Fundada en el año 2010, BeiGene nació con el objetivo de “acercar la innovación a los pacientes”. Tras tres años en España, la compañía apuesta por un modelo «diferente» basado en un trabajo «in-house» que le permita un recorrido más eficiente en términos de tiempos, costes y control de calidad. Así lo explica Cristina Bas, directora médico de España y Portugal de BeiGene, en una entrevista con El Global

Pregunta. ¿Cuáles son los principales objetivos de la compañía para este 2024?

Respuesta. Los objetivos son claros. En primer lugar, queremos continuar consolidando nuestra posición como referente en hematoncología y, por otro lado, preparar nuestra llegada en el campo de los tumores sólidos. Además, seguiremos trabajando para que España sea considerada un centro destacado en investigación y desarrollo para la compañía global, con el objetivo de seguir fomentando la investigación en el país. Por último, nos enfocamos en avanzar y crecer como empresa, tanto en el ámbito corporativo como en el humano.

P. Hace poco más de tres años que aterrizasteis en España. ¿Qué balance hace al respecto?  

R. El balance es muy positivo. Hemos conseguido un hito al alcanzar la aprobación de tres indicaciones para Brukinsa (zanubrutinib) en tan solo nueve meses, frente a los casi dos años de media. Brukinsa es un inhibidor de la tirosina quinasa de Bruton (BTK) que ha sido descubierto y desarrollado internamente por BeiGene. Actualmente, está disponible en monoterapia en España para el tratamiento de pacientes adultos con macroglobulinemia de Waldenström (MW), el tratamiento del linfoma de la zona marginal y para leucemia linfocítica crónica (LLC). Este hito solo se consigue con el firme compromiso por parte de la compañía de ayudar al paciente, al profesional sanitario y al Sistema Nacional de Salud (SNS). La innovación tiene que llegar al paciente, y en este sentido trabajamos enfocados día a día en nuestro lema; «El cáncer no tiene fronteras y nosotros tampoco» .

P. ¿Cuál es la posición estratégica que tiene España dentro de la compañía?

R. En los tres años aproximadamente que llevamos hemos pasado de contar con 11 ensayos clínicos en España a 35, y de centrarnos en ensayos clínicos en fases tardías a realizar ensayos clínicos en fases precoces, incluso estudios First In Human. Por su parte, la visión de la compañía es una pieza angular para atraer talento. En términos generales, el espíritu de la compañía es joven y sólido, pero también poseemos una dinámica de ‘startup’, donde todos los trabajadores pueden participar en las decisiones. Y, por supuesto, en el ámbito científico, contamos con un pipeline que, en mi opinión, es uno de los más interesantes del sector en la actualidad.

P. ¿Qué tratamientos destacaría del pipeline actual?

R. BeiGene cuenta actualmente con un pipeline que abarca el 80 por ciento de los tumores en términos de incidencia, con el objetivo de encontrar soluciones para necesidades no cubiertas. Además, disponemos de 60 programas preclínicos. Es importante destacar que no somos una compañía centrada en un único medicamento o plataforma. Nuestro proyecto presenta terapias dirigidas como Brukinsa, anticuerpos monoclonales, biespecíficos, conjugados, terapia celular, terapia ARN y degradadores de proteínas. Contamos con un amplio abanico de plataformas para investigar nuevas vías de señalización y dianas para abordar el cáncer, tanto en monoterapia como en combinaciones. Estas combinaciones se realizan tanto con moléculas de nuestro propio pipeline como con moléculas de otras compañías, con el objetivo de aprovechar sinergias.

P. En la actualidad, la compañía está desarrollando una serie de tratamientos para tumores sólidos. ¿En qué punto os encontráis?

R. La compañía está centrada en tumores gastrointestinales, fundamentalmente tracto superior, esófago, esófago gástrico y pulmón. Recientemente, el Comité de Medicamentos de Uso Humano (CHMP) de la EMA ha recomendado la aprobación de Tizveni (tislelizumab) en tres indicaciones para el tratamiento de primera y segunda línea de pacientes con cáncer de pulmón de células no pequeñas (CPCNP). Se trata de nuestra primera molécula en tumores sólidos, que ya ha sido aprobada por la EMA para carcinoma de células escamosas de esófago. A su vez, la compañía también investiga en otras áreas huérfanas como la nefropatía membranosa primaria.

P. En una de vuestras últimas ruedas de prensa, BeiGene resaltó que apuesta por un modelo “propio y único” de investigación que persigue la sostenibilidad del SNS y acelerar el acceso a la innovación. ¿Cómo se puede garantizar esta combinación?

R. En BeiGene tenemos tres pilares básicos. El primero de ellos es que disponemos de capacidad interna para investigar y desarrollar fármacos, evitando la externalización. Este enfoque nos permite ser más eficientes en términos de tiempo, costes y control de calidad. Segundo, aunque BeiGene está presente en 65 mercados diferentes, para la compañía no existe una prioridad a la hora de decidir en qué países se lanzarán los fármacos. El tercer pilar es ayudar al paciente donde y cuando lo necesite, lo cual guía nuestras decisiones diarias. Creemos firmemente en el diálogo entre todas las partes involucradas, manteniendo una mentalidad abierta. La aprobación de las tres indicaciones de Brukinsa en nueve meses es un buen ejemplo. Somos una compañía basada en la ciencia, donde el 10 por ciento de la plantilla se dedica exclusivamente a investigación básica y el 30 por ciento a tareas de investigación y desarrollo, incluyendo la toma de decisiones sobre la estrategia de fármacos, su ejecución y medical affairs.

P. En ese sentido, ¿cómo potencia BeiGene la investigación que luego se traduce en la disponibilidad de innovaciones?

R. Según datos de Farmaindustria, solo uno de cada 10.000 compuestos llega a la fase clínica. Los primeros seis años se dedican al descubrimiento de la entidad molecular, seguidos de un año de fase preclínica y luego seis o siete años de ensayos clínicos, revisión, producción, etc. ¿Cuál es la peculiaridad de BeiGene?  Que tenemos la posibilidad de cubrir todas las fases de la vida del fármaco, desde la investigación básica, pasando por la fase preclínica, la clínica, la producción de la molécula y la comercialización. Al no externalizar, ganamos en eficiencia. En este sentido, el modelo de la compañía es un poco diferente, se hace todo in-house. BeiGene pretende romper el ‘statu quo’ de lo que son las biotecnológicas en la actualidad. Pretendemos ser la primera en esta nueva visión de compañías biotecnológicas. Y todo ello con el objetivo de traer innovación al paciente que realmente impacte en su vida.

P. Por su parte, la compañía apoya numerosas iniciativas como los Sellos de Calidad en Información Multidisciplinar al Paciente Oncohemalógico. Desde vuestra perspectiva, ¿cómo de importante es que el tratamiento sea una decisión conjunta entre el especialista y el paciente?

R. En España hay profesionales sanitarios excepcionales, y la prueba de ello es el reconocimiento con estos sellos. Indudablemente, el paciente tiene que formar parte de cualquier decisión de su tratamiento, pero siempre apoyado por un equipo médico. Sabemos que los profesionales sanitarios escuchan a los pacientes, escuchan sus necesidades y toman de manera conjunta las mejores decisiones para ellos.

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