como la FDA. “El futuro pasa, por tanto, porque los End Point incorporen las variables del paciente además de la SPL y la SG”, recalcó el experto.

Pero el paciente no es la única variable a tener en cuenta, los expertos reunidos en este foro, pusieron sobre la mesa la importancia del coste, a la hora de poder tomar decisiones clínicas.

La medicina de precisión

Otro de los aspectos abordados durante la jornada se basó en el futuro del diagnóstico molecular. Así lo aseguró Joaquín Arribas, director del Centro de Investigación Biomédica en Red Ciberonc. Esta nueva era, considera, requiere de una estrategia. A su juicio, para que una prueba sea optima se le debe exigir validez, reproductividad y seguridad. La clave consiste en conseguir un diagnóstico que integre estas características y que, además, sea sencilla de aplicar y coste efectiva.

En este sentido, Arribas hizo un recorrido por los antecedentes históricos de la biopsia líquida y las enormes posibilidades que ofrece. Actualmente, “la biopsia liquida se refiere esencialmente a ctDNA como un biomarcador que puede aislarse de fluidos corporales, como sangre, saliva, orina, LCR, ascitis o derrame pleural”, matizó. Mediante el uso de tecnologías de alta sensibilidad es posible determinar mutaciones en el ctDNA en una muestra de sangre del paciente permitiendo seleccionar a aquellos que se beneficiarían con un determinado tratamiento. Este método diagnóstico permitiría hacer continuas evaluaciones en vida real ya que los tumores son heterogéneos y dinámicos.

FUNDACIÓN ECO RECONOCE A WECARE-U

En el seno de la jornada la Fundación ECO se celebró la sexta edición de sus galardones, dirigidos a aquellas personas o instituciones que han contribuido de manera significativa en la lucha contra el cáncer en este año desde distintos ámbitos. Los premios valoran las aportaciones desde el punto de vista clínico, científico o investigador, pero también desde el político, asistencial, solidario y divulgativo. Wecare-u, editora de EL GLOBAL y GACETA MÉDICA fue galardonada por su contribución divulgativa en la difusión de la oncología y la lucha contra el cáncer. Santiago de Quiroga, presidente editor de la compañía, recogió este galardón. Entre otros premiados, la Fundación ECO destacó el esfuerzo y el trabajo de Eduardo Díaz Rubio, el investigador Elías Campo, el político José Javier Castrodeza, el cantante Pau Donés, la atleta Natacha López, la Fundación Músicos por la Salud, la Fundación Sandra Ibarra, la iniciativa QOPI, el grupo Oncomed y la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM).