La compañía Janssen ha anunciado que la combinación de Imbruvica y Venclyxto está disponible en España para pacientes con leucemia linfocítica crónica (LLC) en primera línea. Imbruvica (ibrutinib) es un inhibidor de la tirosina quinasa de Bruton (iBTK) y Venclyxto (venetoclax) es un inhibidor de BCL2. Los mecanismos de acción de ambos son sinérgicos y complementarios, mejorando la eficacia y seguridad respecto a tratamientos anteriores. Además, aporta otras ventajas a diferentes niveles.

En cuanto a su administración, ofrece beneficios para los pacientes y especialistas, puesto que se administra una única vez al día y el tratamiento es finito, con una duración de 13,8 meses. Precisamente este hecho de que tenga un plazo predeterminado de administración repercute en el nivel financiero desde el punto de vista de la sostenibilidad.

Mecanismo reforzado

Henar Hevia, directora médica de Janssen, ha destacado durante la rueda de prensa de en la que se ha informado de la aprobación de esta combinación el compromiso de Janssen con los pacientes con enfermedades hematológicas indicando que el visto bueno a la suma de ibrutinib y venetoclax es consecuencia de que “ha demostrado un beneficio incremental en términos de supervivencia global”.

Ibrutinib está disponible en España desde 2016 para varias enfermedades de la sangre más allá de la LLC, como el linfoma de células del manto o la Macroglobulinemia de Waldenström pero,m como ha precisado Hevia, esta combinación ha demostrado ser muy beneficiosa en primera línea en pacientes con leucemia linfocítica crónica puesto que “el mecanismo de acción de ibrutinib se refuerza con venetoclax”.

José Ángel Hernández Rivas, jefe de Servicio de Hematología del Hospital Universitario Infanta Leonor y vocal del Grupo Español de Leucemia Linfocítica Crónica (GELCC) ha destacado que la “leucemia linfocítica crónica es la más frecuente en el mundo occidental, suponiendo una de cada tres leucemias diagnosticadas”. En este sentido ha señalado que la llegada de la combinación de ibrutinib y venetoclax a España es una gran noticia en el abordaje de la LLC puesto que es un tratamiento que puede administrarse la gran mayoría de pacientes con esta enfermedad y, como destaca Hernández, “el advenimiento de nuevas moléculas como las que componen esta combinación ha cambiado claramente el paradigma de la enfermedad”.

Asimismo, el vocal del GELCC ha puesto en valor que “se ha obtenido una combinación finita, con 13,8 meses de tratamiento y una eficacia no lograda hasta el momento, con tasas de respuesta completas muy elevadas y tasas muy altas de enfermedad mínima residual”. “Esto ha supuesto una mejora en la supervivencia, que es la variable principal que suele emplearse en ensayos clínicos, con datos que reflejan una mejora del 80 por ciento respecto al grupo de control”, ha indicado.

Manejo de los pacientes.

Por su parte, Ana Rubio Salvador, especialista en Farmacia Hospitalaria del Complejo Hospitalario de Toledo, ha apuntado que el hecho de que sea un tratamiento oral “disminuye los riesgos derivados de las infusiones”. La especialista también ha destacado que con esta combinación “es posible modular la toxicidad y se ha demostrado que la administración de ibrutinib en concomitancia con venetoclax, además de ser beneficioso, no aumenta los efectos adversos”.

Asimismo, Rubio ha puesto en valor que el hecho de que sea un tratamiento oral y finito “favorece la adherencia”. “Al ser finito, el paciente tiene las expectativas de que hay un límite en el que va a finalizar el tratamiento, y esto ayuda al cumplimiento del mismo”, ha afirmado la experta. Por otra parte, Rubio ha manifestado que “por su vía de administración, los pacientes no tienen que desplazarse al hospital de manera periódica, y teniendo en cuenta que desde la farmacia hospitalaria se ha venido potenciando la teleasistencia, la administración de un tratamiento extrahospitalario de manera ambulatoria, favorece esta atención a distancia”.

Otro aspecto a tener en cuenta en cuanto al manejo de los pacientes, ha subrayado Hernández es que “el abordaje de estas enfermedades debe ser multidisciplinar”. “La mediana de edad en los diagnósticos es de 72 años, por lo que los geriatras juegan un papel importante, porque suelen ser pacientes polimedicados y tienen posibilidad de interacciones con otros fármacos; además, es habitual la aparición de neoplasias cutáneas, por ejemplo, lo que determina que no es una enfermedad solo del hematólogo y, además los pacientes agradecen esta atención, porque se evitan toxicidades y se mejora la calidad de vida”, ha desarrollado.

Esquema de tratamiento

El tratamiento con ibrutinib y venetoclax se produce en un periodo de 13,8 meses, en los cuales se administra un total de 15 ciclos; primeramente, el paciente recibe tres ciclos únicamente de ibrutinib, seguidos de otros 12 con la combinación de ambos fármacos. En palabras de Hernández, “al usar venetoclax en otros esquemas de tratamiento se ha visto que puede producir una lisis tumoral y, al inducir los tres primeros ciclos de ibrutinib en monoterapia, este riesgo se reduce, lo que permite reducir el número de pacientes que ingresan al añadir venetoclax”.  

Por otra parte, el hematólogo ha recalcado que, al ser un tratamiento finito, “durante el periodo que los pacientes están libres de recibir el fármaco, tienen una mayor sensación de curación y lo valoran muy positivamente”. A este respecto ha añadido que “las asociaciones de pacientes ya solicitiaban opciones de este  tipo y, aunque hay que seleccionar a los pacientes de manera correcta, hay que celebrar que la combinación de ibrutinib y venetoclax es la primera de este tipo que está disponible, y además de para los pacientes, también es importante para los médicos”.

Sostenibilidad del sistema

Una vez analizadas las variables de eficacia y seguridad, los ponentes han expuesto los beneficios que aporta esta combinación en términos de sostenibilidad para el Sistema Nacional de Salud (SNS).

Primeramente, Rubio ha manifestado que “la duración finita del tratamiento permite calcular de manera más precisa el impacto presupuestario, lo que repercute mucho en términos de eficiencia pero también al calcular estocajes”. Hernández ha coincidido en esta idea aportando “que va a suponer una utilización muy racional de los recursos”. También, porque como ha expresado el hematólogo, “se ha observado que este régimen de tratamiento favorece que no aparezcan resistencias, lo que también aporta sostenibilidad económica”.

Por otra parte, Rubio ha enfatizado en que, “esta nueva estrategia terapéutica impacta positivamente en la calidad de vida de los pacientes y para el sistema sanitario”, explicando también que la posibilidad de evitar toxicidades influye “en la liberación de recursos de los hospitales, más teniendo en cuenta la presión asistencial actual”.


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