LA FICHA: “Desde la década de los 70 la investigación ha aportado avances claros en cáncer de mama” “Las posibilidades de estar libres de recaída a los cinco años se sitúan en el 90 por ciento”
El Global Madrid | 2017-10-13T10:41:26+02:00 h |

Hace varias décadas asociar la palabra cáncer a cura se hacía una tarea casi imposible. Las tasas de supervivencia, por desgracia, eran bastante bajas y la sensibilización ante estas enfermedades aún estaba en sus etapas más iniciales. No obstante, aunque hay algunos tipos de tumores que todavía parecen lejos de poder disminuir su mortalidad, no es el caso del cáncer de mama que, en los últimos cincuenta años, y gracias a los avances clínicos, se ha convertido en uno de los tumores con una mejor progresión para los pacientes que lo padecen haciendo que la palabra cura pueda vislumbrarse tras el mítico lazo rosa que da visibilidad a esta enfermedad.

Según datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), en 2015 se han diagnosticado 27.747 nuevos casos de cáncer de mama al año, siendo el segundo tumor más diagnosticado en el mundo y el cuarto en España si se tienen en cuenta ambos sexos. Si se tiene en cuenta solo a la mujer, ocupa el primer puesto de los tumores más diagnosticados en España. Además, según la sociedad científica, la mortalidad ha ido descendiendo en estos años. En 2014 fallecieron 6.213 mujeres por cáncer de mama siendo la edad media de defunción los 70 años.

Si echamos la vista atrás, vemos que a principios de los años 80, las mujeres con cáncer de mama tenían unas posibilidades de estar libres de recaída a los 5 años tras el diagnóstico que se situaba en torno al 70 por ciento. Sin embargo, en la actualidad la cifra se aproxima a casi un 90 por ciento. Un beneficio que no se ha alcanzado de una forma repentina. Y es que, para llegar a esta cifra tenemos que remontarnos a los años 70, cuando se obtuvieron los primeros resultados de los estudios que demostraban el beneficio de la quimioterapia administrada tras la cirugía. También por aquella época se demostró el éxito del tamoxifeno como tratamiento hormonal para el cáncer avanzado de mama, que poco después se comenzó a emplear en estadios precoces de la enfermedad.

En los 80 la llegada de la quimioterapia “antraciclinas” mejoró los resultados obtenidos con esquemas previos y, a finales de los años 90, los taxanos lograron aumentar aún más los beneficios de las antraciclinas.

Tal y como recuerdan desde la SEOM precisamente con motivo del Día Mundial del Cáncer de Mama, que se celebra cada 19 de octubre, a comienzos de la decada de los 2000, más de 4.000 mujeres españolas participaron en varios ensayos clínicos del Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama (Geicam) que demostró que añadir un taxano a la quimioterapia que hasta entonces se consideraba estándar conseguía que recayeran de la enfermedad un 6 por ciento menos de mujeres. Hoy, los taxanos, sólo en España evitan más de 500 recaídas al año, según datos de la sociedad.

Fueron los tratamientos hormonales los que, a principios de la década de los 2000, lograron mejorar los resultados obtenidos hasta ese momento por el tamoxifeno.

Sin embargo, tal y como recuerdan desde la sociedad española, el hito más significativo sin duda en los últimos años en lo que se refiere a esta patología fue el conocimiento de la heterogeneidad del cáncer de mama. Y es que, desde ese momento se tuvo claro que el cáncer de mama se trataba de una enfermedad con subtipos biológicos diferentes que precisaban tratamientos específicos. De hecho, el descubrimiento de tipos de cáncer con diferentes perfiles biológicos permitió en la década pasada incorporar anticuerpos monoclonales como el trastuzumab al tratamiento del cáncer de mama HER2 positivo, hasta entonces de mal pronóstico por su mayor agresividad, tal y como narran desde SEOM.

Pero los pacientes con HER2 positivo ya no cuenta únicamente con trastuzumab. La asociación de un segundo anticuerpo (pertuzumab) ha mostrado incrementar notablemente la supervivencia en estadios avanzados. En concreto, los expertos aseguran que se advierte una mejoría de 15 meses en su esperanza de vida, llegando casi a los 5 años de supervivencia en un grupo de pacientes metastásicas que hace unos 15 años tenía un muy mal pronóstico. También T-DM1 (un fármaco que combina de forma conjugada quimioterapia y trastuzumab) es altamente efectivo en pacientes que fracasan a tratamientos previos.

En pacientes con enfermedad “hormonosensible” también se han comunicado resultados de nuevos fármacos biológicos que, asociados a tratamientos clásicos como la hormonoterapia, mejoran los resultados de estos. Everolimus primero, y más recientemente palbociclib y ribociclib son los ejemplos más relevantes, según la sociedad científica.

En estas tres décadas otro hito ha sido el incremento de cirugías conservadoras y menor intervención sobre la axila, evitando complicaciones y mejorando la calidad de vida de las mujeres que padecen la enferdad.

“Cada uno de estos pasos suponía una mejora de un 2 o 3 por ciento en la tasa de recaídas, algo que podría ser considerado irrelevante”, explican desde SEOM. Sin embargo, con más de 27.000 casos al año en España, cada 1 por ciento de mejora con un avance en el tratamiento, dicen, hace que 250 mujeres menos recaigan y puedan disfrutar de una mejor calidad de vida. Es el final feliz que sólo la investigación puede hacer realidad.