El verano más atípico de los últimos tiempos ha dado pie al inicio del curso escolar más atípico e incierto que se recuerda. Dentro y fuera de los colegios. El adelanto de una segunda ola de COVID-19 que se esperaba para el otoño ha dado forma a las nuevas prioridades que, según los distintos actores que interactúan en la escena sanitaria, es preciso abordar en la ‘vuelta al cole’ del sector.

Prioridades políticas

Esther Carmona, portavoz de Sanidad del PSOE en el Senado, resume el retorno a las aulas sanitarias en una gran prioridad: “planificación adaptada a la COVID”. Esto determina las que, según ella, son las principales deberes a abordar: aumento de la contratación en Atención Primaria y vigilancia epidemiológica; dotación adecuada de recursos, tanto humanos como materiales, para los pacientes, tanto COVID como NO COVID; impulso y fomento de la investigación y recuperación de la continuidad asistencial. Aquí, Carmona subraya la “no interrupción de programas nacionales de cribado en Oncología”, en línea con la moción que su grupo ha presentado para instar al Gobierno a elaborar un Plan de Cáncer COVID-19.

En el otro lado de la balanza, y enmarcado en la demanda de un Pacto Sanitario, la primera prioridad que marca Antonio Alarcó, portavoz de Sanidad del PP en el Senado, es la de controlar la pandemia mediante un mapa epidemiológico que permita detecta al asintomático positivo y mediante PCR masivas. Para Alarcó, los localismos no tienen futuro, y eso toca también a la Salud Pública, una tarea que, asegura, debe ocupar al Ministerio de Sanidad, mientras que a los ciudadanos les toca cumplir las ‘tres M’: distancia interpersonal de Metro y medio, uso de Mascarilla y no Masificaciones. Más allá, el PP pide “cuidado exhaustivo” hacia los profesionales sanitarios, lo que para la formación implica reconocerles como profesión de riesgo y incorporar de manera inmediata a los más de 7.000 residentes pendientes.

Por su parte, Guillermo Díaz, portavoz de Sanidad de Ciudadanos en el Congreso, marca estas tres líneas. En primer lugar, incentivar la potencia farmacéutica en España. “En lo que somos buenos, hemos de seguir siéndolo”, dice. En segundo lugar se refiere a la reserva estratégica de materiales y medicamentos. Aquí, Ciudadanos insiste en su petición de una reserva sanitaria de personal. En tercer lugar, Díaz apuesta por “informar a la sociedad frente a la conspiranoia y a los que desinforman de forma interesada generando un riesgo para la salud pública”.

Prioridades sectoriales: la industria

A nivel sectorial, la unanimidad de las prioridades post-estado de alarma ha dado paso a una ampliación de la agenda. Todos los deberes, sin embargo, podrían resumirse en una tarea a nivel macro: recuperar la interlocución con las entidades centrales y autonómicas.

Ello es clave para “retomar el desarrollo del Plan de Genéricos y poder salir del estancamiento del 40% de unidades”, aseguran desde Aeseg. La patronal también confía en el reinicio de la interlocución con las administraciones para garantizarles el abastecimiento de productos esenciales y trasladarles el valor del sector industrial de los genéricos en España y su compromiso con el PIB para explorar medidas con las que potenciar las plantas existentes.

También desde BioSim apuestan por colaborar con la Administración en el desarrollo e implantación del Plan de Acción para el fomento de Biosimilares. La agenda sectorial contempla también difundir el valor de los biosimilares como elemento de garantía de sostenibilidad y promover la compra pública competitiva, así como establecer proyectos específicos en colaboración con las comunidades autónomas que favorezcan la utilización en la práctica clínica de biosimilares a través de modelos de ganancias compartidas.

Para Anefp, la primera prioridad pasa por continuar posicionando el autocuidado como un aliado eficaz contra la COVID-19, garantizando el suministro y formando a los profesionales de las compañías para que desarrollen su trabajo con todas las garantías de seguridad. Por último, es preciso trabajar, según la Asociación para el Autocuidado de la Salud, en un entorno legislativo post pandemia que considere las necesidades del sector de autocuidado para que su desarrollo siga contribuyendo a la sostenibilidad del sistema.

Durante las próximas décadas, será esencial innovar en áreas que ofrezcan soluciones sostenibles a desafíos como las enfermedades emergentes, el crecimiento de la población, el envejecimiento, la transición justa y el cambio climático. Por ello, la primera prioridad, para Asebio, será impulsar y renovar el compromiso de España con la ciencia y la innovación, no sólo con más financiación, sino con reformas que hagan más eficaces esas inversiones. Más allá, la patronal insiste en que España necesita una estrategia de biotecnología y ciencia de la vida similar a la de países de nuestro entorno, como también necesita mejorar sus capacidades para producir soluciones de alto valor añadido en forma de biofármacos, vacunas o soluciones agroalimentarias que aprovechen el conocimiento generado por nuestro sistema de ciencia.

Por último, el diálogo marca también las dos grandes prioridades para Farmaindustria en los próximos meses. La primera, seguir colaborando con la Administración y el resto de agentes sanitarios en la lucha contra la pandemia, fundamentalmente asegurando el suministro de medicamentos y liderando el esfuerzo investigador para lograr cuanto antes tratamientos y vacunas eficaces contra el coronavirus. En segundo lugar, trabajar con el Gobierno en la definición de un marco adecuado para que la industria farmacéutica sea uno de los sectores estratégicos que contribuyan a la reactivación económica y social que urge en España.

Prioridades sectoriales: la farmacia

Como en el caso de la industria, viejas reivindicaciones cobran nueva fuerza a la luz de la pandemia. La primera prioridad para el CGCOF pasa por reafirmar la farmacia comunitaria como la farmacia de Atención Primaria, impulsando, entre otras cosas, el desarrollo del papel asistencial y sanitario del farmacéutico o reforzando la Atención Farmacéutica Domiciliaria. La segunda pasaría por “integrar plenamente a los farmacéuticos y a la farmacia comunitaria en las políticas de salud pública”, por ejemplo, integrando a las farmacias comunitarias en programas de cribado y en las estrategias de vacunación. En el listado del Consejo también se destaca la importancia de integrar a la farmacia comunitaria en la transformación digital de la Sanidad y de garantizar la sostenibilidad de la red de farmacias, en especial en zonas rurales, frágiles o vulnerables.

A nivel general, SEFAC considera fundamental “que no se vuelvan a cometer errores pasados” y que se implique a las farmacias comunitarias en las labores de reconstrucción del SNS. Otras prioridades más específicas de la Sociedad Española de Farmacia Comunitaria son las derivadas de las actuaciones relacionadas en la pandemia. “El farmacéutico ha suplido en muchas ocasiones la labor asistencial que no se ha podido desarrollar con normalidad en los centros de atención primaria e, incluso, en algunos hospitales respecto al acceso a los medicamentos de pacientes crónicos y vulnerables. Como consecuencia de lo anterior, nuestra labor se ha visto reforzada en servicios como la indicación farmacéutica, la atención farmacéutica domiciliaria y la dispensación de medicamentos de diagnóstico hospitalario. Urge que esto se regule y se protocolice con la participación de las sociedades científicas y en coordinación con el resto de agentes, porque son servicios que han demostrado ser útiles y necesarios para la ciudadanía y no pueden quedarse en el olvido, más si cabe cuando la pandemia aún no ha finalizado”, dicen desde Sefac.

Los pacientes

Para los pacientes las prioridades parecen claras: la atención al enfermo crónico debe ser un pilar fundamental. La presidenta de la Alianza General de Pacientes (AGP), Pilar Martínez, recuerda que durante el Estado de Alarma esta prioridad quedó en segundo plano. “Se les ha desatendido”, lamenta. Junto a esto, Martínez apunta al fortalecimiento de la Atención Primaria (AP).

Para ello, “es necesario la contratación de un mayor número de profesionales, porque es la puerta de entrada de todos los pacientes”. A pesar de que la lista de prioridades es extensa, para la presidenta de la AGP es necesario modificar de manera urgente el apartado 47.2 de la Mesa de Restructuración Social y Económica que acordó el Congreso.