C. R. Madrid | jueves, 11 de febrero de 2016 h |

El sector farmacéutico ha sido el gran ausente en el discurso inicial que el consejero de Salud de Cataluña, Antoni Comín, ha dado ante la Comisión de Salud del Parlamento catalán para explicar los objetivos generales de su Departamento para la legislatura. Aún así, el consejero ha dado algunas pistas a los agentes del sector.

No hubo menciones a los impagos a las farmacias, pero sí una reflexión sobre la sostenibilidad del sistema sanitario catalán, que a juicio del consejero es un mal crónico que Cataluña arrastra desde que recibió las competencias en Salud y que cifró en más de 600 millones de euros a lo largo de los últimos 20 años. El único ejemplo relativo al sector farmacéutico fue el de la hepatitis C, cuyos fármacos se aprobaron sin una transferencia de recursos a las comunidades.

Las reformas estructurales que plantea el consejero tienen como uno de sus objetivos el generar un impacto en términos de sostenibilidad. En este terreno, se ha comprometido a presentar al sector “un plan plurianual del escenario presupuestario”, aunque reconoció que los presupuestos de Salud dependen de la Generalitat, cuyo crecimiento depende a su vez del PIB catalán, y éste a su vez del escenario internacional.

Tampoco hubo menciones específicas a la industria farmacéutica, pero sí a la importancia que el Ejecutivo quiere dar a la investigación, y especialmente a la innovación. En este sentido hizo referencia a la “situación anómala” que plantea Cataluña. A día d ehoy, explicó, todos los países europeos que son líderes en investigación también lo son en innovación. Pero, siendo líder en investigación, Cataluña cojea en innovación. Dos de los objetivos del Departamento en este ámbito pasan por generar un modelo asistencial vinculado a la investigación y impulsar un proyecto catalán en esta materia.