La pandemia de COVID-19 ha puesto en jaque al mundo entero. Los últimos años han sido un verdadero reto para los profesionales de la salud, para las autoridades que han tenido que gestionar la crisis sorteando diversos obstáculos y también para el conjunto de la sociedad, que han tenido que tomar estrictas medidas de precaución para protegerse del virus… Y pese a ello, los fallecimientos superan los 5 millones en el cómputo mundial.

Sin embargo, la COVID-19 no ha sido la única emergencia que se ha vivido en los últimos años. Tampoco será la última y, quizás, las futuras crisis sean bien distintas. En abril de 2015, vio la luz el primer informe mundial de la OMS sobre la resistencia a los antibióticos, que evidenciaba la grave amenaza que supone para la salud pública a nivel mundial.

EG hace repaso en las siguientes líneas por las (otras) crisis sanitarias del siglo XXI —todas ellas con impacto en España—. Desde la conocida como enfermedad de las “vacas locas”, el virus del Ébola, el Zika o el del Nilo, gripe aviar, gripe A… Para acabar en la crisis actual, a la que todavía se está intentando poner fin. Estas pandemias también han costado en su conjunto la vida de millones de personas y han provocado grandes cambios en las sociedades.

Enfermedad de las ‘vacas locas’

La encefalopatía espongiforme bovina (EEB), conocida como “enfermedad de las vacas locas”, es definida por el Ministerio de Agricultura como una de las encefalopatías espongiformes transmisibles (EETs) que afecta al ganado bovino. Se caracteriza por la degeneración del tejido cerebral que conduce a la muerte del individuo.

En 1996 provocó la mayor crisis alimentaria de la Europa moderna. La primera res afectada fue detectada en el Reino Unido en 1985. Once años después de identificarse este primer caso, el consumo de carne de animales afectados por esta patología dio lugar a una nueva variante de su homóloga en humanos: la Enfermedad de Creutzfeldt-Jakob. 232 personas en todo el mundo se enfermaron con la variante de esta enfermedad y todas fallecieron. En España, la crisis llegó en el 2000 y se contabilizaron cinco víctimas mortales. Aún continúan enfermando personas por Creutzfeldt-Jackob, pero no con la variante causada por comer alimentos contaminados.

Los (distintos) virus de la gripe

Según el Ministerio de Sanidad, existen diferentes subtipos (al menos 15) del virus de la gripe que pueden afectar a las aves, aunque “los que han provocado más daño son los subtipos H5 y H7 de los virus A”. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que todas las pandemias conocidas han sido causadas por virus gripales del tipo A. Estas infecciones pueden causar en las personas enfermedades que van “desde una leve conjuntivitis hasta una neumonía grave e incluso la muerte”, apunta la OMS.

La gripe aviar (H5N1) fue detectada por primera vez en 1997, cuando se produjo un brote de aves de corral en Hong Kong. Desde 2003, el virus se fue propagando de Asia a Europa y África, y en 2005 que se confirmó el primer caso de H5N1 en la Unión Europea. En España se detectó el primer caso en 2006.

La OMS afirma que todas las pandemias conocidas han sido causadas por virus gripales del tipo A

Precisamente, el pasado 2 de diciembre, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) publicó un informe por el que se actualiza la situación epidemiológica en Europa y se declara el riesgo alto de influenza aviar en España. En concreto, en este segundo semestre de 2021 se han detectado en Europa 182 focos en aves de corral y 417 en aves no de corral (datos a 25 de noviembre).

Otra pandemia de gripe, A(H1N1), surgió en 2009 y fue causada por una variante del Influenzavirus A. La gripe de 2009 dejó más de 19.000 muertos en todo el mundo. En nuestro país fallecieron 472 personas.

Ébola, una fiebre hemorrágica

La enfermedad del Ébola, antes llamada fiebre hemorrágica del Ébola, se detectó por vez primera en 1976 en dos brotes simultáneos ocurridos en Sudán del Sur y República Democrática del Congo (RDC). Desde entonces, han ido surgiendo nuevos brotes en RDC.

El brote de 2014-2016 en África Occidental fue el más extenso y complejo desde que se descubrió el virus. Hubo más casos y muertes en este brote que en todos los demás juntos. Se extendió a diferentes países, comenzando en Guinea, para después propagarse a través de las fronteras terrestres a Sierra Leona y Liberia.

En España, el primer contagio se detectó en 2014. El virus se introdujo en nuestro país a través de un misionero repatriado desde Liberia, que murió días después. En aquel momento, tres países de África Occidental ya sumaban más de 1.500 muertos a causa de la epidemia.

LA EMA y el FDA aprobaron la vacuna Ervebo, de MSD, para la cepa Zaire del Ébola

La fiebre del Zika

La fiebre del Zika es una enfermedad viral transmitida por mosquitos Aedes. Consiste en fiebre leve, sarpullido, dolor de cabeza, dolor en las articulaciones, dolor muscular, malestar general y conjuntivitis no purulenta que ocurre entre 2 a 7 días después de la picadura del mosquito vector. Según los científicos, el virus del Zika es una causa de la microcefalia y el síndrome de Guillain-Barré.

El virus fue aislado por primera vez en 1947 en el bosque de Zika, en Uganda (África). Hasta 2007 se constataron solo “casos esporádicos” siempre en el continente africano, aunque en la década siguiente se detectaron brotes epidémicos en otras zonas del mundo. A destacar, el brote y transmisión autóctona que vivió Brasil entre 2015 y 2016 —coincidiendo en el tiempo con la celebración de los Juegos Olímpicos de Río— y un posterior avance por el continente americano.

La fiebre de Crimea-Congo

La fiebre de Crimea-Congo es una enfermedad vírica, emergente en Europa Occidental, que es transmitida mediante la picadura de una garrapata. Los primeros casos en humanos fueron reportados por investigadores rusos en la década de los 40 y se aísla por primera vez en el Congo en 1956.

En España, los casos de la fiebre de Crimea-Congo aparecieron en 2016. Sin embargo, no era una sorpresa, pues en 2011 ya se alertó de que podía ocurrir después de las crisis del Ébola y del Zika.

Aunque no hay tratamiento ni vacuna eficaz contra este virus, en caso de exposiciones de alto riesgo, puede plantearse la administración precoz de ribavirina

Virus del Nilo

El virus del Nilo Occidental es una enfermedad infecciosa que provoca la fiebre del Nilo Occidental. Apareció por primera vez en Estados Unidos en 1999 y se transmite, generalmente, a humanos y animales a través de las picaduras de mosquitos infectados.

En nuestro país, el brote de 2020 se saldó con un total de 76 casos –40 confirmados y 36 probables– figurando 71 de esos casos en Andalucía y cinco en Extremadura, según determinó el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES). Este mismo 2021 se han vuelto a detectar varios casos en Andalucía, en los entornos del Río Guadalquivir, con un fallecimiento.

Respecto a su prevención y abordaje, no hay vacunas para uso en humanos ni medicamentos antivirales específicos. El tratamiento es sintomático y de apoyo; y el periodo de incubación suele durar entre 3 y 14 días.

COVID-19, la pandemia actual

La pandemia de COVID-19 ha sido la más alarmante de los últimos tiempos. Si bien el brote se originó en la ciudad de Wuhan, provincia de Hubei (China) a finales de 2019, se fue extendiendo por el resto del país y llegando a otras regiones del mundo.

Por el momento, en Europa están autorizadas cuatro (Pfizer/BioNTech, Moderna, AstraZeneca y Janssen) y hay varias aún en desarrollo. Ahora, la prioridad es adaptarlas a las nuevas variantes emergentes, como Ómicron.

Prevenir, vigilar, actuar

Mar Hidalgo García, analista principal del Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE), escribía en un artículo de 2020 publicado en la página web del Ministerio de Defensa que, desde mediados del siglo XX hasta nuestros tiempos, “la medicina había entrado en una etapa de victoria y control sobre las epidemias gracias a las campañas de vacunación, el tratamiento antibiótico, las mejoras en la higiene y en las infraestructuras sanitarias”.

En la actualidad, las prioridades de los países han cambiado. La salud se ha convertido en un pilar más importante si cabe por el que se sostiene Europa y el mundo entero. Y la pandemia de COVID-19 ha sido el empujón definitivo que necesitaba Europa para crear una UE de la Salud, el mecanismo perfecto para la recuperación y resiliencia de los Estados miembro y sus sistemas sanitarios.

Por ello, Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, abogaba en su anuncio de la creación de este mecanismo de recuperación por una mayor coordinación, unos sistemas sanitarios más resilientes y una mejor preparación ante futuras crisis.

Y es que la prevención, así como lo es la vigilancia epidemiológica y el ser capaces de responder y actuar con rapidez, son clave ante la irrupción de una inesperada e impredecible pandemia como la que aún continúa azotando al mundo actual.


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