La nueva generación de medicamentos para la obesidad está demostrando resultados muy significativos, tanto en ensayos clínicos como en práctica clínica. Conocidos como miméticos de incretina o medicamentos basados ​​en GLP-1, en los últimos meses se han hecho notar en conferencias médicas y medios de comunicación.

“La llegada de estos nuevos fármacos han supuesto un tsunami en nuestra forma de enfocar la obesidad y su tratamiento. Han abierto una vía para poder facilitar a estos pacientes una disminución del apetito mediante su efecto en el sistema nervioso central y en las hormonas que actúan a nivel gastrointestinal y facilitan el metabolismo de la glucosa”, explica Miriam Zapatero Larrauri, médico adjunto Especialista en Endocrinología y Nutrición de la unidad de Obesidad quirúrgica compleja del Hospital Universitario La Paz.

Aunque la intervención en el estilo de vida (dieta y ejercicio) representa la piedra angular del control de peso, la llegada de nuevas herramientas terapéuticas suponen una gran noticia para lo que se ha convertido en un desafío para la salud pública mundial. La obesidad ha alcanzado proporciones epidémicas en todo el mundo, provocando al menos 2,8 millones muerte al año. De hecho, la tasa mundial de obesidad se ha triplicado desde 1975.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más del 70 por ciento de los adultos en los países europeos presenta peso no saludable. Se espera que más de la mitad de la población europea tenga obesidad en 2030 si se mantienen las tendencias actuales.

Fármacos aprobados para DM2

Los medicamentos actúan imitando la péptido similar al glucagón 1 (GLP-1), una hormona de la familia de las incretinas que se sintetiza en las células L del intestino y es secretada en respuesta a las comidas. Actúa aumentando la secreción pancreática de insulina en la glucosa, reduce la respuesta de glucagón y suprime el apetito actuando a nivel central.

En 2021, las agencias reguladores aprobaron Wegovy (semaglutida, NovoNordisck) tras demostrar que su administración subcutánea en adultos con sobrepeso u obesidad (sin diabetes) unido a una intervención en el estilo de vida se asociaba con una pérdida de peso media significativa, sostenida y clinicamente relevante del 14,9 por ciento. El 86 por ciento de los participantes alcanzaban al menos un cinco por ciento de pérdida de peso.

Por su parte, los resultados presentados  en la conferencia ObesityWeek en San Diego en noviembre de 2022 llevaron al Comité de Medicamentos de Uso Humano (CHMP) a adoptar un dictamen positivo de Wegovy en población adolescente. De acuerdo con el ensayo STEP TEENS, publicado el New England Journal of Medicine, los adolescentes que tomaron el medicamento perdieron un promedio del 14,7 por ciento de su peso corporal inicial durante un año. El grupo de tratamiento también experimentó una pérdida promedio de 16,1 por ciento en el IMC, en comparación con un aumento de 0,6 por ciento en el grupo de placebo. 

“Los análogos de GLP-1 como Wegovy presentan múltiples efectos a diferentes niveles. Por una parte, contribuye a una mejor metabolización de la glucosa y a una reducción de la resistencia a la insulina, que dificulta la pérdida de peso en pacientes con obesidad. Por otra, produce un enlentecimiento del vaciamiento gástrico que fomenta la sensación de plenitud gástrica. A este efecto a nivel digestivo se le suma un efecto a nivel cerebral que produce un aumento de la saciedad con reducción del apetito”, añade la especialista.

En esta misma línea, Lilly ha registrado un nuevo ensayo de fase III ( Surmount-5) de su fármaco Mounjaro  (tirzepatida) —comercializada para el tratamiento de la diabetes tipo 2 (DM2)— tras demostrar resultados positivos en la pérdida de peso para pacientes con obesidad o con sobrepeso y problemas de salud derivados. 

“Los agonistas duales como Mounjaro presentan una doble acción a nivel del receptor de GLP-1 al que se añade un efecto a nivel del receptor del polipéptido inhibidor gástrico (GIP). Fomenta el aumento de la sensibilidad a la insulina a nivel del tejido adiposo con un posible efecto lipolítico, aumenta la secreción de insulina y el glucagón dependiente de glucosa, provocan un aumento del gasto energético y una disminución de la ingesta”, subraya la endocrina.

Estos fármacos nos permiten acercarnos cada vez más a las tasas de eficacia en la pérdida de peso de otras técnicas para el tratamiento de la obesidad como la cirugía bariátrica”

El ensayo SURMOUNT-1 evaluó la eficacia y seguridad de Mounjaro en adultos con obesidad o sobrepeso que no tenían diabetes. En este ensayo, los adultos con obesidad tenían reducciones medias de peso del 19,5 por ciento y del 20,9 por ciento en comparación con una reducción de peso del 3,1 por ciento con placebo.

“Los estudios publicados han demostrado que Mounjaro ha conseguido una mayor pérdida de peso que Wegovy en pacientes con DM2, a la espera de estudios en paciente únicamente con obesidad”, añade Zapatero.

El estudio codificado Surmount-5 evaluará la eficacia y la seguridad de Mounjaro en comparación con Wegovy en participantes adultos con obesidad o sobrepeso con comorbilidades relacionadas con el peso sin DM2. La fecha de finalización se estima en febrero de 2025.

“Estos fármacos nos permiten acercarnos cada vez más a las tasas de eficacia en la pérdida de peso de otras técnicas para el tratamiento de la obesidad como la cirugía bariátrica“, subraya la especialista del Hospital La Paz.

La Semaglutida está comercializada en España para el tratamiento de la DM2 con unas dosis máximas de 1mg. Aunque la EMA ya ha aprobado la indicación de Semaglutida para obesidad alcanzando dosis máximas de 2,4mg, en España todavía no está disponible.

¿En quien funciona?

Los especialista en obesidad de la Clínica Mayo en en Rochester, Minnesota, han observado que la respuesta de las personas a la medicación depende de la causa subyacente de su obesidad, tal y como expone Nature. Para ello, el equipo ha clasificado a las personas con obesidad en cuatro subtipos: aquellas que necesitan comer más para alcanzar la plenitud (lo que los investigadores llamaron ‘cerebro hambriento’); aquellos que alcanzan la saciedad con una comida de tamaño regular, pero pronto vuelven a sentir hambre (‘estómago hambriento’); los que ingieren alimento para sobrellevar las emociones (‘hambre emocional); y aquellos con un metabolismo relativamente lento (”combustión lenta).

Según sus observaciones, las personas con ‘estómago hambriento’, que tienden a presentar hambre entre comidas, parecían responder mejor a los nuevos medicamentos “Pensamos que estos pacientes tienen niveles bajos de hormonas GLP-1 y por eso tienen obesidad. Por tanto, el reemplazo con los análogos de GLP-1 funciona extremadamente bien”, puntualiza el investigador principal. Según los investigadores, el siguiente paso es averiguar el tiempo necesario de medicación en estos pacientes.

“En un futuro cercano veremos la aparición de fármacos aún más potentes que los actuales en el tratamiento de la obesidad como los triagonistas. con la entrada en juego de fármacos que actúan a nivel del glucagón, y otros fármacos que asocian agonistas de GLP1 como la semaglutida con análogos de amilina”, concluye la experta.

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