La Federación Farmacéutica Internacional (FIP, por sus siglas en inglés) se ha marcado como objetivo incentivar a reguladores, responsables políticos y organizaciones farmacéuticas a que desarrollen estrategias y marcos normativos en aquellos países donde el personal farmacéutico tiene un papel limitado en las estrategias de vacunación. Con este fin, durante la Semana Mundial de la Inmunización, la organización internacional ha elaborado un documento para que los países autoevalúen sus normativas y puedan habilitar a los farmacéuticos a que realicen servicios de vacunación. En definitiva, “crear un cambio legislativo para establecer una mejor acceso del paciente a las vacunas a través de la práctica farmacéutica”, señalan.

Para conseguir este propósito, el Grupo Asesor de Reguladores de la FIP ha elaborado una herramienta, a modo de formulario, que incluye preguntas y respuestas que permiten a los decisores sanitarios identificar sus fortalezas y sus áreas de mejora en materia de inmunización y faciliten que la farmacia comunitaria pueda participar dichos programas. En concreto, enumeran y describen los elementos de la práctica o las funciones de los farmacéuticos que pueden requerir normativas específicas. Para cada elemento de la práctica o función, se ofrece una descripción y una propuesta de redacción de la normativa. Las dos últimas columnas pueden utilizarse para evaluar las lagunas y asignar prioridades en la redacción de la normativa existente.

Para lograrlo, el manual cubre diversos roles de los farmacéuticos relacionados con la vacunación, desde la gestión de la cadena de suministro hasta la administración y la prescripción. Esta nueva iniciativa de la FIP se basa en la experiencia de aquellas administraciones que han incorporado con éxito al profesional farmacéutico como un agente sanitario más a la hora de participar en los programas de vacunación. “Desplegar el personal farmacéutico y utilizar las farmacias para aumentar el acceso a los servicios de vacunación”, en palabras de la Federación.

Para la Federación, cualquier estrategia de promoción para lograr que el personal farmacéutico desempeñe un papel más importante en este ámbito debe basarse en un conocimiento profundo de las necesidades nacionales en relación con los servicios de vacunación. “Es necesario tener en cuenta los requisitos, los recursos (mano de obra, infraestructura, financiación, etc.), los sistemas de apoyo, las partes interesadas y otros elementos para diseñar una estrategia exitosa y significativa”, recogen el documento.

Para la organización internacional, mejorar el acceso y la cobertura de la vacunación es un “imperativo mundial” y el farmacéutico comunitario puede contribuir a este objetivo. De hecho, recalcan, desde las boticas se puede contribuir de manera clara a las estrategias de salud pública, los programas de prevención de enfermedades, la gestión de epidemias y la salud general de la población.


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