ALBERTO CORNEJo Barcelona | viernes, 23 de noviembre de 2012 h |

“El enfermo no es propiedad de nadie, pero su atención sí es responsabilidad de todos”. Esta frase, varias veces repetida en la mesa redonda “¿Qué esperan las sociedades médicas del farmacéutico comunitario?”, organizada en el marco del V Congreso Nacional de Farmacéuticos Comunitarios celebrado recientemente en Barcelona por la Sociedad Española de Farmacia Comunitaria (Sefac), pone de relieve la necesidad de impulsar la colaboración médico-farmacéutica para tal fin.

Sin embargo, la realidad aleja la teoría de la práctica. Según señalaron representantes de ambos colectivos participantes en esta mesa, no se puede hablar a día de hoy de una colaboración fluida. “Sí existen iniciativas conjuntas, pero en líneas generales la relación es casi inexistente”, indicó Pilar de Lucas, presidenta de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ).

Otra compañera en esta mesa, Sonia Gaztambide, presidenta de la Sociedad Española de Diabetes, refrendó que “la farmacia comunitaria y la atención primaria están divorciados”. También desde el colectivo farmacéutico se alertó de que “hay falta de comunicación”, tal y como dijo José Fornos, coordinador del grupo de Diabetes de Sefac.

¿Es solo un problema de comunicación? Según lo planteado en este debate, no. Así, el desconocimiento sobre el potencial del farmacéutico, la desconfianza para delegar funciones en ellos o la falta de liderazgo de la Administración pueden ser otras causas. “Si la Administración no respalda la implantación de programas de calidad y coste-eficacia, seguirán surgiendo iniciativas, pero no irán a ningún camino”, avisó Mercé Marzo, secretaria de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (Semfyc).

“Sí”, pero con matices

Pese a todo, los médicos, al menos a nivel institucional, se muestran favorables a una mayor colaboración multidisciplinar con el farmacéutico. “La Atención Primaria está colapsada, con un 40 por ciento de consultas relacionadas con trámites administrativos y dolencias leves, en las que nos pueden ayudar en su descarga”, planteó José Luis Llisterri, presidente de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen).

Son muchas las actuaciones que en materia de prevención y seguimiento de patologías ya realizan a día de hoy las farmacias, de forma consolidada, como tabaquismo y diabetes, o en pilotajes. Pero es aquí donde aún hay recelo médico, más partidario de ir paso a paso. “La colaboración en farmacovigilancia está sin desarrollar. Se debería apuntalar esto antes de avanzar hacia otras funciones”, resaltó Nieves Martell, presidenta de la Sociedad Española de Hipertensión (SEH-Lelha). Igualmente, reconoció que “no todos pueden hacer todo”. Más comedida se mostró De Lucas, quien dijo que “no hay problema en que las farmacias asuman ciertos servicios, siempre que se asegure y acredite la capacitación del boticario”.

A pesar de los problemas, médicos y farmacéuticos coinciden en que el futuro pasa por el establecimiento de protocolos consensuados de trabajo “en los que se defina estrictamente qué papel corresponde a cada agente”, sugirió De Lucas. Por ejemplo, “hay distintas fases del tabaquismo en las que el farmacéutico es el profesional más adecuado para su atención”, recordó Josep María Ramón, presidente de la Sociedad Catalana para el Control del Tabaquismo (Scatt). También Jesús Gómez, presidente de Sefac, afirmó que el futuro pasa “por no tomar en la farmacia una sola decisión sin protocolizar”.

Historia clínica

Asimismo, se puso de manifiesto que las nuevas tecnologías deberían permitir “puntos de encuentro” en la colaboración entre profesionales. Sin embargo, una de esas herramientas tecnológicas, como la historia clínica digital, es foco de discrepancias. En este sentido, los farmacéuticos defienden la necesidad de acceso a este historial para mejorar la atención al paciente. Una solicitud que parece no encontrar el apoyo de los galenos. “No deberían acceder a la historia clínica y sí a un listado de diagnósticos”, sopesó Martell. Igual piensa Llisterri, que afirmó que deberían compartir solo datos diagnósticos.