La transformación digital y las nuevas tecnologías de la información son una realidad en cualquier ámbito, también en la Farmacia. Herramientas como plataformas de venta online, aplicaciones móviles, Redes Sociales o publicidad en internet ofrecen soluciones y mejoras para tratar con el paciente, pero también suponen ciertos riesgos legales que los profesionales han de tener en cuenta. Para los juristas, la clave se halla en avanzar en un entorno seguro y respetar la legalidad. Establecimiento sanitario, es un bien jurídicoq ue hay que tener en cuenta para la digitalización de la farmacia.

“Existen 17 maneras diferentes de adaptar lo que dice la ley en torno a las nuevas tecnologías”

Adela Bueno, abogada Asefarma

Lo primero que hay que valorar es que existe una norma estatal que delimita la actividad de las oficinas de farmacia. Pero también cada Comunidad Autónoma tiene su propia normativa. “Existen 17 maneras diferentes de adaptar lo que dice la ley a lo que en realidad pueden hacer las farmacias en torno a las nuevas tecnologías”, explica Adela Bueno, abogada y responsable del departamento Jurídico de Asefarma. Algunas son más restrictivas que otras, algo que los farmacéuticos deben tener en cuenta a la hora de realizar su función en el entorno digital.

¿Qué puede y qué no puede hacer la farmacia?

Es importante conocer las actividades que las boticas pueden o no pueden hacer, por ejemplo, a la hora de difundir mensajes o vender medicamentos por Internet. Una de los grandes temas que puede acarrear inconvenientes legales es la fidelización de los clientes. Las estrategias de promoción online están permitidas de manera exclusiva a la parafarmacia. No puede existir un reclamo para incrementar las ventas de medicamentos. Por ejemplo, no se puede hacer una campaña en la web, redes sociales o vía email –tampoco en la tienda física– en la que se ofrezcan regalos, premios o concursos para adquirir medicamentos.

Además de evitar la promoción online, la página web debe diferenciar venta de medicamentos y parafarmacia y que la información sea objetiva

Otra cuestión importante, y que está relacionada con la anterior, es el diseño de la página web de las farmacias. Este ‘mostrador digital’ debe cumplir una serie de características como que sea aséptico, objetivo y que explique con claridad qué medicamentos se venden y sus indicaciones. “No se puede incluir ninguna otra comunicación que no esté relacionada con la venta del medicamento”, recalca Adela Bueno. Evitar, por tanto, cualquier mensaje accesorio o adicional que no persiga esos objetivos. También la venta de medicamento y venta de parafarmacia han de estar segregadas en la web mediante un dominio y subdominio diferenciados. Aunque sí pueden compartir la misma plataforma de pago.

Los problemas de seguridad derivados del uso de whatsapp son responsabilidad de la farmacia

También hay que tener cuidado con aplicaciones de mensajería como WhatsApp. Su empleo requiere de una autorización y un convenimiento del paciente que en muchas ocasiones no se le pide al comunicarse con el mismo mediante esta vía. Además, como alertan los expertos jurídicos, no es una red social segura y presenta vulnerabilidades. Si la información sensible y de alto riesgo queda expuesta, la responsabilidad jurídica y las consecuencias legales correrán a cargo de la farmacia.

Riesgos digitales para el paciente

Además de lo anterior, los pacientes y los farmacéuticos tienen amenazas comunes en el ámbito digital. Han proliferado, sobre todo a raíz de la pandemia, páginas web que venden medicamentos de manera ilegal o mercados de segunda mano que incumplen cualquier protocolo de seguridad para los usuarios o pueden llegar a ser directamente falsificaciones. También hay que tener precaución con los influencers y cuentas con muchos seguidores que difunden medicamentos y productos en RRSS sin conocimiento de sus consecuencias.


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