El actual paradigma sociosanitario —marcado por el envejecimiento, la dependencia y la cronicidad— invita a la búsqueda de nuevos modelos asistenciales. Los entornos hospitalarios focalizan buena parte de estos cambios. El objetivo es el de evitar, cuando sea posible, el ‘hospitalocentrismo’ y acercar la asistencia al domicilio de los pacientes.

En este sentido, uno de los ámbitos los que se viene trabajando, y que la pandemia de la COVID-19 incluso ha obligado a acelerar, es la dispensación de tratamientos a pacientes externos desde los servicios de Farmacia, en la cual, desde marzo de 2020, viene ganando protagonismo la entrega en el domicilio del paciente —o en la oficina de farmacia de referencia como canal alternativo—. Es lo conocido como telefarmacia, la cual va mucho más allá de la mera entrega de la medicación: consulta telemática previa, seguimiento farmacoterapéutico, coordinación con otros profesionales…

Más asentada en países con sistemas sanitarios distintos al nacional, la telefarmacia en España puede considerarse aún un fenómeno ‘nuevo’. Una suerte de neonato que crece a pasos de gigante pero que aún tiene por delante varias etapas para su completo desarrollo. Para analizar su evolución, así como sus retos, EL GLOBAL, con el apoyo de Fundamed y GSK, han organizado en Sevilla el encuentro ‘Telefarmacia: una nueva realidad en la asistencia sanitaria’ en el que profesionales y pacientes ahondaron en el pasado, presente y futuro de la telefarmacia.

Vídeo completo de la Jornada ‘Telefarmacia, una realidad en la atención sanitaria’

En este sentido, el lugar de celebración del evento no podía ser más idóneo a tenor del objeto del mismo. Y es que Andalucía es una de las Comunidades Autónomas que más decididamente está apostando por impulsar la telefarmacia, en colaboración con la industria farmacéutica.

Precisamente, el Servicio Andaluz de Salud acaba de anunciar un acuerdo con GSK para impulsar esta práctica en beneficio de los pacientes. “Es fundamental que la industria se implique en este tipo de  proyectos que facilitan el acceso de los pacientes a su medicación acompañado de AF para mejorar la calidad de vida. Es importante el cómo se hace”, opinó en este encuentro Sergio Ostalé, director de Market Access de GSK.

Las bases de la telefarmacia

Entrados ya en el debate, antes de analizar hacia dónde se dirige o debe evolucionar la telefarmacia, primero conviene destacar de dónde venimos. Ello obliga a mirar tanto a lo terminológico como a las primeras experiencias en España.

Para ello, el encuentro contaba con dos participantes de excepción: Miguel Ángel Calleja, jefe de Farmacia del Hospital Virgen de la Macarena de Sevilla e impulsor de las primeros pilotajes de telefarmacia en España, y Ramón Morillo, farmacéutico del Hospital Virgen de Valme y coordinador del Grupo de Trabajo Mapa de Atención al Paciente Externo de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria, desde el cual se han publicado ya diversos documentos de posicionamiento y metodología.

“No se debe seleccionar por patologías o medicamentos, sino por las características de los pacientes beneficiarios”

Miguel Ángel Calleja, jefe de Farmacia Hospital Virgen de la Macarena

“La telefarmacia es un acompañamiento permanente del farmacéutico con el paciente. No es solo, o principalmente, acercar el medicamento. La clave está en acercar el conocimiento especializado y la inmediatez de acción del equipo multidisciplinar que va a seguir al paciente. Es decir, apostar por la atención farmacéutica dual que combina la virtualidad con la presencialidad”, indicó como ‘punto de partida’ Morillo.

En este sentido, Morillo recordó que la telefarmacia engloba cuatro grandes ámbitos de actuación: seguimiento farmacoterapéutico, formación e información, coordinación con el resto del equipo asistencial y la dispensación informada a los pacientes. “La pandemia nos llevó a emplear en masa el último ámbito de actuación (dispensación) pero hay que seguir avanzando en los otros ámbitos”, abogó.

Respecto a las primeras iniciativas de telefarmacia en España, Calleja recordó —en base a su propia experiencia— que “apenas repercutían al 5 por ciento de los pacientes externos, bajo el modelo de home delivery y con una lentitud importante en la incorporación de nuevos pacientes”. “Ahora tenemos en torno al 76 por ciento de nuestros pacientes externos adscritos a este servicio”, valoró respecto al servicio de Farmacia del que es responsable.

Resultados clínicos y económicos

Pese a ser una iniciativa que está dando sus primeros pasos en España, ya hay resultados tangibles que corroboran su utilidad. Tanto en el imprescindible apartado clínico como el económico y humanístico.

En los aspectos clínicos, la adherencia en pacientes integrados en telefarmacia es un 7 por ciento superior a los pacientes con dispensación presencial, dentro de unos niveles altos de adherencia en ambos grupos de pacientes”, detalló Calleja. Incluso, “en patologías concretas como diabetes y VIH se ha demostrado mejorías en los marcadores clínicos”, completó. También se han constatado estas mejorías respecto a otras enfermedades crónicas y respiratorias, como coincidieron los participantes.

Respecto a lo económico, se han constatado ahorros de entre 14 y 18 horas anuales para pacientes y profesionales, así como los costes evitados al paciente derivados del desplazamiento.  “En el análisis de mi hospital, estos ahorros se sitúan en torno a los 600 euros al año”, informó Calleja.

La visión de pacientes y sanitarios

La implantación de un modelo asistencial así no puede tener éxito si no es con la implicación y aceptación de los propios beneficiarios del mismo: los pacientes. Tampoco si no hay apoyo y coordinación con el resto de equipos multidisciplinares del centro.

“Se necesita un marco legal que facilite estas prácticas; los servicios de Farmacia deben trabajar con seguridad jurídica”

Daniel Benitez, enfermero del Hospital Virgen del Rocío

“Los equipos multidisciplinares debemos incorporar herramientas que permitan un seguimiento más exhaustivo. La telefarmacia está en sus inicios, pero debe ser un comienzo con una base sólida y acometerse con una relación estrecha multidisciplinar”, opinó al respecto Daniel Benitez, enfermero del Servicio de Neumología del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla —centro que acogió la celebración de esta jornada—.

Respecto a los pacientes, una encuesta de la SEFH confirma la alta aceptación de la telefarmacia: un 98 por ciento de ellos valora satisfactoriamente que se le haya ofrecido este servicio durante la pandemia y aboga por su mantenimiento en el futuro. Ahora bien, ¿qué le piden y/o que les preocupa?

En este encuentro pudo conocerse de primera mano estas cuestiones. “¿En qué lugar queda la humanización dentro de la telefarmacia?”, fue, por ejemplo, una de las preguntas lanzadas por Amalia Sánchez Candón, presidenta de la Asociación de Autoinmunes y Lúpicos de Sevilla (ALUS). El mensaje de tranquilidad llegó rápidamente desde los propios profesionales farmacéuticos que participaban con ella en el encuentro. “La telefarmacia y la atención farmacéutica tiene como razón de ser estar cerca del paciente cuando lo necesita, no alejarnos, y saber cómo se siente el paciente en su relación con el servicio de Farmacia”, expuso Morillo.

Un parecer compartido por Sergio Ostale: “la telefarmacia debe ser una herramienta más en la búsqueda de la personalización de la medicina; se estará así mejorando la asistencia sanitaria”, expuso. “Esa personalización es una extensión de lo que buscamos las compañías farmacéuticas con la investigación”, añadió el representante de GSK. “El paciente no debe ver la telefarmacia como un abandono de su profesional de referencia, sino como una mayor cercanía y comunicación”, opinó Benitez. “La telefarmacia ha venido a ayudarle, no a apartarle”, añadió.

Asimismo, otra de las sugerencias de los pacientes pasa por “formar e informar a los pacientes; es fundamental, en especial los que no son de nuevas generaciones”, añadió la presidenta de ALUS.

Estratificación de pacientes

Precisamente, uno de los retos que tienen por delante la telefarmacia, y los servicios de Farmacia como prestadores de la misma, es una mejor selección de los pacientes beneficiarios. “Tenemos que tener claro con que pacientes trabajamos y que beneficios va a tener para ellos y el sistema sanitario”, apostó Morillo.

”Es fundamental formar e informar a los pacientes, en especial a los que no forman parte de las nuevas generaciones”

Amalia Sánchez Candón, presidenta de la Asociación ALUS

“En las primeras experiencias se seleccionaba un tipo de patología o tipo de paciente concreto. Pero no se debe seleccionar según patología o medicamentos, sino por las características del paciente: aspectos geográficos, nivel de adherencia, voluntariedad, interés, estabilidad y control de la enfermedad. No podemos ser inequitativos con la selección, aunque haya unos criterios mínimos, analizó por su parte el jefe de Farmacia del Hospital Virgen de la Macarena.

En lo que no hay ninguna duda es que la selección de posibles pacientes es compromiso de todo el equipo mulidisciplinar. “Todos los profesionales, entre ellos los facultativos y los enfermeros, debemos participar en esa selección y estratificación de pacientes”, opina Daniel Benitez.

Recursos y apoyo normativo

Tras la irrupción de la pandemia de la COVID-19, en marzo de 2020 el Ministerio de Sanidad autorizó a las comunidades autónomas que lo deseasen a establecer estos mecanismos que favoreciesen la dispensación no presencial de medicamentos a pacientes externos desde los servicios de Farmacia. Hasta media docena de regiones han hecho uso de esta posibilidad, como la citada Andalucía.

”Es muy importante que la industria se implique en este tipo de proyectos que acercan la asistencia a los pacientes”

Sergio Ostalé, director de Market Access de GSK

Pero, como se puso de manifiesto en esta jornada, aunque la pandemia haya “canalizado” su impulso, debe ir mucho más que su relación con una crisis sanitaria. “Más allá de esta autorización que se mantiene vigente, hay que dotarle de cuerpo legal para que no quede ligado a la excepcionalidad, sino una forma de proceder institucional”, expuso Calleja.

“Necesitamos el apoyo de las Administraciones, un marco legal, para el buen desarrollo de la teleasistencia y, en concreto, la telefarmacia. Los servicios de Farmacia deben poder trabajar con seguridad jurídica”, abogó el representante enfermero. “Desde GSK la Administración siempre tendrá nuestro apoyo para impulsar esta práctica”, confirmó por su parte Sergio Ostalé.

En este sentido, cabe recordar que la propia ministra de Sanidad, Carolina Darias, ha abogado porque la próxima reforma de la Ley de Garantías que pretende abordar el Ejecutivo pueda recoger, de cara a su permanencia, este nuevo modelo asistencial.

Conclusiones

Así las cosas, la telefarmacia ha venido para quedarse. Con las obvias necesidades de mejora y avance que requiere una práctica así de neonata.

“La telefarmacia no es solo la dispensación del medicamento, es el acompañamiento permanente al paciente”

Ramón Morillo, farmacéutico del Hospital Virgen de Valme

En el futuro, ¿va a ser la telefarmacia tal como se conoce ahora? “Va a ser mucho más; nos ayudará a ser más eficientes”, vaticinó Calleja. “La telefarmacia es parte del proceso de transformación de nuestra asistencia y ha venido para quedarse, está incorporado a nuestra prestación, pero hay que seguir trabajando para desarrollarla y expandirla como nos gustaría”, añadió su compañero especialista del Hospital Virgen de Valme. “Tampoco tengo duda que ha venido para quedarse; ahora el reto es pulirlo.

Por su parte, Amalia Sánchez, también consideró que “si algo hay agradecer a esta crisis es la necesidad de poner en marcha nuevos modelos; el sistema se cambia desde dentro”, concluyó.

“El objetivo de la industria es el mejor resultado de los tratamientos, y eso es posible si se administran a través de la mejor asistencia posible. No cabe duda que este modelo mejora la asistencia a los pacientes”, manifestó como conclusión Sergio Ostalé.