Las profesiones sanitarias cuentan con una amplia representación de mujeres. Sin embargo, ésta no se refleja en la distribución en puestos de responsabilidad, sobre todo, en los ámbitos de la sanidad y la investigación. Sin embargo, en la industria farmacéutica, más del 50 por ciento de puestos de responsabilidad sí que están ocupados por mujeres.

Más allá de los números, las mujeres han tenido un papel fundamental en la gestión de esta pandemia. Por ello, el Foro Mujeres de la Sanidad ha contado con participantes de distintos ámbitos que han aportado su perspectiva sobre el transcurso de la crisis de COVID-19.

Lecciones aprendidas

“En estos meses se ha puesto de manifiesto el papel central de la ciencia. Sobre el proceso de toma de decisiones, en un momento con un margen de incertidumbre enorme, había que basarse en los datos científicos y se ha hecho progresivamente, adaptando las decisiones al nivel de evidencia que teníamos”. Así explicaba Raquel Yotti, directora del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) de qué manera se trabajó en la gestión de la pandemia. Haciendo autocrítica, resaltaba que “no todo han sido éxitos, sino que ha habido espacio para lecciones aprendidas, puesto que ninguno estábamos preparado para una acción de tal envergadura”.

Raquel Yotti, directora del ISCIII

Una de estas lecciones pasa por poner en valor el papel de las alianzas. Para María Río, vicepresidenta y directora general de Gilead, este tipo de cooperación ha resultado muy ventajosa, en un contexto en el que “todos teníamos el objetivo común de atender bien a los pacientes y encontrar una solución. Sin una colaboración decidida, no hubiese sido posible  aprobar un fármaco en cinco meses”. Por ello, aseveraba que “hay hechos que demuestran que esta colaboración es ventajosa y que hay que mantenerla en el futuro”.

Coincidía en esta idea Margarita López-Acosta, directora general de Sanofi. “Para mí el balance es absolutamente positivo con las circunstancias tan complejas que hemos vivido”, afirmaba. A este respecto, incidía en la importancia de la ciencia y la innovación, señalando que “sin el apoyo necesario no se logrará el apoyo suficiente para avanzar en salud”. Entre los beneficios que aporta la colaboración público-privada, López-Acosta se refería a “la mejora de la previsión, el aumento de la calidad de los sistemas sanitarios o la reducción de costes”.

Objetivos comunes

“En una situación como esta, el esfuerzo común hacia un mismo objetivo ha hecho que salgan adelante ensayos clínicos y nuevos productos”, planteaba Aurora Berra, directora general de Ipsen Iberia. Dejando de lado visiones cortoplacistas, Berra expresaba su deseo de que “este camino, que ha empezado de manera urgente, llegue para quedarse, haciendo mejor la salud de los pacientes”. “Todos estamos en el mismo espacio; espero que, aunque no sea en un contexto de crisis, esta relación que hemos demostrado muy beneficiosa pueda mantenerse”, consideraba.

Por su parte, Ana Argelich, presidenta y directora general de MSD, pedía “resaltar el sector, teniendo en cuenta que ha adquirido una relevancia única en estos momentos”. Asimismo, ensalzaba el papel de la investigación clínica en España, aludiendo a que “después de Estados Unidos, nuestro país es el número uno en investigación, con grandes profesionales y un gran apoyo mediante colaboraciones público-privadas”. Con estos aprendizajes, Argelich apuntaba a “apoyar la ciencia y seguir invirtiendo, atendiendo a que es la manera de alcanzar soluciones como tratamientos y vacunas en muchos momentos”. 

Pandemia y talento femenino

La pandemia ha tenido un gran impacto en la sociedad. En este aspecto, hay diversidad de opiniones sobre lo que ha supuesto la crisis de COVID-19 al potenciar el talento femenino.

Margarita López-Acosta, directora general de Sanofi

“Aquí soy más pesimista”, indicaba Yotti. “La pandemia ha servido para aumentar la brecha; en el ámbito científico hemos observado que los investigadores publicaban más porque tenían más tiempo para materializar los resultados de experimentos en marcha, mientras que ha disminuido la producción de artículos de mujeres”, concretaba. Advertía que atendiendo a “cómo se evalúa la ciencia, los resultados y los proyectos y teniendo en cuenta que ellas han dejado de enviar artículos en mayor medida, esto podría lastrar el aprovechamiento del talento de las mujeres”. Por ello instaba a “crear iniciativas que hagan pasar a la acción para cerrar esta brecha”.

Desde la industria farmacéutica, la perspectiva es más optimista. No obstante, Aurora Berra expresaba que, aunque este “es un buen sector” hay que “seguir avanzando en que padres y madres se involucren en conciliación”. Siguiendo este hilo opinaba que “hay que tener cuidado y analizar qué efectos ha dejado la pandemia, para ver si tendrán impacto en el futuro”.

Sector privilegiado

Para Ana Argelich, hay que hacer balance entre lo positivo y lo negativo. “El punto positivo es que en nuestro sector hay una alta representación de mujeres”, señalaba, “pero no creo que la pandemia haya ayudado a mejorar; aun así, creo que es un buen momento para seguir creciendo”. “Hay que hacer balance y ver en qué áreas mejorar, pero sabiendo que estamos en mejor situación que otros sectores, y que las mujeres tienen un liderazgo distinto, con mucha resiliencia e inteligencia emocional que hay que impulsar”, precisaba. Aun así, demandaba “medir los hechos con datos y ver si hay retrocesos en algún aspecto para asegurar que sigue el crecimiento de los últimos años”.

Margarita López-Acosta se mostraba de acuerdo en esta idea, apuntando a que “aunque no han parado los planes de desarrollo o promoción, tenemos que seguir contribuyendo en la medida de lo posible a impulsar el desarrollo del talento femenino”. “Vamos avanzando; igual tenemos velocidades distintas, pero creo que la pandemia no ha supuesto ni una marcha atrás ni una palanca; tengo una visión positiva pero no podemos bajar la guardia”, resumía.

Ana Argelich, presidenta y directora general de MSD

María Río abordaba esta cuestión desde un prisma positivo, refiriéndose a que “se ha podido ver que algunas mujeres, en un momento difícil, han demostrado lo que pueden contribuir, lo que nos ayuda a potenciarlas todavía más”. Aun así, llamaba la atención sobre que “es un camino en el que todavía estamos trabajando y en el que podemos seguir avanzando”.

Abriendo puertas al avance

Las ponentes se mostraron de acuerdo en que es primordial que aquellas mujeres que se encuentren en puestos de responsabilidad impulsen el talento femenino.

Raquel Yotti consideraba que “como en todos los problemas complejos, hay que aplicar muchas medidas”. Entre ellas, enumeraba algunas como “profundizar en la manera en que se distribuyen los fondos públicos o tratar de conseguir órganos paritarios”. Aquí animaba a, “sin realizar sesgos, considerar la situación de las mujeres y poner una mirada especial hacia las jóvenes tratando de impulsar cada vez más carreras, algo que además se puede medir”. En definitiva, proponía “crear indicadores que ayuden a ver si vamos hacia atrás o avanzamos”.

“Hay una parte importante de educación en la que hay que incidir, mujeres y hombres seguimos teniendo sesgos inconscientes y debemos pasar a ser conscientes”, aseveraba María Río. “Debemos liderar con el ejemplo”, concluía.

“Yo también me posicionaría en la responsabilidad que tenemos en nuestras posiciones”, opinaba Margarita López-Acosta. Detallaba que “a veces, las políticas se centran solo en mujeres y perdemos la oportunidad de hacer pedagogía en hombres que ni se plantean algunos de los problemas que afectan a las mujeres”.

María Río, vicepresidenta y directora general de Gilead

En esta misma sintonía se expresaba Aurora Berra. “Somos el espejo de muchos de nuestros trabajadores”, afirmaba. En esta línea añadía que “La diversidad, tanto de género como en general, es muy importante, está en nuestras culturas y políticas de desarrollo; hay que tratar de acabar con todas las barreras que detectemos”, explicaba.

Para Ana Argelich, hay que fomentar una mayor diversidad abordando el problema desde diferentes perspectivas. “Es importante hablar de ello y darle importancia, hacer networking, trabajar en el coaching y el mentoring, hacer un seguimiento constante de la problemática”, argumentaba.

Perspectivas de futuro

Uno de los objetivos es lograr que la ciencia e investigación mantengan el estatus obtenido durante los últimos meses.

“Ha habido mucha sensibilización hacia la investigación; no sé si será transitorio por una situación de incertidumbre”, planteaba Yotti. “En los próximos meses hay que ver cómo desde las instituciones públicas hacemos uso de esta conciencia social, haciendo que las colaboraciones público-privadas no sean anecdóticas y que se dé importancia a la ciencia y lo que puede lograr”, exponía.

Para lograrlo, María Río aludía a que “se ha demostrado la capacidad de trabajar con claridad en menos tiempo”. Por ello, confiaba en que con los logros alcanzados se pueda hacer frente a otros retos como “la digitalización o el análisis de datos que permitan conocer a fondo diversas patologías”. “Si seguimos este camino, mantendremos nuestro reconocimiento”, opinaba.

Aurora Berra, directora general de Ipsen Iberia

También Margarita López-Acosta ponía el foco en los retos pendientes. “Primero hay que centrarse en la concienciación, aquí el trabajo nunca es suficiente; también, poner el foco en los pacientes y sus preocupaciones, no podemos permitirnos el lujo de retroceder en sanidad”, reflexionaba. Por ello, consideraba necesario “ver qué se ha aprendido y trabajar todos en objetivos comunes”.

Aurora Berra llamaba a ver qué puntos se han dejado de lado. “Hay pacientes a los que se ha retrasado el diagnóstico, carencias en áreas como enfermedades raras… debemos estar todos de acuerdo en que mejorar la salud debe ser el objetivo común”, afirmaba.

Aquí, Ana Argelich, mostraba su preocupación porque la mejora de la salud “quede en una moda”, alertando de que hay que prestar atención a problemas como “las resistencias a antibióticos o las enfermedades crónicas, que no están llevándose el foco”. Por ello, recordaba que es importante enfatizar en que “todas las enfermedades son importantes”.


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